El regreso de Petro al balcón

El alcalde persiste en su estrategia política de discursos en la Plaza de Bolívar para oponerse a su destitución. Hoy retorna mientras crece el debate por la ocupación de este sitio histórico. Exmilitante del M-19, José Cuesta, defiende su intervención en las protestas y denuncia amenazas.

Redacción Bogotá
21 de enero de 2014 - 10:30 p. m.
La carpa del M-19 en la Plaza de Bolívar. / David Campuzano
La carpa del M-19 en la Plaza de Bolívar. / David Campuzano
Foto: DAVID CAMPUZANO 2012

En contravía de los sectores políticos y generadores de opinión que le han pedido que se baje del balcón del Palacio Liévano y afronte jurídicamente el dilema de su destitución, el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, volverá hoy a presidir una nueva manifestación en la Plaza de Bolívar. La convocatoria la hizo el pasado domingo, en respuesta a la postura de la revista Semana que directamente le pidió desistir de esta estrategia. La movilización surge mientras crece la polémica por la ocupación de la Plaza por parte de los seguidores de Petro.

Desde hace 44 días, exactamente a partir del 9 de diciembre, fecha en que la Procuraduría anunció la destitución del alcalde, varios sectores en desacuerdo con la medida decidieron literalmente acampar en la Plaza de Bolívar, alterando la rutina de este centro histórico del país. El Ministerio de Cultura ya les pidió que desalojen la plaza, bajo el argumento de que se trata de un patrimonio cultural. Ayer, el secretario de Gobierno Guillermo Jaramillo intervino para que, de forma concertada, los ocupantes de la plaza la abandonen.

Sin embargo, quienes se mantienen en la Plaza de Bolívar argumentan que su presencia es legítima. Aunque en términos generales, se trate de grupos heterogéneos tales como líderes de los animalistas, la comunidad LGBTI, defensores del cannabis, recicladores, barras futboleras, músicos, indígenas o sindicalistas, no cabe duda de que los liderazgos mayores están a cargo de el Comité de defensa de la Bogotá Humana, coordinado por la exsecretaria de Integración Social Teresa Muñoz, y antiguos militantes de la Alianza Democrática M-19.

Teresa Muñoz es la persona encargada de canalizar los recursos de la llamada “vaca por la democracia”, una colecta pública entre funcionarios, simpatizantes y espontáneos petristas para financiar las protestas y otras actividades de defensa del alcalde. A su vez, los exdirigentes de la Alianza Democrática M-19, son los encargados de estructurar la defensa jurídica y darle forma al discurso político de defensa del voto popular, más allá de la postura personal de Gustavo Petro y sus intervenciones públicas.

Uno de sus más visibles representantes es el exfuncionario y exmilitante del M-19 José Cuesta. Consultado por El Espectador sobre las críticas que han recaído en su nombre como el gestor de “la tutelatón”, o de otras estrategias jurídicas y políticas para defender la presencia de Petro en la alcaldía, observó que nada de lo que hace es ilegal, que sus acciones son de cara a los ciudadanos, y que en los actuales momentos cree que es su deber contribuir a darle forma a una expresión “espontánea” de ciudadanos indignados por lo que sucede.

“Yo no niego que fui la persona que invitó a Hugo Chávez a visitar Colombia en 1994 cuando quedó en libertad en Venezuela, pero eso nada tiene que ver con lo que sucede hoy, 20 años después”, manifestó Cuesta, quien insistió en que no es JJ Rendón, ni copia sus métodos, que tampoco es la persona que impulsa “la tutelatón”, que tampoco es representante del chavismo en Colombia. “Yo he dado mis aportes para defender política y jurídicamente al alcalde, pero los medios de comunicación tienen que entender que la nuestra es una democracia”.

El cerebro de “la tutelatón” es realmente Carlos García, un abogado que, según él, no es petrista, pero que cree que si existe el recurso de la tutela es para que la gente lo utilice. “La acción nació para que los ciudadanos defiendan sus derechos fundamentales, y en esa medida, cada elector merece una respuesta de las autoridades judiciales ante una decisión como la de la Procuraduría, que viola la voluntad popular, que es el contrato social, base de la democracia”, recalcó García quien dice que este trabajo lo hace de forma gratuita .

Uno de los que pernocta en la carpa del M-19 instalada en la Plaza de Bolívar es Alonso Moreno, un exmilitante de esta organización, quien expresa que lo que sucedió con Gustavo Petro en la Procuraduría, lo que hizo fue darle fuerza a la idea de recobrar un movimiento político que desapareció rápidamente. Cabe recordar que después de su desmovilización, tras 16 años de guerra, el M-19 se convirtió en la Alianza Democrática, vigente hasta 1994 cuando perdió toda participación en el Congreso.

Al margen de la carpa o de las acciones de algunos de sus exmilitantes, otros líderes del M-19 han venido reapareciendo en medio de la crisis. Aunque Antonio Navarro hoy pelea una curul en el Senado desde la Alianza Verde, se ha dejado ver en el escenario público junto a Gustavo Petro. Otro de sus antiguos jefes, Otty Patiño, fue la persona que abrió el camino de la tesis de que la sanción disciplinaria obedecía a un complot. A su vez, Guillermo Asprilla, está impulsando las listas de la Alianza Verde y organizando la defensa del alcalde mayor.

Con viejos y nuevos liderazgos, lo único cierto es que algunos exmilitantes del M-19 protagonizan la defensa de Gustavo Petro. No son los únicos, pero constituyen el corazón de la ocupación de la Plaza de Bolívar, que en cualquier momento puede ser desalojada. Una gestión que en asocio con los otros “nodos”, como los denomina el Comité de Defensa de la Bogotá Humana, tiene hoy un nuevo momento para que el alcalde Petro, mientras varios sectores políticos le piden que no lo haga, vuelva a asomarse al balcón del Palacio Liévano.

Por Redacción Bogotá

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar