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¿Por qué hacer catarsis en Bogotá?

Sobre las razones de este proyecto en construcción de El Espectador y Despacio, para comprender qué amarga a los bogotanos de su ciudad y el top 5 de los datos que más nos han interesado.

Carlos Felipe Pardo
26 de julio de 2015 - 02:39 a. m.

El ejercicio de “Catarsis Bogotá” nos ha ayudado a entender un poco mejor lo que sienten los bogotanos ante su ciudad, qué les amarga y cuáles son las soluciones que proponen para desamargarse. Es, en cierta medida, un ejercicio terapéutico colectivo con la ciudadanía en el que les pedimos que nos digan todo lo que piensan y les ayudamos a entenderlo a través de un análisis de sus respuestas. Para todo esto ha sido fundamental el apoyo de un medio como El Espectador.

El nombre de catarsis lo usamos por lo mismo que lo usaron Sigmund Freud y Joseph Breuer al publicar Estudios sobre la histeria en 1895: era el mejor término para describir una forma terapéutica de desahogarse ante un trauma. Como ellos mismos lo dicen: “La reacción del dañado frente al trauma sólo tiene en verdad un efecto plenamente ‘catártico’ si es una reacción adecuada, como la venganza. Pero el ser humano encuentra en el lenguaje un sustituto de la acción”. Como a veces sentimos que Bogotá es absolutamente traumática, pues nada más adecuado que desempolvar el psicoanálisis y usar su primer método de terapia para ayudar a resolverlo (eso sí, sin diván ni hipnosis).

¿Qué sigue? Ya hemos comenzado a preguntarles a expertos su opinión (el Dr. Paul Bromberg fue el primero) y vamos entendiendo un poco mejor lo que Bogotá puede hacer. Seguiremos con más consultas a la ciudadanía y con más análisis. Sus ideas son también bienvenidas en catarsisbogota@gmail.com

Las cinco cosas que más nos han interesado del ejercicio hasta ahora son: 

1. La gente critica mucho más de lo que propone: en el primer ejercicio (“¿Qué le amarga de Bogotá?”), con una promoción mínima logramos que más de mil personas respondieran en menos de dos días. Una semana más tarde ya teníamos más de dos mil respuestas. No obstante, cuando luego pedimos que nos dieran propuestas para solucionar el problema más relevante que salió en la primera etapa (“la gente”), a duras penas alcanzamos una décima parte de las respuestas.
 
2. La gente es consciente de los problemas: Tal vez por su capacidad de crítica permanente, los bogotanos son muy conscientes de los problemas de la ciudad y los saben describir en detalle. Al limpiar las frases del sarcasmo y la agresividad, podemos encontrar algunas ideas claves para comprender qué sienten.
 
3. Proponen soluciones para otros, no para ellos mismos: Algo sorprendente es que, aunque fuimos bastante claros en nuestra pregunta del segundo ejercicio en que pedíamos soluciones individuales (lo que USTED como persona puede hacer), casi la mitad de los que respondieron propusieron cosas que otros debían hacer. Parece que muchos bogotanos no creen que ellos mismos sean parte del problema de “la gente”.
 
4. Hay que seguir preguntándole a la gente: además del efecto que pueda tener un ejercicio de este tipo para los ciudadanos (“¡por fin alguien nos pregunta qué pensamos!”), el conocimiento de su opinión es fundamental para complementar la opinión experta. Nuestra sociedad está repleta de expertos que dan soluciones y de estudios que plantean planes de acción, pero los ciudadanos también pueden complementar (y validar) esas propuestas con su propia vivencia de la ciudad.
 
5. Tenemos que seguir investigando y haciendo catarsis: Este es apenas el primer paso de un conocimiento más profundo de los habitantes de Bogotá que debemos extender tanto en consulta como en investigación. Al no tener financiación de ninguna entidad, este ejercicio resulta del esfuerzo de los integrantes del equipo de Despacio y El Espectador y por eso va lento pero seguro.
 
*Despacio (@deespacio) es una entidad sin ánimo de lucro que realiza investigaciones para promover la calidad de vida en todas las etapas del ciclo vital y trabaja en los sectores productivos, educativos, y reproductivos del ser humano, buscando retar lo intuitivo para mejorar el bienestar de la comunidad en general. 
Su página web es www.despacio.org
 

Por Carlos Felipe Pardo

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