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El nombramiento de Rafael Rodríguez como secretario de Movilidad se habría producido luego de la negociación entre la administración de Gustavo Petro y la mitad de los concejales del Partido de la U: Severo Correa, Nelly Patricia Mosquera, Felipe Mancera y Andrés Camacho Casado, quienes habrían actuado bajo un previo acuerdo entre Aurelio Iragorri, presidente de ese partido, y el alcalde.
No lo conocía, pero me parece inaceptable que mientras, como concejal de la ciudad, me he dedicado a realizar juiciosamente la función de control político y a denunciar las irregularidades en esta administración, algunos integrantes del Partido de la U se estén prestando para este tipo de acuerdos. La incoherencia del alcalde es evidente, si llegó a recibir hojas de vida de las manos de los que tanto ha criticado.
¿Por qué cree que el acuerdo no fue discutido en bancada?
No lo sé. El vocero de la bancada no ha citado para este tema. De todas formas, si se hubiera discutido en bancada mi voto hubiera sido de total oposición. He realizado fuertes debates al sector movilidad y no voy a dejar de hacerlo; nunca me ha interesado el tema burocrático y he sido firme en mis posiciones.
Le disgusta el acuerdo, pero usted ha trabajado temas de movilidad. ¿No les conviene que la cartera quede con una cabeza cercana a su partido?
El trabajo constructivo lo venimos haciendo desde el Concejo. En el año 2010 me opuse a que los recursos del cupo de endeudamiento para el metro de la ciudad se invirtieran en esa administración tan cuestionada (la de Samuel Moreno). Gracias a que se protegieron esos recursos, la ciudad pudo contratar los estudios de ingeniería básica para el metro pesado; recursos que el alcalde Petro intentó desviar para la idea de un tranvía. El año pasado, cuando fui presidente de la Comisión de Hacienda, logramos que se destinaran, ahora sí, para el metro de la ciudad.
Dicen que con este nombramiento quedó en evidencia una fractura en el Partido de la U, entre uribistas y santistas. ¿Es cierto?
Aquí la división no es un tema de santistas y uribistas. La fractura se va a dar si algunos actúan para sacar provecho personal sin pensar en la ciudad. Otros no estamos dispuestos a participar en eso. Además, vemos miembros del partido que no tienen voz ni voto en el Concejo, ni en la ciudad, pasando por encima de la bancada distrital. Lo digo con respeto por el partido, pero con firmeza, creo que desde la oposición reflexiva y seria se puede hacer mejor trabajo por la ciudad que aceptando un cargo.
¿Por qué cree que no la incluyeron a usted, ni a otros tres concejales, en el acuerdo?
Es claro para todos que a mí no me interesan ese tipo de acuerdos. Obviamente, no son programáticos, como dicen. No me interesa ser parte de este gobierno, como tampoco me interesó ser parte del gobierno de Samuel Moreno. Prefiero la independencia, no comparto la improvisación y la falta de planeación con que se han abordado muchos temas en la ciudad. Yo voto a conciencia los proyectos y mi conciencia no está en venta. No van a cambiar mi proceder con puestos.
El secretario de Gobierno, Guillermo Jaramillo, ha dicho que este tipo de acuerdos, que califica como programáticos, son comunes en el mundo. ¿Usted cree que fue programático o burocrático?
Le pregunto: ¿cuál programa de movilidad del Partido de la U se va a desarrollar? ¿O es que existe algún programa del Partido de la U compatible con esta administración? Si es programático, quiero ver los puntos que sustentaron la alianza. También quisiera ver los puntos de acuerdo del Verde en el tema ambiental, si es cierto que también hicieron un acuerdo. No puedo negar que el nuevo secretario de Gobierno ha sido cordial, en una relación sana, por lo menos conmigo. Me parece que es una persona que venía haciendo una tarea importante en Salud y espero que trabaje por cosas mejores que la burocracia, tan criticada por el alcalde y ahora tan de moda. El discurso de Petro suena bien, pero la realidad es otra.