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El caos de TM en Soacha

En 2008 se puso en marcha el proyecto para que el sistema llegara a Soacha. Hoy, las estaciones están abandonadas y los buses no arrancan.

Santiago Valenzuela y Verónica Téllez Oliveros
02 de mayo de 2013 - 10:42 p. m.
El caos de TM en Soacha

El retraso de más de tres años en el prometido sistema Transmilenio de Soacha, que se conectaría con el de la capital, no sólo ha significado caos en la movilidad del municipio sino también inseguridad debido a las estaciones abandonadas y los predios comprados que no han sido usados. Incumplimientos en las obras, retrasos en la compra de predios y, lo más preocupante, la pérdida de vidas humanas, se han combinado para generar en la ciudadanía un temible presagio: en 2014 tampoco rodarán los buses rojos.

La más reciente víctima del inconcluso proyecto Extensión Transmilenio Soacha fue una estudiante de 16 años del Colegio Juan Pablo I, cuenta Heriberto Ramírez Álvarez, uno de los habitantes del municipio. “La atropelló una buseta en la Autopista Sur. Es una de las consecuencias de la falta de los puentes peatonales que se debían construir. La gente, en el desespero de ir al trabajo o al colegio, atraviesa la vía como puede, pero muchos sólo han llegado al hospital o al cementerio”, dice.

Los desgarradores casos sobre muertes en la vía motivaron la denuncia del personero Henry Sosa, quien señaló que en 2012 hubo 30 y en lo corrido de 2013 ya se cuentan cuatro. Faltan tres puentes peatonales que debe construir la concesión de la obra y cuatro más a cargo de Invías, según el informe de la contralora municipal, María Evelia Cubillos.

Además de las pérdidas mortales, los reiterados incumplimientos en el cronograma de obras, por los que en mayo de 2012 las contralorías encargadas advirtieron sobre un posible detrimento de $62.000 millones en caso de que colapsara el proyecto, llevaron a los entes de control a hacer una nueva auditoría sobre el tema el pasado 16 de abril.

En el encuentro realizado en Soacha, tanto la comunidad como los entes de control llamaron la atención a las entidades nacionales, departamentales y municipales encargadas del proyecto de $204.000 millones que en 2005 fue aprobado por el Conpes 3404. En ese momento se definió que la Nación aportaría un 70% de los recursos, el municipio el 20% y el departamento el 10%.

La contralora Cubillos asegura que ninguna de las entidades ha cumplido con los cronogramas fijados para la primera fase, en construcción desde 2008. Uno de los principales problemas se ha presentado por parte del consorcio Concesión Autopista Bogotá-Girardot, encargado de construir el tramo correspondiente a la primera fase del Transmilenio a Soacha, es decir, el 85% de esta etapa.

Según el informe de la Contraloría Municipal, son varios los puntos que faltan y ponen en riesgo el futuro del proyecto. En la estación Despensa hay obras inconclusas en los carriles exclusivos y falta realizar trámites de compra de predios para el puente; además, hay fallas en las losas existentes.

En la estación San Humberto, la Concesión Bogotá-Girardot ya compró el lote, pero no ha hecho la demolición total para construir el puente peatonal y ahora aquél se ha convertido en el dormitorio de habitantes de la calle y lugar para el consumo de alucinógenos.

Como si esto no fuera suficiente, en los carriles de Transmilenio construidos ya fue habilitada la circulación del tráfico mixto, entre ellos el pesado, sin la entrada en operación del sistema, lo cual lleva al deterioro prematuro de las losas. Aunque el ente de control municipal es consciente de que esta acción permitió descongestionar en gran medida el problema de movilidad de este sector de la Autopista Sur, ello puede generar grave detrimento patrimonial para el municipio, responsable del mantenimiento de los carriles exclusivos del proyecto Transmilenio.

¿Qué sanciones ha recibido la Concesión Bogotá-Girardot por el incumplimiento de las obras? ¿Qué responde la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), que entregó y firmó el contrato con este consorcio?

Como sucedió con las obras de Transmilenio en la capital, también es conocido que el Grupo Nule estuvo involucrado en la Concesión Doble Calzada Bogotá-Girardot y posteriormente tuvo que ser reemplazado por Conalvías. La Contraloría General de la República lleva a cabo la investigación sobre las irregularidades y el presunto detrimento patrimonial.

