La Mesa tendría agua a mediados de 2017

La Gobernación de Cundinamarca anunció que la Financiera del Desarrollo (Findeter) abrió la licitación para construir el tan esperado acueducto La Mesa-Anapoima.

Redacción Bogotá
04 de septiembre de 2015 - 03:31 a. m.

En 2006, el gobernador Pablo Ardila, investigado por enriquecimiento ilícito, prometió que iniciaría las obras. En 2012 sólo se inauguró una de las cuatro fases contempladas. Hoy, en época electoral, el compromiso es que las obras se reiniciarían a principios de 2016.

De acuerdo con el alto consejero presidencial, Guillermo Rivera, hoy gobernador encargado (tras la renuncia de Álvaro Cruz debido a una investigación por corrupción), el Gobierno Nacional destinará $13.900 millones y el departamento pondrá $5.400 millones para atender la necesidad básica de agua potable que tienen las más de 40.000 personas en estos municipios.

Rivera anunció que el proceso de licitación se demorará tres meses y los trabajos empezarían a principios de 2016. “La idea es que el acueducto y sus pozos de abastecimiento estén listos a mediados de 2017”, señaló.

Hay que tener en cuenta que las obras necesarias para terminar el proyecto iniciado en 2006 no son pocas. Aunque la licitación actual incluye la perforación de un pozo de agua en Bojacá, la Gobernación afirma que se necesitaría licitar un pozo más para poder suplir la demanda de ambos municipios. Para tal fin están realizando una operación financiera a través de las Empresas Públicas de Cundinamarca para liberar los recursos necesarios. Se estima que la perforación costaría $5.000 millones adicionales a los $20.000 millones ya asignados.

Además hay que optimizar los tanques de almacenamiento, cambiar un tramo de la tubería e instalar la línea de conducción desde Bojacá hasta La Mesa, para cumplir los requerimientos técnicos y poner en marcha el acueducto, que quedó incompleto. Con este proyecto el departamento espera saldar una deuda enorme que tiene con los habitantes de La Mesa y Anapoima dese su fundación, hace al menos tres siglos. Pero sobre todo una deuda clara desde hace 10 años, cuando entre dos empresas de propiedad de los condenados contratistas Nule se extraviaron cerca de $29.000 millones adjudicados para el acueducto.

Gracias a los incumplimientos, lo que debió ser un importante acueducto regional terminó convertido en un gran elefante blanco que, además de no suministrar agua, tenía diseños y materiales defectuosos, y de haber sido puesto en servicio habría significado un peligro para la población.

En 2012 la administración departamental logró declarar el incumplimiento de los contratos de las tres primeras fases. La cuarta fue la única que se pudo terminar e inaugurar en noviembre de 2012, pero no alcanzó para suplir la demanda. Por lo pronto habrá que esperar a que esta vez el agua llegue para quedarse en La Mesa y Anapoima, más allá de las promesas políticas.

Por Redacción Bogotá

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