Las falencias en la seguridad

Ariel Ávila, investigador de la fundación Paz y Reconciliación, afirma que el crimen organizado se está fortaleciendo por la ausencia de un plan candado; mientras Hugo Acero, experto en temas de seguridad urbana, cree que el Eln está detrás del atentado.

Redacción Bogotá
19 de febrero de 2017 - 09:42 p. m.
Treinta personas resultaron heridas por el estallido, entre ellas 26 policías.  / / Gustavo Torrijos
Treinta personas resultaron heridas por el estallido, entre ellas 26 policías. / / Gustavo Torrijos

Para Juan Carlos Ruiz, experto en seguridad de la Universidad del Rosario, atentados como el de ayer ponen en evidencia que el sistema de inteligencia para estos actos no está funcionando. “En los casos de explosiones de petardos, que han estallado desde la época en la que Luis Eduardo Garzón era alcalde, no se ha registrado ni una captura. En esta alcaldía han ocurrido varias explosiones, pero sin ningún detenido”, señaló.

Pero, ¿quién es realmente responsable de los atentados? Según analistas consultados por El Espectador, las hipótesis apuntan a que, por un lado, se considera la posibilidad de que sea el Eln, que adelanta una campaña para llamar la atención del Gobierno y para lograrlo se concentró en la capital. Por el otro, se cree que detrás de algunos casos están grupos de derecha que “pescan en río revuelto” para generar ambiente de inseguridad.

Según Ariel Ávila, investigador de la fundación Paz y Reconciliación, la seguidilla de petardos y de bombas panfletarias, en el fondo, lo único que buscan es generar miedo. “Casi todas las explosiones han sido para causar pánico, pues se han cuidado de que el daño sea el menor posible. Esto significa que quieren generar una sensación de inseguridad en la ciudadanía. Aunque muchos de esos casos fueron atribuidos al Eln, hay otros en los que hay dudas”.

Si bien, en principio algunos trataron de relacionar la explosión de ayer con la controversia entre taurinos y antitaurinos, para Ávila es clave no especular hasta que se avance en las investigaciones. “Es difícil que un antitaurino haga una bomba con activación por celular. Eso requiere alto grado de especialización”.

Según Ávila, hay asuntos que se deben tener en cuenta a la hora de analizar la seguridad de Bogotá. “La gran conclusión es que, más allá de quién lo hizo, hay que resaltar que Bogotá tiene problemas que afectan la seguridad. Por ejemplo, no funciona bien lo que se conocía como el “Plan candado”, que era una estrategia para asegurar la capital, y parece que ahora estuvieran entrando explosivos con más facilidad que antes”.

Y agrega: “La gran mayoría de casos han quedado impunes. Después de que ocurre algo como esto hay mucha rueda de prensa y mucho anuncio, pero nada más. Es clave que se mejoren los sistemas de inteligencia y contrainteligencia, seguir los rastros de la poca información que hay. Reforzar las rutas de acceso a la ciudad, para evitar que sigan llegando explosivos”.

Hugo Acero, experto en temas de seguridad urbana, coincide con Ávila en que la acción de ayer es para generar terror. Sin embargo, dice que hay indicios sólidos para decir que el autor es el Eln. “Esta organización insiste en estas acciones de guerra. Ellos han sido claros en decir que no van a cesar en el enfrentamiento contra el Estado y esta es una de las tantas formas de llamar la atención y decirles a los colombianos que están activos”.

Agrega que cometer este tipo de atentados en una ciudad como Bogotá es importante para ellos, por el despliegue mediático. “Seguramente no lo van a reconocer públicamente, pero las investigaciones apuntan a ellos”.

Sobre qué hacer para blindar la ciudad, Acero considera que las autoridades están haciendo lo que les corresponde y el llamado debe ser para que la gente colabore. “Hay que hacer un esfuerzo grande de participación ciudadana y pedirle que si ven algo raro informen a la Policía. En eso nos hemos descuidado un poco, porque definitivamente este tipo de hechos se pueden evitar con una mayor participación de la gente”.

Para los expertos, lo que atraviesa la capital no es un problema exclusivo del alcalde, pues hay fenómenos muy delicados, que van más allá de lo político y ameritan que el Gobierno Nacional les preste atención. “Nadie puede negar que la inseguridad asociada a la intolerancia ha disminuido. Sin embargo, parece que el crimen organizado se está fortaleciendo, como queda en evidencia con los atentados contra la Policía, en los que se nota una logística detrás del ataque. No es para entrar en pánico, pero sí es de cuidado”, concluyó Ávila.

Por Redacción Bogotá

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