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El regreso del Pico y Placa

Tan anunciada como controvertida, a partir de hoy vuelve a aplicarse en Bogotá la restricción por placas para la circulación de vehículos y, pese a que su vigencia expira en febrero próximo, todo apunta a que se quedará por lo menos hasta final de año.

Redacción Bogotá
16 de enero de 2011 - 09:00 p. m.

Que afecta en manera grave el comercio, que es insuficiente para dar solución a los trancones en la capital, que debería ser también para las motos y que la gente lo está burlando mediante la compra de un segundo vehículo. De todo se ha dicho acerca del popular —o impopular— Pico y Placa, que de todas maneras fue echado de menos durante la semana pasada por los capitalinos ante los monumentales embotellamientos por la coincidencia entre las obras que hay por toda Bogotá y el regreso de los viajeros que estuvieron fuera durante la temporada decembrina.

Esos dos elementos (la gran cantidad de carros y las obras de infraestructura) tienen a la Alcaldía en una incómoda posición: si quita o reduce la restricción, que hoy es de 14 horas diarias, habrá más trancón. Si la amplía o perpetúa, vendrán las protestas de los comerciantes y usuarios de vehículos, que sostienen que los impuestos también deberían bajar.

En semejante escenario lo único claro es que hace falta mucho más que una restricción vehicular para mejorar la movilidad. Empezando por cumplir con los cronogramas de las obras, que según el director del IDU, Néstor Ramírez, serán entregadas antes del segundo semestre, en su mayoría. Y siguiendo con temas de fondo, como el Sistema Integrado de Transporte, las autopistas urbanas, la continuación de Transmilenio y el metro. Como dice el ex alcalde Jaime Castro, la discusión no es si se debe hacer el metro, sino qué metro le sirve a la ciudad. Pero si el primer tema (las obras) aún se demora, los de fondo van para largo.

De ahí que el Pico y Placa, aunque se quede corto, siga teniendo utilidad, a juicio de la administración distrital. Ahora, ¿cómo mejorarlo? Propuestas hay muchas: concertarlo con la ciudad, sectorizarlo, buscar una compensación tributaria (en el impuesto de vehículos, según el Partido Mira), extenderlo (o no) a las 180 mil motos que hay en la capital y hasta restringir el tránsito de carga a horarios nocturnos. También hay quienes, como el candidato a la Alcaldía David Luna, se oponen a  extenderlo a los días sábados (los de mayor congestión vehicular).

Por eso mientras la Alcaldía decide qué hará con el Pico y Placa a partir de  febrero, lo único que parece quedarles a los capitalinos es revestirse de paciencia, seguir madrugando más y buscando vías alternas. Y rogar para que a mitad de año estén listas las obras prometidas.

Para ver restricciones del Pico y Placa, clic aquí
 

Por Redacción Bogotá

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