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El aire limpio en la ciudad sí paga

Estudio de la U. Nacional señala que en localidades como Kennedy, la más contaminada, se podrían evitar 4.700 muertes si se redujeran las impurezas, y se evitarían costos de enfermedades por $44.000 millones.

Verónica Téllez Oliveros
03 de junio de 2014 - 02:00 a. m.
El aire limpio en la ciudad sí paga

Si la capital avanzara rápidamente en la consideración de estrategias para descontaminar el aire de aquí al año 2020, no sólo beneficiaría al medio ambiente sino también la salud de sus habitantes. Un estudio publicado recientemente en la Revista de Salud Pública, de la Universidad Nacional, señala que si no se excedieran los límites permitidos en el país de partículas que contaminan el aire, se podrían evitar hasta 21.000 muertes de personas mayores de 30 años.

Las nubes de humo que usualmente vemos sobre la ciudad pueden generar enfermedades cardiovasculares y respiratorias cuyas consecuencias van desde una hospitalización hasta la muerte. Además de estos costos, que ya son bastante dramáticos, también hay efectos económicos detrás. En 2010, la Universidad de los Andes realizó un estudio a propósito del Plan Decenal de Descontaminación para el Aire de Bogotá que preparaba el Distrito, y concluyó que la ciudad tendría beneficios por $16 billones si entre 2010 y 2020 lograra que las partículas contaminantes más grandes que hay en el aire (llamadas PM 10) no excedan el promedio nacional de 50 ug/m³.

Los investigadores de la Universidad Nacional Édison Ortiz y Néstor Rojas quisieron saber cuál sería el resultado de un eventual descenso de la contaminación en las localidades de la capital, pues hay zonas donde es frecuente que las partículas PM 10 sobrepasen la norma colombiana. Esta tendencia ocurre principalmente en el occidente y suroccidente bogotanos. Tan sólo en las dos estaciones de la red que monitorea la calidad del aire en la localidad de Kennedy el promedio de PM 10 en 2012 fue de 78,5 ug/m³ y 85,6 ug/m³. Es allí donde precisamente se verían los mayores beneficios de tener un aire más limpio en la ciudad: se evitarían 4.700 muertes hasta 2020.

En Kennedy, además, se evitarían cerca de 61.500 servicios hospitalarios, que generalmente equivalen a admisiones por causas respiratorias, cardiovasculares, visitas a salas de urgencias y a unidades de cuidados intensivos, entre otros. Así, teniendo en cuenta la odisea que supone para cualquier usuario de la red pública conseguir atención de calidad, esos 61.500 servicios ayudarían a despejar un poco los pasillos de los hospitales y se evitarían costos por enfermedad por más de $44.000 millones, de acuerdo con el análisis publicado este año en la Revista de Salud Pública.

Las otras localidades en donde se evitaría el mayor número de muertes son Ciudad Bolívar, con 3.500; Bosa, con 3.420; Suba, con 1.870, y Engativá, con 1.630. En Bosa se ahorrarían 36.500 servicios hospitalarios y en Ciudad Bolívar, 33.200.

Ahora la tarea de Bogotá es acelerar sus estrategias para reducir el promedio de contaminación del aire, que desde 2007 empezó a tener un leve descenso, por lo que la cifra de PM 10 pasó de 71 ug/m³ a 47,6 ug/m³ en 2012. Así que por lo menos va acercándose a la norma nacional, pero está lejos de los estándares planteados por la Organización Mundial de la Salud, que indica que el límite debería ser de 20 ug/m³ en este material.

Otra tarea pendiente de la ciudad es mejorar su sistema de monitoreo de las partículas más pequeñas de material particulado, conocidas como PM 2,5 y que son las que mayor riesgo de muerte acarrean, ya que actualmente sólo hay cinco estaciones que se encargan de hacer su seguimiento, pero solamente la de Kennedy registra datos de ellas. El informe más reciente señala que el promedio para Bogotá es de 35,1 ug/m³, mientras que el límite según la OMS es de 10 ug/m³.

Los pasos para descontaminar el aire

Algunos de los mayores causantes de las nubes de humo que vemos a diario son los buses tradicionales de la ciudad, que, de acuerdo con los datos del Plan Decenal de Descontaminación, generan el 40% del material particulado. Por ello, entre las estrategias más importantes del Distrito para reducir la contaminación hasta 2020 está el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), con el que se espera chatarrizar más de 7.000 vehículos viejos y tener al final 10.500 buses en toda la capital.
El Grupo de Estudios en Sostenibilidad Urbana y Regional (SUR), de la Universidad de los Andes, y el Clean Air Institute estimaron que el nuevo esquema de transporte puede reducir en 80% la contaminación por material particulado que se genera en la ciudad. Además, Transmilenio tiene previsto introducir unos 230 buses híbridos (que funcionan con electricidad y diésel) en todo el sistema, de los cuales ya circulan 22 por la carrera 7ª desde Suba y otros 33 por la calle 26 hacia el aeropuerto El Dorado.

Otro de los pasos importantes en el Plan Decenal son las motos, que aportan el 20% del material particulado que contamina el aire de Bogotá, siendo las de dos tiempos las que generan los mayores problemas. Por ello, en 2009 se firmó un decreto para evitar que se siguieran registrando este tipo de vehículos en la ciudad y salieran de circulación en 2011. Sin embargo, por lo impopular que resulta la medida entre los propietarios, en 2012 la administración tumbó el decreto y propuso que las motocicletas tuvieran catalizadores para cumplir con los estándares ambientales. Sin embargo, este es un tema que aún está en proceso y sobre el cual no ha habido grandes avances.

Por Verónica Téllez Oliveros

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