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En Fontibón duermen mal por el ruido del aeropuerto

Estudio publicado en agosto por la revista científica “Biomédica”, del Instituto Nacional de Salud, revela que, aún sin la ampliación de El Dorado, sus vecinos tienen problemas de sueño. ANLA dice que el ruido ha disminuido.

Redacción Bogotá
16 de septiembre de 2015 - 04:20 a. m.
Una investigación sobre el sueño de los habitantes de Fontibón respaldaría los temores de la población respecto a la operación nocturna de El Dorado.
Una investigación sobre el sueño de los habitantes de Fontibón respaldaría los temores de la población respecto a la operación nocturna de El Dorado.

A semanas de que la operación nocturna de la segunda pista del aeropuerto El Dorado sea un hecho, y en medio del rifirrafe que se desató entre la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) y el Distrito por la autorización para los vuelos nocturnos, se conoció un informe que respalda a los opositores de la medida. La revista científica Biomédica, del Instituto Nacional de Salud, publicó un estudio con una conclusión contundente: los vecinos de la terminal aérea duermen mal y una parte de ellos atribuye este problema a la operación aérea.

Se trata de la investigación Calidad del sueño en población adulta expuesta al ruido del aeropuerto El Dorado, elaborado por Lina María Callejas, Rodrigo Sarmiento, Katalina Medina, Henry Sepúlveda, Dayana Deluque y Franklin Escobar, quienes aplicaron sus conocimientos en temas como “línea aire, ruido y radiaciones electromagnéticas” y “trastornos del sueño y psiquiatría forense”, para conocer “la prevalencia de los trastornos del sueño y los factores asociados en residentes de Fontibón expuestos al ruido del aeropuerto”.

Para el trabajo académico se hizo un estudio con 205 personas, entre 18 y 65 años, aplicando el índice de calidad del sueño de Pittsburgh (ICSP) y la escala de somnolencia de Epworth (ESE). Y si bien la investigación se hizo entre finales de 2012 y comienzos de 2013, hay un dato que resalta: los efectos se vienen registrando desde antes de la ampliación de la operación de la terminal.

Resultados

Tras analizar la calidad, la latencia, la duración y las alteraciones del sueño, los investigadores encontraron que el 60% de los participantes del estudio informaron sobre mala calidad del sueño, el 28% reportó somnolencia diurna y el 17% asoció sus problemas de sueño al ruido del tráfico aéreo, resultados que serían la evidencia de las alteraciones de la calidad del sueño en la población participante, con puntuaciones que se consideran patológicas.

Al analizar puntualmente los efectos del aeropuerto, el informe señala que, entre las perturbaciones detectadas, el 44% de las personas dijeron haber tenido problemas para conciliar el sueño durante la primera media hora, y el 65%, haberse despertado durante la noche.

“Es importante mencionar que en la encuesta el 40% de las personas dijeron haber experimentado alteraciones en la calidad de la vigilia, reportando problemas para permanecer despiertas en el día o falta de ánimo para llevar a cabo sus actividades de manera apropiada, lo que puede ser consecuencia de un mal descanso nocturno”.

La investigación destaca que el impacto de las perturbaciones en la calidad del sueño es notorio en Fontibón y añade que una mala calidad del sueño genera el cansancio y la tendencia al mal humor. “Si se duerme mal a causa del ruido, al día siguiente baja el desempeño en las tareas psíquicas y motoras, debido al cansancio y el mal humor. Este estudio presenta una primera aproximación a los efectos del ruido sobre la calidad del sueño, en especial el generado por la operación aeroportuaria”.

Si bien la ANLA recientemente explicó que la autorización para los vuelos nocturnos que le concedió a la Aerocivil obedece a que cada vez son menores los impactos del ruido sobre la población, esta investigación hace una sugerencia concreta: “Es necesario revisar las estrategias de mitigación de ruido en la localidad y considerar las implicaciones de la ampliación del aeropuerto El Dorado para la salud pública”.

El estudio, financiado por la Secretaría de Salud, fue sometido al análisis de editores y científicos expertos en el tema antes de ser publicado por Biomédica. Una de las consideraciones para su divulgación fue que en el país existen pocos estudios sobre los efectos de vivir cerca de un aeropuerto.

Ahora, esta investigación hará parte de los argumentos que expondrán los vecinos del aeropuerto ante la justicia para que se revise la decisión que hoy también les quita el sueño.

Por Redacción Bogotá

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