Desde el Congreso piden revocar licitación para renovar buses de Transmilenio

Senadores y representantes cuestionaron el proceso y pidieron una nueva convocatoria que incluya buses de tecnología limpia. Critican al alcalde Peñalosa porque en la licitación “prima el interés financiero sobre el bienestar de los bogotanos”.

-Redacción Bogotá -bogota@elespectador.com
19 de abril de 2018 - 04:47 a. m.
En el Concejo Distrital advirtieron que, anualmente, la flota de articulados que rueda hoy genera 17,2 toneladas de material particulado. Los nuevos buses generarían una contaminación de 8 toneladas anuales, cuando -dicen- la apuesta debería ser cero emisiones.  / Gustavo Torrijos /El Espectador
En el Concejo Distrital advirtieron que, anualmente, la flota de articulados que rueda hoy genera 17,2 toneladas de material particulado. Los nuevos buses generarían una contaminación de 8 toneladas anuales, cuando -dicen- la apuesta debería ser cero emisiones. / Gustavo Torrijos /El Espectador

En una dura carta dirigida al alcalde Enrique Peñalosa, 12 congresistas de la República cuestionaron este miércoles a la administración por la licitación para renovar la flota de Transmilenio, con la que se busca adquirir 1.383 buses y reemplazar 1.161 que excedieron su vida útil. El reparo es el mismo que han expresado entes de control, concejales y ambientalistas: que prime el uso continuado del diésel como combustible de los vehículos por encima de tecnologías limpias.

(Lea: Renovación de buses de Transmilenio, a debate de control político en el Concejo)

En la misiva, representantes a la Cámara por Bogotá y senadores –que se declaran preocupados por las condiciones de la licitación– advierten graves riesgos para la salud de los capitalinos si se sigue con la flotilla que funciona con diésel. Por ello, piden revocar el proceso y hacer una nueva convocatoria que incluya buses de tecnología limpia.

“Es desconcertante que entre los requisitos para la licitación de los nuevos buses de Transmilenio se permita el uso continuado de diésel y no se tomen las medidas necesarias para modernizar las tecnologías de la ciudad de acuerdo con las necesidades ambientales”, se lee en uno de los apartados de la carta.

(Lea: Nueva flota de Transmilenio: ¿ajustar el presupuesto o apostarle a un aire de calidad?)

Además de recordar que la ciudad acabó de superar una crisis ambiental que obligó a declarar la alerta naranja por la calidad del aire –causada, dicen, principalmente por la utilización del diésel en el transporte público– los congresistas aseguran que es “absolutamente inaceptable” que la salud pública se esté viendo afectada y que se reduzca la esperanza de vida de los capitalinos por el uso de este combustible, “que agrava las infecciones respiratorias agudas, causa enfermedad pulmonar obstructiva crónica y es cancerígeno, según lo ha determinado la Organización Mundial de la Salud”.

Para los firmantes, “resulta lamentable” que, mientras otras ciudades del mundo están prohibiendo y restringiendo el diésel, en la ciudad “se pretenda condenar a los bogotanos a ver su salud seriamente afectada durante los próximos 20 años”. Incluso, critican al alcalde porque en el proceso “prima el interés financiero sobre el bienestar de los bogotanos”.

 (Lea: ¿Qué aire se respira en Transmilenio?)

Los congresistas insisten en que el Distrito debe poner la salud de los ciudadanos por encima de cualquier otra consideración, y le recuerdan a Peñalosa la “responsabilidad histórica con los bogotanos” que representa la licitación para renovar la flota de Transmilenio.

Quienes firman son los representantes Rodrigo Lara, Andrés Felipe Villamizar, Angélica Lozano, Olga Lucía Velásquez, Inti Asprilla, Carlos Guevara, Lombardo Rodríguez, Alirio Uribe, Efraín Torres y Germán Navas, así como los senadores Armando Benedetti y Germán Varón.

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Los cuestionamientos alrededor de la licitación escalaron también hasta el Concejo de Bogotá, que el próximo 25 de abril citará a un debate de control político al Distrito para que explique el proceso y responda, entre otras, las dudas sobre falta de incentivos para abrirle espacio al uso de tecnologías limpias en el sistema masivo, es decir, la inclusión de buses eléctricos o a gas.

El proceso, que ya surtió la etapa de prepliegos, contempla una inversión de $1,6 billones para renovar los vehículos y $5,5 billones para la operación y mantenimiento de los buses. La administración ha dicho que en la licitación se exigirá que los nuevos buses cumplan mínimo la norma Euro V, que es una de las más exigentes en cuanto a la reducción de emisiones de gases contaminantes. Además, señala que sí existen estímulos a la incorporación de nuevas tecnologías. Eso sí, aclara que, por más que quiera, sería imposible comprar gran parte de la flota eléctrica o a gas, debido a los costos y a la falta de infraestructura.

Se calcula que, anualmente, la flota de articulados que rueda hoy en la capital genera 17,2 toneladas de material particulado. Tal como está previsto, dijo el concejal Jorge Torres (Alianza Verde), los nuevos buses generarían una contaminación de 8 toneladas anuales, y la apuesta debería ser cero emisiones, “lo cual solo se garantiza con buses eléctricos”. Entre otras, el concejal manifestó que no es significativo que se pase de emplear combustible Euro II a uno Euro V. “Estaríamos pasando una tecnología de 1996 a otra de 2006 (Euro V). Estamos en 2018. Es insuficiente la idea de que pasemos a una tecnología que se desarrolló hace 12 años”.

(LEA: Opciones de buses eléctricos en Transmilenio “son limitadas”: Distrito)

Por otro lado, el concejal José Castellanos (Cambio Radical), advirtió que Transmilenio violaría la ley sobre combustibles limpios con la nueva licitación. El cabildante elevó un llamado para que haya garantías e incentivos claros hacia los combustibles limpios.

Sobre la licitación, Transmilenio, ha insistido que los buses que se van a remplazar son Euro II y la tecnología mínima para el proceso será Euro V. Adicionalmente, que se tienen consagrados incentivos a los oferentes que incluyan en sus propuestas buses a gas, de motor Euro VI, eléctricos u otras tecnologías amigables con el medio ambiente. Estos, sostiene la administración, recibirán una mayor puntuación de cara a fomentar el uso de tecnologías limpias dentro del proceso de renovación.

Según el Distrito, con el cambio de la tecnología que se implementará, al pasar de Euro II a mínimo Euro V, se lograría tener reducciones de emisiones contaminantes de hasta un 81 % en comparación con los buses viejos.

 

Esta es la carta enviada al alcalde por los congresistas: 

 

 

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