A mediados de junio arranca chatarrización de flota antigua de Transmilenio

Se trata de vehículos que cumplen alrededor de 18 años de uso y que darán paso a la nueva flota que circulará en el sistema a partir de este mes.

-Redacción Bogotá - bogota@elespectador.com
09 de junio de 2019 - 11:59 p. m.
Archivo particular
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El próximo 15 de junio, según prevé Transmilenio, comenzará en firme la chatarrización paulatina de los buses viejos del sistema, correspondientes a las fases I y II que ahora serán remplazados por nuevos vehículos.

Precisamente, este lunes la gerente general de Transmilenio, María Araújo, liderará un recorrido por una desintegradora en el municipio de Tocancipá, desde donde se darán a conocer pormenores del proceso.

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El largo proceso para renovar la flota más vieja de Transmilenio llegó a su fin en noviembre pasado, cuando el Distrito adjudicó cinco de los seis contratos que sacó a concurso, para renovar los buses de las fases I y II de Transmilenio, que cumplen alrededor de 18 años de uso. Los nuevos vehículos, que empezarán a llegar desde mediados de este año, estarán rodando por las troncales mínimo durante diez años.

A pesar del debate ambiental que se libró alrededor de esta licitación, al final dos operadores con sus propuestas de buses impulsados por diésel se quedaron con los dos contratos más grandes y por esta razón este seguirá siendo el combustible predominante en el sistema. De los articulados y biarticulados que se comprarán 688 (el 60 %) usarán esta tecnología, los cuales estarán ubicados puntualmente en los patios de Usme (256 buses) y Tunal (432 buses).

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El proceso de renovación supone dificultades, entre ellas, la ampliación de estaciones para atender vehículos biarticulados. A pesar de que este mes empezará la renovación paulatina de la flota de las fases I y II, también arrancará la adecuación del 30 % de las estaciones para adaptarse a los nuevos buses. No obstante, la administración asegura tener una estrategia para reducir el impacto de la transición.

La necesidad de las obras obedece a que de los 1.441 vehículos nuevos que empezarán a rodar por las diferentes troncales, 925 serán biarticulados, algo que no solo implica el aumento de la capacidad del sistema en 140.000 cupos, sino la obligación de ampliar 48 de las 147 estaciones, para una adecuada operación.

>>>Lea: Ampliación de estaciones de Transmilenio: el desafío que viene

Como ambos procesos se desarrollarán en paralelo, serán evidentes los traumatismos, ya que, por cuenta de las obras, cambiará la dinámica en algunas zonas. El proceso está en cabeza del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), que destinó $134.000 millones para las obras que, si todo sale como está previsto, deben estar listas a más tardar a finales de 2020.

 

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