Publicidad

Operador público del aseo en Bogotá tiene déficit de $9.000 millones

Aguas de Bogotá recibió $17.987 millones para operar el 100% de la ciudad. Pese a que hoy sólo opera el 32%, lo gastó todo.

Diana Carolina Cantillo
25 de febrero de 2013 - 10:00 p. m.
Según la interventoría del contrato, Aguas de Bogotá aún debe $4.000 millones en salarios y otros pasivos. / Archivo
Según la interventoría del contrato, Aguas de Bogotá aún debe $4.000 millones en salarios y otros pasivos. / Archivo

Los números y cuentas no cuadran para el operador público del aseo en Bogotá. Los tropiezos que ha vivido Aguas de Bogotá, filial de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) que asumió la prestación del servicio desde el pasado 18 de diciembre, la tienen hoy con un millonario déficit y el problema de justificar los gastos de un cuantioso anticipo.

A comienzos de diciembre, el panorama para la compañía era muy prometedor. La respaldaba un contrato por $116.000 millones firmado con la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, con un anticipo de $17.987 millones y desembolsos mensuales hasta abril del presente año por $24.233 millones, además de los ingresos percibidos vía tarifa. Sin embargo, hoy, con el control de sólo el 32% de la ciudad, se ha gastado casi la totalidad del anticipo, no ha recibido un peso mensual y la facturación por el servicio de aseo está en conciliación con el Acueducto.

La situación ha cambiado, pero la realidad contractual no. Aguas de Bogotá pensaba amasar las ganancias de cubrir el 100% de la ciudad; sin embargo, los primeros días prestó el servicio en el 18% de Bogotá pues, por falta de equipos y personal, dos empresas privadas prestaron el servicio en el 50% de las dos zonas a su cargo. Hoy retomó la totalidad de estas zonas, operando así el 30% de la capital del país; y en abril espera tener una nueva zona que actualmente está siendo operada por Atesa.

A pesar de las condiciones reales del servicio, el Acueducto y Aguas de Bogotá no han ajustado su acuerdo a los cambios externos que afectaron el convenio interadministrativo firmado por las partes.

La primera modificación debería reducir el valor del contrato de acuerdo a la cobertura de operación realizada —expertos aseguran que debe reducirse a $32.000 millones—. La segunda debe ampliar el período de ejecución del convenio, pues éste termina el 30 de abril y la empresa sólo calcula revertir sus saldos en rojo, recuperar la inversión y empezar a generar utilidad después de mitad de año.

De no generarse el último otrosí, las finanzas de la empresa estarían al borde del abismo, pues hoy su futuro depende de que el Acueducto la contrate como mínimo hasta diciembre. Pero aún falta un detalle: Aguas de Bogotá no es el operador público del servicio, su presencia en el negocio de la basura llegó gracias a que el Acueducto tercerizó con ella las responsabilidades a las que se comprometió con la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp). Por lo tanto, la permanencia de Aguas de Bogotá hasta fin de año depende de que la Uaesp prorrogue más allá de octubre el convenio interadministrativo que firmó con la EAAB.

Dos meses y una semana después de que Aguas de Bogotá asumiera el papel de operador público del servicio de aseo en la ciudad, tanto el alcalde, Gustavo Petro, como el gerente de la compañía, Ricardo Agudelo, reconocen que el negocio tiene un déficit de caja calculado alrededor de los $5.000 millones. Sin embargo, Interestudios Ingeniería Ltda., la firma interventora del contrato entre la EAAB y Aguas de Bogotá, asegura que el déficit sobrepasa los $10.000 millones. ¿Quién tendrá la razón? ¿Cuál cifra está errada?

Las dos cifras surgen de una misma operación matemática: la diferencia entre ingresos y gastos. Aguas de Bogotá prácticamente ha gastado en dos zonas todo el capital del anticipo que el Acueducto le dio en el contrato que se suponía era para invertir en la operación del 100% de la ciudad y que corresponde a $17.987 millones. De esta suma sólo quedan $400 millones, como lo confirmó a este periódico el departamento financiero de la empresa. Aún faltan por girar rubros importantes de la quincena comprendida entre el 1º y el 15 de febrero, como la nómina, el combustible y gastos de operación que, según la interventoría, superan los $4.000 millones.

