Aunque las motocicletas de dos tiempos debían dejar de circular desde el martes por las calles de Bogotá, una nueva decisión de la Secretaría de Movilidad aplazó por ocho meses más la despedida de cerca de 39 mil vehículos de este tipo que hoy se mueven por la capital.
El anuncio, que para los conductores es un parte de alivio, para otros, como el concejal del partido Mira, Andrés Felipe Arbeláez, es una muestra clara de la improvisación por parte del Distrito al respecto.
Desde abril de 2009 se había anunciado la salida paulatina de las motocicletas de dos tiempos, debido a su alto nivel de contaminación: al año producen cerca de 143 toneladas de polvo, hollín y humo, como asegura la Secretaría Distrital de Ambiente. Pero casi tres años después, el panorama de los propietarios sigue siendo incierto. Hasta el momento, ni la Secretaría de Movilidad, ni la de Ambiente, saben cuál será la alternativa para ellos y las cerca de 20 mil familias que se verían afectadas con la medida.
El mismo secretario de Movilidad, Fernando Álvarez, reconoció esta semana que en el nuevo plazo se analizará la posibilidad de cambiar las motocicletas por vehículos eléctricos, como si se tratara de una medida reciente.
Por eso, Arbeláez, quien ha hecho seguimiento al tema en los últimos años, advierte que no se han tenido en cuenta a los motociclistas en el proceso y que tampoco se han contemplado posibilidades como la instalación de catalizadores en estos vehículos, que por sólo $120 mil permitirían adecuar las motocicletas a las necesidades ambientales y disminuirían el impacto en los propietarios.
Así las cosas, será el alcalde electo, Gustavo Petro, quien de solución a una problemática que hoy tiene a más de 100 mil bogotanos en el limbo.