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Nuevos casos de menores intoxicados por extraña sustancia conocida como 'Dick'

Los jóvenes, que inhalaron el químico dentro de dos colegios del sur de Bogotá, se recuperan en el Hospital Santa Clara.

Redacción Bogotá
13 de agosto de 2015 - 10:07 p. m.
Archivo
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A pesar de los últimos hechos sucedidos en Bogotá, en donde un menor de 14 años murió por inhalar una peligrosa mezcla combinada con marihuana dentro de un salón de clases, los jóvenes no toman conciencia de los peligros para la salud de estas prácticas y siguen consumiendo sustancias alucinógenas desconocidas.

En la tarde de este jueves se conocieron nuevos casos de intoxicación de menores en dos colegios de la localidad de Tunjuelito: Rufino José Cuervo y José María Cuervo, en donde cuatro adolescentes entre los 13 y 15 años resultaron intoxicados al inhalar bóxer mezclado con un líquido conocido como ‘Dick’, una sustancia psicoactiva, que es en realidad un elemento industrial utilizado para eliminar pintura, limpiar computadores y fabricar aerosoles y pesticidas.

Los menores fueron trasladado en ambulancias de la Secretaría de Salud al Hospital Santa Clara en donde, según el reporte médico, se encuentran fuera de peligro.

El ‘dick’ se ha popularizado por la curiosidad de los jóvenes que buscan identificar otras sustancias que puedan reemplazar el alcohol en un afán por encontrar algún tipo de mecanismo que les permita alejarse de la cotidianidad y experimentar cosas nuevas.

Esta sustancia podría compararse con el bóxer, es también un inhalante que produce más o menos los mismos efectos. La diferencia es que el bóxer tiene un fuerte estigma social y se relaciona directamente con la población de calle, mientras el ‘dick’ lo usan estudiantes de todas las clases sociales.

El ‘dick’ es una sustancia nociva. Esa es la información que no tienen los jóvenes que la usan para hacer las clases más “amenas”. Expertos en toxicología han explicado que “si se utiliza para limpiar piezas mecánicas, imagínense lo que puede hacerle al cuerpo, al cerebro y a las fosas nasales”. Es como si todos los días se inhalaran gases tóxicos.

El acto es casi imperceptible. El estudiante impregna el líquido en la manga del saco: en el borde, en el antebrazo o a la altura del hombro. En esas circunstancias, inhalar ‘dick’ es tan natural como taparse la cara para toser o para disimular un bostezo en clase. ¿Cuántos de ellos saben que esa sustancia incolora, de aroma dulce, es realmente un elemento industrial utilizado para eliminar pintura, limpiar computadores y fabricar aerosoles y pesticidas? ¿Cuántos son conscientes de que ese líquido —cloruro de metileno—, además de producir dependencia y daños al sistema nervioso central y a las vías respiratorias, es también cancerígeno?
 

Por Redacción Bogotá

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