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El abecé de la prohibición de portar armas blancas

Puestos de control móviles, pactos con los establecimientos de comercio para que informen sobre quiénes adquieren armas blancas y salvedades para quienes trabajan con estos elementos, algunos pormenores del decreto.

Natalia Herrera Durán
25 de junio de 2015 - 02:46 a. m.
Tal y como sancionó y restringió el porte de armas de fuego, el Distrito prohibió el porte de armas blancas. / Archivo
Tal y como sancionó y restringió el porte de armas de fuego, el Distrito prohibió el porte de armas blancas. / Archivo

Hace una semana el Distrito materializó en un decreto más sanciones y restricciones para el porte de armas blancas en la ciudad. Una pelea que la administración del alcalde Gustavo Petro ha dado desde que empezó su gobierno, en 2012, pero no había logrado plasmar en el papel. Cuando se expidió la norma, la secretaria de Gobierno, Gloria Flórez, contó someramente en qué consistía, pero los detalles de la medida pasaron sin mayor desarrollo.

No sólo las navajas, cuchillos, puñales, manoplas o cachiporras son consideradas armas que pueden ser incautadas por un policía y que pueden valerle al portador un curso pedagógico sobre reglas de seguridad y convivencia ciudadana de hasta seis horas.

El decreto especifica una lista más amplia de armas, en la que también se incluyen machetes, puñaletas, garfios, leznas, mazos, hachas, martillos y otros similares, es decir, cualquiera que sea utilizada como arma de carácter defensivo u ofensivo, así como instrumentos que puedan emplearse en la comisión de hechos que pongan en peligro la vida y la integridad personal o el patrimonio económico de las personas.

Claro, como era de esperarse, se exceptúan de esta prohibición las herramientas con fines laborales y educativos, que por la naturaleza de la profesión u oficio de las personas sean necesarios para su ejercicio. Eso significa que a la señora que vende mango no se le incautará su cuchillo, a menos que lo utilice contra algo distinto a una fruta.

Por eso, en adelante, la Policía hará operativos permanentes y continuos en establecimientos públicos, en la calle y en el Sistema Integrado de Transporte Público y vehículos particulares. Quien sea sorprendido portando un arma blanca, inevitablemente tendrá que asistir a una jornada pedagógica sobre respeto a las reglas de seguridad y convivencia ciudadana. Luego, tendrá que firmar un compromiso de buen comportamiento.

La Policía, además, tendrá que instalar puestos móviles de control, con el fin de que el comandante de la estación de Policía pueda imponer la medida correctiva, que consiste en una promesa de buena conducta. Es decir, donde la persona sancionada se compromete por escrito a atender las normas y los comportamientos relativos a la seguridad y convivencia ciudadana, el respeto a la vida y a los bienes jurídicos tutelados. Si la persona reincide en el porte de armas blancas será multada, y este valor, que no especifica el decreto, será definido por los inspectores de Policía.

El decreto detalla también que la Secretaría Distrital de Gobierno coordinará la realización de pactos entre las agremiaciones y asociaciones de comerciantes y la Policía para que cumplan y lleven un registro juicioso de las personas que adquieran armas blancas, dando a conocer sus datos: nombres y apellidos, identificación, dirección de residencia, sitio de trabajo y teléfono.

Asimismo, para llevar cifras juiciosas y actualizadas de los impactos de esta medida en la capital, la Policía deberá suministrar mensualmente al Centro de Estudio y Análisis en Convivencia y Seguridad Ciudadana de la Secretaría Distrital de Gobierno (Ceacsc) la información de los portadores sancionados con armas blancas. Para el Distrito, la falta de legislación que regule el porte, la venta y la compra de armas blancas ha permitido que los delitos con este tipo de elementos se incrementen. Una preocupación reiterada durante los Consejos Distritales de Seguridad, desarrollados en 2015.

Las cifras son dicientes. Entre 2013 y 2014 hubo un incremento del 5,8% en homicidios, 3,1% en lesiones comunes y 3,1% en hurto a personas, según las estadísticas consolidadas por el Ceacsc.

Mientras, por un lado, la restricción al porte de armas de fuego en la capital contribuía a la disminución de cuatro puntos porcentuales en los homicidios con ese tipo de arma, los que se ejecutaron con armas blancas se incrementaron en tres puntos porcentuales en 2014. Sólo el año pasado la Policía Metropolitana incautó 359.315 armas blancas. Es decir, al día se incautaron, en promedio, 984 armas de este tipo. En lo corrido de este año se han decomisado más de 180.000 elementos contundentes o cortopunzantes.

Entre enero y abril de 2015 las lesiones personales y los hurtos a personas se incrementaron en 6,6 y 8,8%, respectivamente, frente al mismo período de 2014, siendo estos delitos cometidos en su mayoría con arma blanca. No por nada en Bogotá, con seguridad, no sólo Petro espera ver que la restricción de armas blancas tenga el mismo efecto que ha tenido la prohibición del porte de las de fuego.

Por Natalia Herrera Durán

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