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El pasado 13 de abril el Consejo Territorial de Planeación Distrital (CTPD) dio un concepto positivo al proyecto con el que el alcalde Petro pretende modificar el Plan de Ordenamiento Territorial. Sin embargo el organismo tiene varias observaciones que además incluyen la voz de expresada por los ciudadanos en más de 20 encuentros realizados en las localidades.
Martha Triana, presidenta del CTPD dijo a El Espectador que una de las debilidades de la propuesta es la falta de un proceso de cambio cultural que disminuya los conflictos socio-económicos que se presenten por la mezcla social. Será uno de los argumentos más polémicos de la discusión luego de que el Distrito radique esta semana el proyecto ante el Concejo.
La administración espera consolidar en el centro ampliado sectores donde exista Vivienda de Interés Prioritario para los más pobres y tengan la posibilidad de acceder a servicios y ofertas como un hospital, un colegio o un teatro, de la misma forma que otros residentes de este perímetro.
Aunque es una idea ambiciosa, Triana indica que no hay instrumentos que permitan solucionar o atender los posibles conflictos generados por diferencias socioeconómicas. El subsecretario de Planeación, Octavio Fajardo, asegura que para este cambio cultural no hay receta y dependerá de distintos factores. Uno de ellos estará en manos de los urbanizadores “porque seguramente los estratos no estarán en un mismo edificio sino por manzanas”.
En algunos de los cabildos realizados en la capital, los ciudadanos han manifestado su preocupación por la mezcla de usos y estratos. Fajardo asegura que se trata de un proceso de largo plazo que tiene que ver con aprender a ser una sociedad más democrática y con mayor disposición a ser equitativa.
“Un ejemplo de nuestra subsecretaria de ordenamiento territorial es que cuando usted de una familia trabajadora, de clase media, tiene bebés y le confían su cuidado a una persona que vive en una zona periférica, con la que desarrolla unas relaciones de confianza y cariño. La pregunta es ¿por qué le pueden dejar su bebé 10 horas al día pero por qué no puede ser vecina de su barrio?”, recalca el funcionario.
Otro reparo del CTPD es que la revitalización y redensificación de la ciudad puede tener dificultades debido a la presencia de redes de acueducto obsoletas, la falta de vías y de implementación pronta de modos de transporte masivo diferentes a Transmilenio, que faciliten la movilidad y además desestimulen el uso del vehículo particular.
Frente a la preocupación del organismo sobre la posibilidad de implementar proyectos sin la adecuada infraestructura pública, el subsecretario de Planeación reconoce que hay zonas del centro ampliado donde la red de Acueducto hoy no da abasto y explica que precisamente por esta razón, los procesos de redensificación partirían donde sí hay capacidad en zonas como Puente Aranda y el borde occidental de este perímetro (área de reserva de la ALO y la avenida Boyacá entre calles 80 y avenida 1 de Mayo).
Los principales sectores con déficit de redes de Acueducto son la carrera séptima y la avenida Circunvalar. Según los cálculos de Fajardo, de las 11.300 hectáreas que se esperan desarrollar en el Centro Ampliado, más de 2.000 se lograrían en el corto plazo.
Pese a que el 13 de abril Triana destacó que el proceso de discusión con la ciudadanía es uno de los más participativos que ha tenido esta administración, insiste en que 30 días hábiles para que el CTPD rinda concepto luego de escuchar a la ciudadanía son insuficientes. Pero el Distrito sigue los términos de la ley y su modificación corresponde al Congreso.
Otras de las preocupaciones que señala el CTPD son la falta de garantías para los propietarios tradicionales del territorio, que temen ser desplazados por los grandes proyectos, que haya inversión extranjera sin límites y la falta de instrumentos jurídicos y herramientas para que las autoridades locales y de planeación hagan cumplir las normas que plantean.