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La larga espera de La Mesa y Anapoima

Al menos un año más tendrían que esperar para que se dé inicio a las obras en el acueducto regional.

Redacción Bogotá
02 de julio de 2015 - 07:50 p. m.
La idea de la actual administración es dejar por lo menos la licitación para terminar el acueducto La Mesa-Anapoima.  / Cortesía Gobernación de Cundinamarca
La idea de la actual administración es dejar por lo menos la licitación para terminar el acueducto La Mesa-Anapoima.  / Cortesía Gobernación de Cundinamarca

Una década cumplirán los habitantes de los municipios de La Mesa y Anapoima esperando la terminación del prometido acueducto regional y el fin de los racionamientos que soportan todas las semanas. Sin embargo, luego de una larga cadena de incumplimientos, parece que esta vez los trámites para enderezar el proyecto están en sus últimas etapas. De salir todo como lo tiene planeado la Gobernación, a comienzos del próximo año se reactivarían las obras, para garantizar que en diciembre de 2016 el suministro llegará, no sólo cuatro días sino toda la semana, a casi 40.000 habitantes de la región del Tequendama.

Al menos esta es la promesa hecha por las Empresas Públicas de Cundinamarca ESP al anunciar que el Ministerio de Vivienda finalmente aprobó la viabilidad del proyecto de rehabilitación, tras analizar el minucioso diagnóstico que presentó la empresa, con un detallado estudio de las obras existentes y de los ajustes que se requieren, así como del diseño de los nuevos trabajos.

Ciertamente, lo que se requiere para completar el acueducto no es poco. De acuerdo con el diagnóstico, se debe construir un pozo en el municipio de Bojacá, que será la fuente de abastecimiento; optimizar los tanques de almacenamiento; cambiar un tramo de la tubería, e instalar la línea de conducción desde esa población hasta La Mesa, para cumplir los requerimientos técnicos y poner en marcha el acueducto, que quedó incompleto luego de ser uno de los tantos proyectos saqueados por la mano larga de los primos Nule y sus secuaces.

“Este fue un esfuerzo importante de la Gobernación por terminar este proyecto. Ya tenemos los diseños y los recursos garantizados. Estos trabajos cuestan $22.000 millones, de los cuales $15.000 los aportará la Nación y $7.000 el departamento. Con el plan viabilizado, pasaremos a la etapa de contratación, que, por exigencia del Gobierno, estará a cargo de Findeter”, dijo Carlos Penagos, gerente de las Empresas Públicas de Cundinamarca.

De acuerdo con el funcionario, Findeter elaborará los pliegos de la licitación en los próximos meses, para luego abrir el proceso en el que se elegirá al nuevo contratista. Se espera que antes de que el año termine la obra, que durará al menos 12 meses, esté adjudicada. De cumplir todos los plazos, a finales del próximo año estaría listo el acueducto regional.

Una larga espera

La promesa del acueducto para La Mesa y Anapoima comenzó en 2006. Ese año, durante la administración del gobernador Pablo Ardila, se puso en marcha el proyecto de 53 kilómetros, divididos en cuatro tramos (un contrato por tramo) y con un costo en ese momento de casi $50.000 millones. La idea era inaugurarlo en 2011.

Pero desde el comienzo todo estuvo mal planeado. Se adjudicaron los contratos sin concretar la compra ni el suministro del agua al Acueducto de Bogotá. A esto se sumó que tres de los cuatro contratos firmados para el proyecto se incumplieron. Detrás de buena parte del asunto estuvo el grupo empresarial de los condenados Guido, Manuel y Miguel Nule, así como algunos de sus socios.

Tanto la fase I como la fase II fueron contratadas con dos consorcios conformados por tres empresas del Grupo Nule y la firma H&H, del barranquillero Javier Haddad. La primera fase, en 2006, se firmó con el Consorcio Anapoima por un valor de $20.999 millones, y la segunda, en 2007, con el Consorcio Acueducto Regional por un valor de $7.100 millones. No contentos con eso, los Nule se ganaron el contrato de interventoría de los dos trabajos, con lo que pudieron desviar los recursos sin que nadie alertara a las autoridades.

Gracias a los incumplimientos de los contratistas, lo que debió ser  un importante acueducto regional terminó convertido en  un gran elefante blanco que, además de no contar con el suministro de agua, era una obra con diseños y materiales defectuosos y de haber sido puesta en servicio habría sido un peligro para la población.

Sólo en 2012 la actual administración logró declarar el incumplimiento de los contratos de las tres primeras fases. La cuarta fue la única que se pudo terminar y fue inaugurada en noviembre de 2012, con lo que mejoró un poco el suministro de agua (a 23 litros por segundo), pero no alcanzó para suplir la demanda de 100 litros por segundo que requieren los municipios.

Desde entonces la administración se ha dedicado a buscar alternativas para reactivar los trabajos y culminar la obra. Hoy el panorama parece aclararse. De superar sin inconvenientes los últimos trámites para sacar adelante la licitación para la rehabilitación del acueducto regional, todo estará listo para adelantar los trabajos y cumplir la promesa a La Mesa y Anapoima de que cuenten con el suministro de agua las 24 horas.

Por Redacción Bogotá

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