Jóvenes que vivían en la calle ahora limpian muros con publicidad ilegal

Sí hay una forma de enterarse de la historia inmediata de la capital es viendo sus paredes, puentes y pasacalles. Porque ahí, como si se tratara de una mezcla de engrudo y papel especialmente pensada para reforzar las estructuras, reposan centímetros aglomerados de la memoria de conciertos, cursos, fiestas y candidatos políticos que, despedazados e invasivos, permanecen adheridos a las estructuras.

Pero ese cúmulo de papel periódico desgastado por el sol, que luce como una agenda de eventos pasados, es un espacio ilegal que se apodera de a pocos de la ciudad, en una pelea callejera no pactada de quienes libran batallas anónimas por seguir empapelando las calles, mientras que otros hacen su mayor esfuerzo por limpiar el engrudo condensado entre los ladrillos.

Se trata de un grupo de 25 jóvenes que semanalmente luchan por ganarle la pelea a la ilegalidad, que combate con utensilios de aseo, espátulas y fuerza los restos de los anuncios. Jóvenes que antes veían esos carteles mientras iban a dormir sobre los andenes, o cuando caminaban de arriba abajo la calle para sobrevivir.

Ellos hacen parte del convenio que el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idipron) para darle otra cara a la ciudad y devolverle parte de lo que ella les ha ofrecido, ya no padeciendo sus peligros, sino aportando en su mejoramiento.

“Tenemos este grupo de muchachos que se encargan de embellecer la ciudad como parte de la práctica productiva luego de la formación que han recibido en el Idipron. Acá los acogimos, los formamos, los capacitamos específicamente en talleres de manejo y desmonte de publicidad visual y en alturas y ahora tiene una fuente de empleo”, destacó Edwin Marulanda, coordinador del acuerdo.

Por eso, durante cuatro meses, los jóvenes no solo se dedicarán a limpiar las paredes capitalinas sino a educar a comerciantes y empresarios para que eviten utilizar estos espacios ilegalmente para promocionar sus productos.

El programa, que ya lleva tres jornadas y se extenderá hasta noviembre, también hace parte de los objetivos del Idipron “que tiene que ver con la adaptabilidad al cambio climático y la protección de los entornos del agua porque la contaminación que se genera con estos anuncios es considerable y los residuos, en muchos casos, terminan en las alcantarillas y caños”, destacó Marulanda.

Se espera que más de 400 avisos sean desmontados de la ciudad y que, cada vez más, se logre crear conciencia entre quienes siguen pegando sus ideas con engrudo en la ciudad.