Los fétidos olores, las moscas y algunos roedores que se desprenden de las basuras acumuladas durante los últimos ochos días, a causa de la crisis sanitaria que vive la ciudad, le colmaron la paciencia a los ciudadanos. Muestra de ello fue lo que ocurrió a las 11:30 de la noche del martes en el barrio Álamos, de la localidad de Engativá, uno de los puntos críticos de la emergencia, donde grupos de ciudadanos no solo bloquearon la vía del portal El Dorado de Transmilenio, sino que a este hecho se le sumaron actos vandálicos como la incineración de un bus del SITP y de bolsas de basuras. El Distrito le atribuye esta problemática a un plan de sabotaje con fines políticos y anunció que las autoridades abrirán investigaciones en contra de los responsables. “Se presentó un muy sospechoso sabotaje, supuestamente de vecinos, que rompían las bolsas y no dejaban recoger las basuras”, indicó el alcalde Enrique Peñalosa.
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Por otro lado, como respuesta al inconformismo de los habitantes de los puntos críticos -entre los cuales se destacan Los Mártires, San Cristóbal, Teusaquillo y Santa Fe-, el mandatario anunció que la emergencia se solucionará antes de tres días. Para lograrlo, indicó que aumentó la flota de la recolección de residuos en las 12 localidades más golpeadas: pasó de 122 camiones a 138, y sólo en Engativá se destinaron 25 vehículos (15 compactadores y 10 volquetas con minicargador).
La concejal Xinia Navarro (Polo Democrático) advirtió que la crisis no se solucionaría del todo a partir del próximo 12 febrero, cuando la declaratoria de emergencia sanitaria llegue a su fin. “Eso puede suceder por no haber contratado a las personas que estaban capacitadas para tal fin, es decir, los empleados de Aguas de Bogotá”.
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Por su parte, la concejal Lucía Bastidas (Alianza Verde) indicó que la manifestación y los hechos de vandalismo son producto de intereses políticos por la coyuntura electoral: “Detrás de esto están el partido de la FARC y el petrismo organizado, hay candidatos a la Presidencia que creen que si a Bogotá le va mal a ellos les va a ir bien en su campaña”.
Los ciudadanos están a la expectativa de que la carta que se juega el Distrito para acabar con la crisis, en el plazo establecido, finalmente sea una realidad.
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Vendedores
Julián Ramón Pacheco, un vendedor ambulante de aguacates que recorre diariamente las calles de Engativá con su carreta y su radio guardado en el bolsillo de la camisa, escuchando vallenatos, es uno de los tantos vendedores que se han visto afectados. “A uno le sacan el cuerpo cuando lo ven vender al lado de una basura hedionda. Más de uno deja de comprar en la calle y prefiere comprar en las grandes superficies”.
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Restaurantes
Pero esta situación no sólo afecta a aquellos que trabajan en las calles, sino también a los locales de comida, como el caso del restaurante Océano Pacífico, ubicado en el barrio Las Ferias de Engativá, donde trabaja Diana Palacio, quien afirma que le ha tocado mover de un lado a otro la basura que reposa desde hace días en las calles del barrio . “Los perros a veces entran y es terrible, Los clientes dicen que busquemos una solución pero, ¿cómo?”.
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Recicladores
Mientras la ciudad se queja por el cúmulo de basuras en las calles, algunos recicladores ven la situación como una oportunidad para sacar más material reutilizable que usualmente termina en el relleno Doña Juana, como en el caso de una familia que trabaja diariamente entre Fontibón y Engativá, y que afirma que ha tenido “más trabajo”, pero advierten: “Cuando se acumulen las basuras no reciclables, ¿qué pasará con ellas?”
Niños
La hermana Magdalena, del colegio La Presentación del barrio Las Ferias, afirma que la situación no es nueva en el sector, pues cuando el carro de la basura pasa en su horario habitual, a las pocas horas la calle vuelve a llenarse de desechos. Por otro lado, María del Carmen Ardila, una tendera aledaña a la institución, advierte que “los niños y los adultos mayores se pueden enfermar, por el reguero de residuos que hay”.