La nueva cara del Voto Nacional

Luego de recuperar el control del Bronx, la Alcaldía pretende iniciar un ambicioso proyecto que, de hacerse realidad, le cambiará la cara al centro de la ciudad. Para concretar la primera etapa, el Distrito debe adquirir 90 predios.

El Espectador
30 de mayo de 2017 - 01:25 a. m.
La renovación del Bronx es el punto de partida de un megaproyecto conocido como Distrito C, que comprende 24 hectáreas del centro de Bogotá. / Render ERU
La renovación del Bronx es el punto de partida de un megaproyecto conocido como Distrito C, que comprende 24 hectáreas del centro de Bogotá. / Render ERU

Tras la intervención del Bronx, la administración finalmente avanzará en un proyecto de renovación urbana, que busca cambiarle la cara al sector del Voto Nacional y La Estanzuela, así como a San Victorino y San Bernardo. El proyecto, que hace parte de la revitalización del centro, se enfocará en estas áreas, ubicadas alrededor del Parque Tercer Milenio.

Los planes son claros: en San Victorino se plantea construir un centro comercial mayorista; en San Bernardo, proyectos de vivienda, y en el Voto Nacional y La  Estanzuela se combinará el uso residencial y comercial alrededor de la nueva sede de la Alcaldía local de Los Mártires.

Precisamente el denominado Distrito C, que integrarán el Voto Nacional y La Estanzuela, concentra hoy la mayor atención, por ser la zona de influencia directa del desaparecido Bronx. El alcalde Enrique Peñalosa anunció que este será el punto de partida del proyecto, al ser un símbolo del triunfo de la ciudad contra el crimen.

“Por muchos años el Bronx fue el centro de operaciones de bandas delincuenciales. A partir de ahora será un gran centro de creatividad. Las obras en este punto convertirán a Los Mártires en un motor de desarrollo”, informó el mandatario.

Pero más allá de la presentación con bombos y platillos de las maquetas, el verdadero trabajo será hacerlos realidad. El objetivo de la administración es entregar la primera etapa del Distrito C a finales de 2019, donde estarán la alcaldía local, una institución educativa y varias zonas comerciales. Para lograrlo tendrá que adquirir 90 predios, entre ellos, los 62 que hacen parte del antiguo Bronx.

Eduardo Aguirre, gerente de la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano de Bogotá (ERU), reveló que comprar los predios de la “L”, que comprenden un área de 1,09 hectáreas, costará $13.000 millones. Aparte, es necesario comprar 28 predios más para completar el perímetro que se necesita para la primera etapa de construcción. Este terreno adicional tiene un área de 1,18 hectáreas y le costará al Distrito  $32.000 millones.

“Los 62 predios del Bronx ya están en proceso de adquisición. De estos, 15 están en proceso de extinción de dominio, 21 propietarios ya aceptaron la oferta que les hicimos y los 26 restantes están en trámite. Una vez completemos esta etapa, comenzaremos las negociaciones para comprar el resto del terreno. En total, para la primera fase se necesitan 2,27 hectáreas, que hoy integran 90 predios que pueden costar alrededor de $45.000 millones”, explicó Aguirre.

Entendiendo que el desarrollo urbano del Voto Nacional es una realidad, comerciantes y propietarios están preocupados por su futuro, especialmente por una posible expropiación, si se niegan a vender sus locales y viviendas. Sobre este tema, el Distrito dio un parte de tranquilidad al informar que no habrá expropiaciones judiciales, aunque no descartó hacerlas por vía administrativa.

“A los propietarios se les va a pagar el valor de su predio, así como una muy buena compensación. En caso de tener que hacer una expropiación, se realizará por la vía administrativa y se le mantendrá la oferta al propietario, más una nueva compensación, que se tasará de acuerdo con el cálculo de la supuesta afectación económica que le podría generar la venta del inmueble”, precisó Miguel Rojas, gerente de la Pieza Centro, como se denomina el proyecto global de renovación urbana.

Sin embargo, vender no será la única alternativa. La Alcaldía tiene en mente otra opción para los comerciantes cuya actividad sea compatible con el proyecto de economía naranja que se desarrollará en la zona. Los propietarios podrán entregar su inmueble al Distrito a cambio de una participación en los nuevos locales comerciales que se construirán en el Distrito C o en San Victorino. Este mismo principio también aplicará para los interesados en adquirir vivienda en alguno de los proyectos residenciales que se edificarán a futuro a través de firmas privadas.

Pero tumbar y construir edificaciones no será la única apuesta urbanística de la Alcaldía. Mejorar la movilidad, especialmente para los habitantes y comerciantes del centro, también hace parte del proyecto. Según los diseños de la ERU, una estación del metro elevado estará ubicada a pocos metros del Voto Nacional, complementando el servicio de transporte de la troncal de Transmilenio por la Avenida Caracas. Gracias a su ubicación, además de los sistemas públicos, la zona tendrá como principales corredores viales la avenida Comuneros y la avenida Jiménez, para conectarse con el occidente de la ciudad.

Así las cosas, el futuro pinta bien para un sector que por 17 años estuvo bajo la sombra de la delincuencia y la drogadicción. Sin embargo, hay que esperar que los proyectos salten del papel a la realidad y no se queden únicamente en maquetas y buenas intenciones. Por ahora, lo único cierto es que el Distrito apuesta por renovar el centro y tener una zona de mostrar.

Por El Espectador

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