'No quería volver a la cárcel. Soy inocente': Fernando Merchán, vigilante de Equus 66

En un corto texto encontrado junto a su cadáver, el hombre de 58 años que estuvo de turno el día del crimen de Yuliana Samboní afirmó que no quería dañar la navidad a su familia. También pidió perdón, dando aire a la teoría de un posible suicidio.

Redacción Bogotá
10 de diciembre de 2016 - 12:46 a. m.
Mauricio Alvarado - El Espectador.
Mauricio Alvarado - El Espectador.

La muerte de Fernando Merchán marca un punto de inflexión en la investigación del abuso y asesinato de Yuliana Andres Samboní. El vigilante del edificio Equus 66, que estuvo de turno de 6:00 a.m. a 6:00 p.m. el día del crimen, apareció muerto este viernes en su casa, enredando aún más los hechos que rodean la atroz muerte de la menor de 7 años. (Lea: Aparece muerto el vigilante del edificio donde fue asesinada Yuliana Samboní)

Merchán, de 58 años, fue encontrado muerto en su domicilio. Su hija, quien lo halló sin vida, dio aviso de inmediato a las autoridades para el levantamiento del cadáver, que según primeras versiones tenía heridas de arma blanca en el cuello, brazos y pecho, y una carta a su lado. El texto de la carta es clave debido a que, pocos minutos antes, se reveló la minuta del edificio Equus 66 que también estaba firmada por Merchán, por lo que el cotejo entre las caligrafías de los papeles arrojaría nuevos indicios sobre el crimen. (Lea: Hermanos Uribe Noguera sí entraron al edificio Equus 66 el día del crimen de Yuliana)

“Hijitas perdónenme, a María y demás amigos y familiares, pero no quiero volver a la cárcel. No quiero dañarles la Navidad, soy inocente”, decía la carta que habría dejado el vigilante muerto. Un texto corto que tiene varias aristas, y en la que Merchán estaría confesando posibles antecedentes judiciales que ya están siendo verificados por las autoridades.

Merchán apareció muerto en su casa del conjunto Jardines de Castilla, ubicado en la localidad suroccidental de Kennedy. Las hipótesis más fuertes sobre la muerte de Merchán giran en torno a un asesinato o un suicidio, siendo esta la opción que más fuerza ha tomado por el contenido de la carta y por las características de las heridas con que fue encontrado.

El papel del hombre que prestaba vigilancia mientras ocurría el crimen de Yuliana era esencial, debido a que estuvo presente en todos los momentos claves del macabro suceso. De hecho, Merchán ya había sido citado por la Fiscalía, y en el interrogatorio afirmó que Rafael Uribe Noguera, principal sospechoso del asesinato, salió a las 9:20 a.m. del apartamento 603 y volvió enojado. Tanto que golpeó el carro cuando estaba parqueando y cuando intentó preguntarle si todo estaba bien solo le dijo que abriera la puerta de nuevo porque iba a volver a salir. Según el testimonio de Merchán, Uribe Noguera regresó después, pero esta vez ubicó el carro en un lugar del edificio en el que no había cámaras de seguridad.

La otra prueba que dejó en vida Merchán es la minuta, en la que reportó el ingreso al apartamento 603, en el que fue encontrado el cadáver de la menor, de Catalina y Francisco Uribe Noguera, hermanos de Rafael, quienes durante este viernes han sido interrogados por la Fiscalía por su posible participación en el crimen, específicamente en la alteración de la escena del crimen.

Por Redacción Bogotá

 

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