En audiencia del 16 de abril, la ANI, entidad que contrató a la Concesión Doble Calzada, se comprometió a habilitar pasos peatonales provisionales (semaforización) mientras se construían los puentes y a terminar las obras a cargo del consorcio. Espera cumplir con la entrega en junio de este año.

En cuanto al municipio, el alcalde Juan Carlos Nemocón aseguró que adelantará los procesos licitatorios para la construcción de la estación integradora de San Mateo, así como la de redes secas (luz y gas) y las obras de espacio público, que deberán estar adjudicados en junio, para que las obras estén terminadas en diciembre de 2013.

La terminación de las obras de Transmilenio en Soacha se ha convertido en un dolor de cabeza para la administración municipal. Al menos la troncal, que en teoría debía estar lista en 2009, tuvo varios retrasos que le han costado a la ciudadanía. Nemocón asegura que “hubo un problema desde el principio, y fue haber coincidido con el mismo contratista de la concesión Doble Calzada Bogotá-Girardot”, de la cual formaba parte el Grupo Nule.

Agrega que al asumir su administración en 2012 lo primero que percibió fue un desorden institucional, pues las entidades del equipo técnico (Ministerio de Transporte, Planeación Nacional, Gobernación de Cundinamarca, Transmilenio y el municipio) estaban trabajando a diferentes ritmos y no se había llegado a acuerdos.

Las reglas de juego se modificaron en 2012. Según cuenta el alcalde, fue entonces cuando se hicieron nuevos acuerdos. Uno de ellos es que el municipio de Soacha ejecutaría los $52.000 millones para terminar la primera fase de Transmilenio. Desde ese momento se presentaron nuevos traspiés para la continuación de las obras. “Como no estaban definidos claramente los tramos, hicimos un otrosí al contrato para definir los alcances de lo que ejecutaríamos y la ANI tenía que entregarle al municipio la escritura pública del predio en donde va a ser construida la estación de integración de San Mateo”, dice el mandatario local.

Por otro lado, en noviembre de 2012 el municipio abrió la licitación para ejecutar las obras restantes. El proceso se retrasó un poco más, porque, según Nemocón, “no se presentaron oferentes y tuvo que declararse desierta”. Por esta razón, el municipio hizo un proceso abreviado que adjudicó la semana pasada: “Fue la ejecución de la Avenida Paralela al Consorcio San Carlos. Esperamos que a finales de semana adjudiquemos otras dos obras, que corresponden a la estación de integración San Mateo y el espacio público”.

Para la ciudadanía, las largas que el alcalde ha dado a los procesos licitatorios resultan sospechosas. Según Manuel Guillermo Suescún, coordinador de la veeduría Metrabús, el alcalde podría tener otros intereses y el asunto lo han puesto en conocimiento de la Procuraduría. Suescún también alega que a pesar de la intervención de la Contraloría Municipal, “ya no hay credibilidad en los entes de control”, e instaurará una acción de cumplimiento del Conpes de 2005.

Por ahora, el alcalde se comprometió a que en mayo estarán adjudicadas las obras faltantes y tendrán una duración de ocho meses, con lo que espera que todas sus responsabilidades con la primera fase del proyecto estén saldadas en diciembre de este año. Cubillos teme que, de no cumplirse todos los compromisos, el proyecto se retrasaría una vez más y no estaría listo para que los usuarios lo usen en enero de 2014.

Más allá de la construcción de la fase I de Transmilenio en Soacha, la Gobernación está interesada en ampliar la cobertura del sistema en el municipio. Andrés Díaz, secretario de Movilidad del departamento, indicó que el Conpes de 2012 determinó que Transmilenio debía llevarse hasta los límites de Soacha y Sibaté: “El departamento se comprometió a conseguir los recursos para las fases II y III. Para esto se destinarán $3.800 millones por regalías. En estos momentos estamos haciendo los estudios de estructuración de pliegos y a finales de este año tendremos listos los diseños de las fases”.

 

Por Santiago Valenzuela y Verónica Téllez Oliveros

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