Una explosión sacudió las calles del barrio Nueva York, en la localidad de Kennedy, la noche del domingo, y llegó a pensarse que se trataba de un atentado terrorista.
Sin embargo, tras las primeras investigaciones las autoridades establecieron que Alexis de la Hoz, de 37 años, y Johan González, de 17, desconocían que el cilindro de cobre que utilizaban desde hacía varios días como cincel era realmente la espoleta de una granada de mortero de 120 milímetros.
Todo apunta a que los mecánicos martillaron el detonante de la granada en varias oportunidades hasta que activaron el artefacto explosivo. La Fiscalía busca establecer cómo obtuvieron esta bomba de tiempo, que por desconocimiento acabó con su vida.
La Fiscalía lanzó un mensaje de alerta para que los mecánicos de la capital no se arriesguen con improvisadas herramientas de trabajo.