El 15 de mayo el senador Eduardo Merlano se negó a hacer una prueba de alcoholemia en Barranquilla cuando conducía su vehículo. El caso terminó con la renuncia del general Óscar Pérez y ahora Merlano es indagado por la Procuraduría.
Dos semanas después, el edil de Barrios Unidos Édgar Riveros se habría librado de una multa de tránsito tras pedirle ayuda un comandante después de haber sido detenido por violar la restricción de Pico y Placa y con la revisión técnico-mecánica vencida.
En momentos en que la polémica por las actuaciones de los representantes públicos al volante está candente, El Espectador se dio a la tarea de indagar cuáles concejales de Bogotá tienen comparendos pendientes de pago.
Estacionar sus vehículos en sitios prohibidos y hablar por celular mientras están conduciendo, son las infracciones que más cometen los cabildantes. Así está registrado en el Sistema Integrado de información sobre multas y sanciones por infracciones de tránsito (Simit).
De los 45 concejales de la ciudad, 10 todavía no han pagado sus comparendos (ver gráfico). Según el registro, el mayor deudor es el concejal Jorge Lozada Valderrama, del partido Cambio Radical, quien tiene una cuenta pendiente por $2’800.000 por concepto de seis multas impuestas desde diciembre de 2009.
La multa más vieja la debe el concejal Felipe Mancera Estupiñán, del Partido de la U, desde marzo de 2008 y la más reciente le fue impuesta a Julio César Acosta el 16 de febrero de este año. Las bancadas con mayor número de morosos son la liberal y Cambio Radical, con tres concejales endeudados cada una.