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Más allá de una disposición de Procuraduría y Ministerio del Interior de julio de 2010, en el país no existe una política pública, cifras contratadas o estudios específicos sobre la población intersexual. Por esa razón, y teniendo en cuenta que la inclusión de la comunidad LGBTI es una prioridad de la actual administración distrital, la Secretaría de Planeación le pidió a la Escuela de Estudios de Género de la Universidad Nacional que realizara un diagnóstico sobre los ciudadanos intersexuales que habitan en la ciudad.
El estudio tiene dos objetivos. Uno, relacionado con las necesidades específicas de estas personas, y el otro, concerniente a las necesidades específicas de niños, niñas y adolescentes con orientaciones sexuales o identidades de género no normativas (en Colombia).
Y es que definir la intersexualidad no es asunto sencillo, aun cuando existe una noción que asimila el término con el hermafroditismo. Nancy Prada, investigadora de la Escuela y coordinadora del estudio, sostiene que esa es una definición inexacta. “Hablamos de una persona intersexual cuando los diferentes criterios de asignación del sexo (cromosómico, fenotípico, etcétera) no corresponden todos a lo masculino o a lo femenino. Esto es mucho más complejo, pero de manera sencilla nos referimos a eso (hermafroditismo)”, dijo a la prensa la académica.
Una vez los investigadores logren obtener información sobre problemáticas específicas y recojan las propuestas que surjan de estos sectores poblacionales, se producirá un documento de recomendaciones, dirigido al Distrito, para atender eventuales carencias de derechos y enfoques específicos en sectores como salud, educación y empleo.
El trabajo de campo ya está en su etapa final, ya fueron redactados una serie de documentos y, lo más importante, hasta el momento, se logró una caracterización sociodemográfica y un estado de la cuestión. Documento con el que, seguramente, entidades como la Secretaría de Integración Social que viene desarrollando una política pública enfocada a la población LGBTI podrán trabajar con mayor asidero, pues no existía un censo o una identificación exacta de las personas que forman parte de esta comunidad.
Según cuenta Prada, en el estudio fue utilizada una metodología tradicional en la búsqueda de poblaciones ocultas. “Ubicamos a personas que se reconocieran como intersexuales y con ellos desarrollamos entrevistas estructuradas en profundidad. Además, hablamos con funcionarios del Distrito, con expertos en distintas aproximaciones (área jurídica, médica, social, etc.), entre otras”, sostuvo.
De acuerdo con la investigadora, existe una grave confusión en el sector público con respecto a la intersexualidad, pues al desconocer las definiciones exactas sobre el tema, se tiende a “ubicar a las personas en los lugares equivocados, a asociarlos con orientaciones sexuales diversas y conduce a errores en el tratamiento que se les da en las instituciones del Distrito”.
El estudio, que será entregado en los primeros días de febrero, fue encomendado a Escuela de Estudios de Género, pues es la institución que lleva la línea más completa de investigación en biopolítica, sexualidad, la conformación de las identidades de género y las orientaciones sexuales, entre otros temas.