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'No estamos derrotados'

Luego de una protesta en contra de la Eps Famisanar, la Secretaría de Salud dictó pliego de cargos y sancionaría en una semana.

Santiago Valenzuela
08 de febrero de 2013 - 10:00 p. m.
David Curtidor protesta con su familia en la Eps Famisanar por la muerte de Amaranta, una niña de ocho años.  / David Campuzano
David Curtidor protesta con su familia en la Eps Famisanar por la muerte de Amaranta, una niña de ocho años. / David Campuzano

El año pasado dejó profundas secuelas en las familias de Amaranta Curtidor, Ana María Forero Villamil, Shirley Alvarado y Gabriel Sneider Barragán. Mientras que el 23 de octubre de 2012 Ana María agonizaba en la clínica Famisanar de la Calle 51, los padres de Amaranta indagaban las razones del fallecimiento de su hija en el mismo centro hospitalario. La muerte de Ana María, de tan solo 11 meses, fue registrada por los medios de comunicación y puso en el ojo del huracán a la Eps Famisanar. Cuando las familias Curtidor, Barragán y Alvarado conocieron el caso, decidieron reunirse con los padres de Ana María para protestar por presuntas negligencias de la Ips de la calle 51.

En la mañana del viernes, el padre de Amaranta se encadenó a un poste en frente de la sede principal de Famisanar, en la calle 78 a la altura de la carrera 13ª. “Los casos todavía están impunes. Estamos acá porque no estamos derrotados”. David Curtidor llegó con su familia de origen nassa en representación de los padres de Sneider Barragán y del esposo de Shirley Alvarado. Gerardo Forero y Lizeth Villamil, padres de Ana María, asistieron en la tarde al lugar de protesta.

La manifestación no tardó en hacer eco en el Distrito. El secretario de salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, visitó el lugar y anunció que la entidad ya formuló pliego de cargos a Famisanar, a la Ips Cafam en la calle 51 y a la Alianza de Ambulancias Medicas S.A. “La familia de Amaranta se quejó por escrito en noviembre de 2012 y nosotros comenzamos a hacer la investigación respectiva. Ellos ya están respondiendo al pliego de cargos y esperamos que se tomen las pruebas necesarias. Si esto avanza, nosotros podemos fallar la semana entrante”, señaló Jaramillo.

Para Jaramillo la sanción no sería suficiente: “nosotros tenemos unas multas al respecto y si vemos que hubo alguna falla desde el punto de vista profesional dirigimos la multa hacia el profesional o los profesionales respectivos. La multa a veces es de $1 millón o $2 millones. Para mí son medidas muy suaves. Necesitamos sanciones más fuertes”. Los cargos, según el secretario de salud, tienen que ver con presuntas irregularidades en la atención de estos pacientes.

La cronología de las muertes empezó el 12 de mayo de 2012. En la IPS Famisanar Cafam Calle 51 Gabriel Sneider Barragán falleció luego de que, según Curtidor “le negaran el servicio de salud”: “la mamá alcanzó a tenerlo en los brazos. Se lo quitaron, se lo llevaron para hacer unos exámenes y doce días después murió”. En este caso, los familiares aún no conocen la necropsia del bebé.

Amaranta Curtidor, ocho años de edad. “Entre el 4 y el 9 de agosto del año pasado mi hija se enfermó y en Famisanar le negaron la imagenología y otros servicios médicos especializados. El 6 de agosto le da un coma y solo hasta que tuvo muerte cerebral recibió atención de un pediatra” dice su padre.

David Curtidor creyó que se trataba de una gripa: “eso pensé porque me la devolvieron con analgésicos. Luego me dijeron que podía ser sinusitis, meningitis, un tumor cerebral o migraña. Cuatro diagnósticos soportados por ningún examen. Doce horas después del coma le tomaron los exámenes que decían que había muerto por un accidente cerebro vascular que provocó un aneurisma”.

Algo similar le habría sucedido a Shirley Alvarado, mujer con ocho meses de embarazo que murió en la clínica Roma, de Colsubsidio, el tres de octubre . “No la quisieron atender cuando estaba en embrazo de alto riesgo. La devolvieron a la casa con ibuprofeno. En la casa se puso muy mal. En la clínica los médicos extrajeron al bebé por cesárea y ella murió” asegura Curtidor.

El año terminó con la muerte de Ana María Forero a las nueve de la noche el 23 de octubre. Su padre, Gerardo Forero, le dijo El Espectador que desde ese episodio la familia ha preparado las pruebas para demandar a Famisanar Eps y a la Ips Cafam de la calle 51. “Estamos adelantando la recopilación de las pruebas. Por un lado, ningún pediatra atendió a mi bebé cuando la llevamos a Famisanar en Cafam de la avenida 68. El primer médico general que atiende a mi bebé le diagnostica una supuesta infección urinaria y el médico que la atiende después, en el cambio de turno, dice que no es una infección urinaria y le quita los antibióticos”.

La prueba reina de Forero es el triage que le remitieron en Famisanar de Cafam de la avenida 68: “ ella llega a la Ips de la calle 51 con un triage. Ahí se supone que el paciente debe ser atendido en un tiempo no mayor de 30 minutos. A ella le dan el turno 117. Pasaron dos horas y media y tuvo tres paros cardiacos y un paro cardio respiratorio”.

El anuncio del secretario de salud no tranquilizó del todo a los familiares: “tenemos miedo de que el caso lo asuma la Superintendencia de Salud y pase lo que pasó con Ana María Forero, que de un día para otro digan que no hubo negligencias”, dice el padre de Amaranta.

Por Santiago Valenzuela

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