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Detrás de la controversia que generó el anuncio del proyecto con el que el Distrito construirá vivienda de interés prioritario (VIP) en sectores de estrato 6, como El Chicó, está la preocupante realidad que vive Bogotá: no hay suficiente suelo para construir estas viviendas. Un argumento que ha pasado inadvertido en medio del debate de esta semana.
La exsecretaria de Hábitat María Mercedes Maldonado, quien fue el cerebro del plan de vivienda del gobierno Petro, explicó a El Espectador que el argumento del Distrito ha sido avanzar en la construcción de VIP. Por ello el plan se concentró en conseguir suelo por medio de las herramientas que dicta la ley: poner en subasta lotes de engorde, obligar a los constructores a destinar un porcentaje de sus edificaciones a las VIP, hacer proyectos asociativos y usar los lotes fiscales (de dominio del Estado).
Lo que sucedió con el proyecto de casas estrato 1 en el Chicó fue que se terminó la concesión de cuatro parqueaderos privados en terrenos que administraba el Instituto de Desarrollo Urbano y la Secretaría de Hábitat decidió en seguida destinarlos para 372 viviendas destinadas a los más pobres.
“¿Por qué no utilizar esa localización si se están tramitando 23.000 VIP en la ciudad?”, pregunta Maldonado, y agrega que el Distrito estaba en la obligación de hacerlo y de no desistir sólo porque los lotes están ubicados en estrato 6. También dice que los parqueaderos se van a mantener subterráneos y en los primeros pisos de la futura construcción habrá comercio.
La exsecretaria tampoco niega que se trate de un plan difícil. Serán proyectos pequeños y eso tiene desventajas, como que la integración de las familias que lleguen puede tener más dificultades. Pero esta característica a la vez hará que no se afecte la dinámica de la zona, ni su valorización, uno de los puntos que más preocupan a los opositores de la iniciativa.
En medio de las críticas que ha suscitado el plan en este exclusivo sector, donde el metro cuadrado puede valer más de $4 millones, ONU Hábitat expresó su visión al respecto. Édgar Cataño, director de la agencia para Colombia, dijo que reconocen “las bondades de la iniciativa por romper la segregación que hay en Colombia y especialmente en Bogotá” y que precisamente la experiencia internacional muestra que “no se trata de generar guetos, sino de capturar los beneficios del urbanismo”.
Cataño considera que esta es una oportunidad para tender puentes y abordar el tema de la inequidad. También señala que la calidad de las viviendas debe ser acorde con los lineamientos de la zona y que el proyecto de Metrovivienda no debe concentrarse únicamente en las casas, sino incluir elementos económicos y sociales.
Tanto Maldonado como Cataño coinciden en que la prevención de algunos habitantes de la zona ante la futura llegada de familias que han sido víctimas del conflicto es natural, pero resaltan que hay que superar estos estigmas. Además, “esta es una oportunidad para aclarar el rol de las ciudades en una situación de posconflicto. Eso no se está negociando en La Habana y este proyecto de Bogotá es ejemplo de una capital de un país en conflicto que está respondiendo ante el desafío de una nación que quiere salir de la guerra”.
Por otra parte, el plan de VIP en El Chicó no es el único que avanza en la administración Petro. Otros proyectos en terrenos fiscales son Plaza de la Hoja, en la calle 19 con carrera 30, y la Estación, en la calle 72 con carrera 24, entre otros. Según datos oficiales, se han habilitado y terminado 9.800 VIP, hay otras 22.484 en gestión y 20.000 en proceso de estructuración.