En una zona boscosa a las afueras del municipio de Ricaurte (Cundinamarca), conocida como El Paso, encontraron los cadáveres de tres jóvenes. Estaban atados de pies y manos, y llevaban, al menos, cuatro días en ese lugar. Aunque ayer Medicina Legal no había confirmado aún su identidad, los familiares no tienen la menor duda: son los hermanos Cristian y Jorge Eduardo Castiblanco Villalba (de 23 y 18 años) y su trabajador, Alexánder Carrillo, de 35.
Los tres, oriundos del municipio de Cabrera (Cundinamarca), trabajaban con el camión de placa THU943 transportando productos entre Bogotá y los municipios de la zona. “Mis hijos, cuando no trabajaban con el carro, estaban echando azadón. Mi hijo mayor, Jorge, estudiaba los sábados contaduría en Fusagasugá. El menor no quiso estudiar, pero era trabajador. Y Alexánder les ayudaba a cargar el camión. Eran muchachos honestos, campesinos. Permanecían juntos para arriba y para abajo. Eran muy unidos”, contó Eduardo Castiblanco, padre de dos de las víctimas.
El último viaje de estos jóvenes fue el domingo de la semana pasada, cuando partieron rumbo a Bogotá para llevar un cargamento de mazorca. Allí dejaron el producto y supuestamente los contactó alguien para hacer un trasteo desde Girardot. Los hermanos Castiblanco, como costumbre, llamaron a sus padres para contarles de su nuevo rumbo.
“Me dijeron que los contactó un militar para un trasteo. Les dije que no fueran, pero insistieron y me dijeron que luego del trasteo viajarían a Bogotá y aprovecharían para traer insumos a Cabrera. Luego de esa llamada no volví a saber de ellos”, agregó Castiblanco.
El lunes, al no tener noticia de dónde estaban, reportaron su desaparición. Cinco días después, el viernes, los encontraron sin vida. El mayor César Ríos, comandante (e) del Distrito de Policía Girardot, dijo que oficialmente no están identificados. “Esperamos los resultados de la inspección que hizo el CTI y el resultado de Medicina Legal para conocer cómo murieron”, indicó.
No son móviles políticos
Luego de conocerse el triple crimen surgieron las especulaciones sobre los móviles, entre ellos las posibles causas políticas. El primero en difundir la versión fue el exalcalde Gustavo Petro, que escribió en Twitter: “Asesinados hijos de militantes del Partido Comunista de Cabrera. El costo de una paz chiquita de Santos”. Y luego agregó: “Creo que el asesinato de decenas de militantes de izquierda tiene que ver con la captura de Santiago Uribe”.
A la versión de que los padres de las víctimas eran líderes de izquierda, se sumó la que indicaba que se oponían a la construcción de una hidroeléctrica en Cabrera. Los propios familiares desmintieron estas afirmaciones.
“Eso es falso. No somos políticos ni militantes de un partido que murió hace años. Somos campesinos. De política, lo único que hacemos es trabajar por la vereda. Soy líder comunitario, tesorero de la Junta de Acción Comunal de la vereda Peñas Blancas, en Cabrera. Ni me gusta la política ni asisto a ningún acto político, para que quieran relacionar la muerte de mis hijos con esos asuntos”, dijo Eduardo Castiblanco.
En cuanto a la oposición al proyecto hidroeléctrico, dijo que, si bien saben que están socializando la iniciativa y que él ha expresado su preocupación por los efectos sobre el municipio, nunca ha liderado actos políticos para expresar su oposición. Miriam Villalba, madre de los hermanos Castiblanco, reiteró las palabras de su esposo: “Nos están metiendo en temas en los que nunca hemos estado”.
Yuranny Villalba, tía de los jóvenes asesinados, cuestionó las versiones que se han lanzado a través de redes sociales, situación que, dice, están aprovechando algunos partidos políticos para su beneficio. “Nosotros no sabemos los detalles de cómo mataron a mis sobrinos, pero si los tuviéramos, ya estaríamos buscando a esos delincuentes. Ellos no intervenían en política, su padre es un líder comunal. Eso que están diciendo puede generar más peligro para toda la familia”, indicó.
El robo
Alrededor del caso hay varias hipótesis y ninguna se ha descartado, según la Policía. La más fuerte es que el crimen fue por robar el camión de los hermanos Castiblanco. “Estamos revisando todo el material de las cámaras de seguridad del sector por donde pudieron pasar. Estamos trabajando y nos está apoyando personal de la Dijín de Bogotá”, dijo el comandante (e) de la Policía de Girardot.
Según familiares de las víctimas, el vehículo sigue perdido. El último monitoreo arrojó que se lo robaron en Girardot y luego pasaron por el peaje de Chuzacá. La Policía revisa los videos de las cámaras de seguridad que tiene la concesión que administra la vía para dar con la identidad de los responsables del triple crimen. “Esos videos son veraces e irrefutables. El resto son especulaciones”, concluyó Villalba, quien agregó: “Mis sobrinos eran trabajadores, buenos hijos, muy inocentes. Pienso que este caso se relaciona con el hecho de que hubieran sido tan inocentes y confiar en todo el mundo. No pensaron en que la maldad existiera. A ellos los engañaron para robarles el camión”.
La versión cobra más fuerza, al saberse que, según el padre de los jóvenes, nunca tuvieron amenazas. “Mis hijos eran unidos. Siempre trabajaban juntos. Nunca tuvimos problemas con nadie, porque somos una familia humilde, que se ha dedicado toda la vida a trabajar el campo. No veo razones para este crimen. Lo único que espero es que encuentren a los responsables y que haya justicia”, concluyó.
Hasta ayer, los familiares de las víctimas estaban en Fusagasugá adelantando trámites para el sepelio de los hermanos Cristian y Jorge Eduardo Castiblanco Villalba y su trabajador, Alexánder Carrillo.
Sin embargo, deben esperar a que Medicina Legal les entregue los cuerpos, luego de culminada la inspección forense.