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No es la primera vez que la Administración Distrital hace anuncios relacionados con el trámite de decretos para prohibir el porte de armas blancas en Bogotá. A comienzos de la gestión del alcalde Gustavo Petro, en marzo de 2012, el entonces secretario de Gobierno, Antonio Navarro Wolff, aseguró que en un mes, es decir en abril de ese mismo año, estaría listo el decreto. Faltando siete meses para que termine este periodo de gobierno, nuevamente se habla de la prohibición.
El tema vuelve a ser noticia luego de que el director de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Humberto Guatibonza, informara que los atracos con arma blanca han aumentado, según él por dos razones: la prohibición del porte de armas de fuego y la facilidad para conseguir y portar cuchillos, navajas y todo tipo de objetos contundentes.
En julio de 2014, luego del asesinato del subintendente Jesús Arango, quien perdió la vida por resistirse al robo de su bicicleta en el puente peatonal de TransMilenio de El Dorado, el Distrito volvió a hablar de penalización para quienes porten cuchillos y puñales.
Este jueves, la secretaria de Gobierno, Gloria Flórez, se refirió una vez más al tema y señaló que el Distrito busca un decreto especial para prohibir el porte armas blancas. Al respecto, el director de la Policía de Bogotá indicó que "hay vendedores que se especializan en armas letales y han incrementado las riñas con arma blanca. Hemos notado que de cada diez personas que mueren en Bogotá, cuatro son por arma blanca".
Según reportes de las autoridades, este año la Policía ha decomisado alrededor de 180 mil armas blancas.
La Administración Distrital lleva más de tres años tratando de prohibir el porte de armas blancas en la capital y hasta ahora no ha logrado nada. Se espera que esta vez la iniciativa se convierte en realidad. Portar un cuchillo, una navaja, un machete, unas tijeras e incluso un corta uñas puede utilizarse para causar daño a otra persona, y hoy en día no está prohibido. En cualquier parte de la ciudad se pueden adquirir estos elementos. Sin embargo, esa permisividad tanto en la adquisición como en el porte, ha hecho que los delincuentes los utilicen en contra de los ciudadanos.