En su primer acercamiento oficial con los medios de comunicación, Alexandra Rojas, la nueva gerente de Transmilenio, dejó ver la hoja de ruta que dirigirá el rumbo de ese sistema de transporte masivo durante los primeros meses de la administración del alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa. Rojas habló de seguridad, colados, tarifas, vendedores ambulantes y de los objetivos de infraestructura primordiales para el sistema, ahora bajo su tutela.
La nueva gerente de Transmilenio advirtió que el sistema tiene un hueco financiero de $240.000 millones que, entre otras medidas, hace necesario que sus tarifas sean ajustadas. Precisamente, sostuvo, a finales de enero ya estarían listos los nuevos precios del pasaje.
Frente a la suspensión de la licitación de la troncal por la avenida Boyacá, anunciada este jueves por el Distrito, señaló que el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) está revisando la estructuración de esa licitación y resolviendo aspectos como la ausencia de espacio público en ese trayecto, tras lo cual, en febrero, se volvería a abrir la licitación .
Precisamente la construcción de esa troncal, junto a la de la carrera Séptima y la revisión de la Caracas- Autopista Norte, con la implementación de pasos a desnivel, son las prioridades en infraestructura del Transmilenio bajo la alcaldía de Peñalosa, dijo Rojas.
Frente a temas que afectan las operaciones del sistema, como los colados, aseguró que “haremos que las normas se cumplan con operativos contra la evasión que estarán articulados con la Policía”. Esos operativos empezarían la próxima semana. Algo similar anunció frente a los vendedores ambulantes en Transmilenio: “los vamos a retirar con presencia policial”.
Con estas primeras medidas y declaraciones, Alexandra Rojas, la nueva gerente del sistema, deja entrever el talante de la administración municipal de Enrique Peñalosa alrededor de su más preciado caballo de batalla: Transmilenio.