Uno de los aproximadamente 20 inmuebles que fueron edificados en la segunda mitad del Siglo XX en Bogotá tras la construcción de la Carrera Décima, fue declarado como de interés cultural por la Secretaría Distrital de Planeación luego del estudio de los múltiples requisitos para decretarlo como un Bien de este tipo.
Tras evaluar que la edificación ubicada en la carrera 12 No. 23 - 77 representa una o más épocas de la historia de la ciudad o más etapas en el desarrollo de la arquitectura y/o urbanismo; que es un testimonio o documento importante en el proceso histórico de planificación de la estructura física de Bogotá; y que es un ejemplo cultural de un tipo de edificación o conjunto, el Distrito determinó que dicho edificio es un Bien de Interés Cultural.
Cuando fue construida, la edificación ayudó a promover los negocios en la zona, pues en sus inicios fue sede de empresas como Telecom y Texaco. Fue obra de la firma Cuellar Serrano Gómez, que fue una de las más importantes de la época. Actualmente, el edificio funciona como sede de la Universidad Incca de Colombia, y sigue guardando su estructura inicial.
La decisión de declarar este inmueble como Bien de Interés Cultural, hace que se preserve su infraestructura, con el fin de que se pueda seguir evidenciando a bogotanos y visitantes, la arquitectura y urbanismo que se desarrolló en la ciudad durante la época.