Pero la disparidad en las cifras no radica en los gastos sino en los ingresos. La compañía espera recibir por la prestación del servicio una cantidad de dinero que el Acueducto aún no ha aprobado y que la interventoría registra en menor cuantía. De acuerdo con las cifras suministradas por Ricardo Agudelo, gerente de Aguas de Bogotá, la empresa ha pasado facturas al Acueducto por un valor de $11.300 millones, que corresponden al período comprendido entre el 18 de diciembre de 2012 y el 15 de febrero de 2013. Es decir, que el déficit de caja de la empresa es de $6.287 millones, si se tienen en cuenta los $17.587 millones del anticipo.

Sin embargo, una comunicación que la interventoría radicó el pasado 19 de febrero en las instalaciones del Acueducto advierte a la empresa distrital de que “a corto plazo se podrían tener consecuencias financieras graves para el nuevo servicio de aseo en la ciudad” (ver facsímil). En dicho informe se revela que la cifra a pagarle a Aguas de Bogotá es de $10.300 millones y no $11.300.

La interventoría le recuerda al Acueducto en su misiva que en una comunicación telefónica entre un funcionario de la firma y el gerente de la EAAB, Diego Bravo, este último “ratificó verbalmente que los pagos para Aguas de Bogotá son de $3.500 millones por la operación parcial de los zonas 3 y 5 para el período del 18 de diciembre de 2012 al 17 de enero de 2013. Y que a partir del día 18 de enero de 2013, fecha en la que Aguas de Bogotá retomaba la totalidad de la operación de dichas zonas, recibirá la suma de $3.400 millones mensuales por cada una de las dos zonas”, es decir $6.800 millones.

Así, mientras que Agudelo espera recibir $7.900 millones por diciembre y enero, el gerente del Acueducto dice que el pago es de sólo $3.500 millones por el mismo período. El argumento de Aguas de Bogotá para facturar ese monto de dinero es que la empresa recogió entre el 18 y el 22 de diciembre de 2012 la basura del 82% de la ciudad, en vista de la ausencia de los operadores privados. Una verdad discutible, pues precisamente en esos cuatro días la ciudad vivió una crisis en la prestación del servicio de aseo, cuando Aguas de Bogotá, según su contrato, tenía el 100% de la ciudad, lo que obligó al Distrito a negociar con las empresas privadas generándose nuevos contratos con Ciudad Limpia, Lime, Atesa y Aseo Capital, el 18, 19, 21 y 22 de diciembre, respectivamente.

Incluso la Uaesp declaró el 17 de diciembre una urgencia manifiesta con el fin de contratar a esos privados y no dejar a la ciudad anegada en basura. Los operadores privados no sólo tuvieron a su cargo las restantes cuatro zonas de servicio exclusivo de aseo, sino que dos de las cuatro empresas privadas prestaron apoyo, desde el 22 de diciembre hasta el 21 de enero, en el 50% de las zonas 3 y 5, que corresponden a Aguas de Bogotá.

El Espectador conoció la iniciativa de unos ciudadanos que pretenden elevar una petición ante la Superintendencia de Servicios Públicos para que el Acueducto devuelva el valor de la facturación que cobró por los primeros días de diciembre, en los que empezó a operar el nuevo esquema de basuras en el Distrito. Según ellos, los desechos no fueron recogidos y por lo tanto no se debe cobrar el servicio.

Sin embargo, Juan Carlos Casas, gerente financiero de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, aseguró a este diario que Aguas de Bogotá está haciendo el reajuste a la factura en el que se presenta una liquidación de los cuatro días en los que la empresa dice que operó en el 82% de la ciudad. “En este momento estamos en una conciliación y un estudio detallado de los soportes que presenta Aguas de Bogotá de sus facturas”, asegura Casas.

Aguas de Bogotá y el Acueducto comparten la misma teoría: el operador público prestó su servicio en el 82% de la ciudad. Sin embargo, los registros fotográficos de esos cuatro días y la percepción de la ciudadanía es contraria a las cuentas hechas por las dos empresas.

Por Diana Carolina Cantillo

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar