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La resolución, que firmó el gerente de Transmilenio, Sergio París, modifica los contratos de las empresas Recaudo Bogotá (que opera la tarjeta Tullave del SITP) y Angelcom (encargada de las tarjetas roja y azul de Transmilenio) para que se pueda cumplir el plan de sustitución de los torniquetes de recaudo en las fases I y II del sistema de transporte masivo. Con ello los ciudadanos podrían usar y recargar cualquier tarjeta para subirse a buses azules o articulados.
Sin embargo, un detalle en la resolución llama la atención: Transmilenio dejó claro que esta etapa de transición y sustitución que realizará Recaudo, para que todos los torniquetes acepten la tarjeta Tullave, de color verde, “finalizará el 21 de diciembre de 2015, fecha en la cual terminarán las etapas operativas de los contratos de concesión del recaudo de las fases I y II del sistema Transmilenio”.
Esta frase llama la atención porque precisamente con el anuncio hecho en mayo se esperaba que la integración estuviera lista en 2014 o al menos a principios de 2015, antes de que terminaran los contratos de Angelcom.
Ayer, durante el debate sobre la situación de Transmilenio en el Concejo, la cabildante Patricia Mosquera dijo que Transmilenio tendría que pagar más de $3 mil millones por cuenta de los retrasos en la integración de tarjetas. La razón es que está en firme la sanción que impuso la Superintendencia de Puertos y Transporte a la empresa de transporte masivo por las demoras en el tema.
De acuerdo con la concejal, ya han pasado 17 meses de retraso en la unificación del medio de pago, “lo que significa que se han pagado $1.800 millones”, y como la integración continuará hasta diciembre de 2015, “la ciudad tendría que pagar más de $3.600 millones”.