Parqueaderos, un dolor de cabeza para la capital

La Alcaldía no actualiza la tarifa de parqueaderos de Bogotá desde hace dos años. / David Campuzano - El Espectador

Desde hace dos años no se actualizan las tarifas de los parqueaderos en Bogotá. Una situación que ha generado que las empresas de estacionamientos generalmente violen la norma e impongan el precio a su acomodo. La tarea le corresponde a la Secretaría de Gobierno del Distrito, a través de una resolución de actualización que está en mora de expedir. Este es uno de los principales problemas que tiene este servicio en Bogotá, junto con la ausencia de permisos y una polémica ley que ha permitido que los centros comerciales no paguen impuestos por este concepto, a pesar de que les deja jugosos ingresos.

Es común que la tarifa de parqueo sea de $95 el minuto. A eso nos hemos acostumbrado los que estacionamos en la capital. Sin embargo, de acuerdo con el decreto 550 de 2010, hay seis tarifas para carros, camperos, vehículos pesados y camionetas, y otras seis para motos, que dependen del servicio y de la zona de demanda. Por ejemplo, un parqueadero de un solo piso, destapado o en césped no puede cobrar más de $48 el minuto, mientras que los subterráneos o de más niveles son los que pueden cobrar el máximo precio de $95 el minuto. Esta es una de las irregularidades más generalizadas y menos sancionadas. Incluso, de acuerdo con el concejal Javier Palacios, en derechos de petición, la Alcaldía ha reconocido su incapacidad de control e inspección de los cerca de 1.646 parqueaderos registrados y de identificar aquellos ilegales o piratas. Esta responsabilidad de control y vigilancia de tarifas también recae en las alcaldías locales, de acuerdo con el decreto 268 de 2009. Pero esta función está muy desdibujada. De acuerdo con 18 derechos de petición que desde la oficina jurídica del concejal Javier Palacios se han puesto a las 20 alcaldías locales para saber si han identificado irregularidades en parqueaderos, ninguna de las contadas sanciones ha sido por violación de tarifas.

“No nos responsabilizamos de lo que se pierda o dañe, no deje cosas de valor en el carro”, es otra frase común en los parqueaderos de Bogotá. Sin embargo, es una de las principales señales de que se trata de un estacionamiento pirata, porque existen pólizas de responsabilidad civil sobre pérdidas. Esto sin decir que muchos de estos parqueaderos tampoco cuentan con el permiso de bomberos exigido y, en cambio, muchos, como los que operan en el centro, están ubicados en espacios cuyas condiciones e infraestructura podrían suponer riesgos para los conductores y los carros.

Otro de los grandes vacíos en el control de este servicio es el limbo jurídico en el que están los parqueaderos de los centros comerciales por cuenta de la Ley de Propiedad Horizontal, que estipula que las zonas comunes, de uso comercial y residencial, no deben pagar el impuesto predial, “pero que por esta misma norma también están evadiendo el Impuesto de Industria y Comercio (ICA)”, aseguró Ricardo Bonilla, secretario de Hacienda del Distrito. Desde 2012 se iniciaron 20 procesos de responsabilidad fiscal y todavía no se tienen mayores noticias al respecto. Sin embargo su importancia es enorme, porque por esta vía el Distrito estaría perdiendo importantes recursos.

Los establecimientos de grandes superficies que están siendo investigados por la Secretaría de Hacienda Distrital son: Atlantis Plaza, Ciudad Tunal, Plaza de las Américas, Centro Andino, Salitre Plaza, Portoalegre, Portal 80, Unicentro, Avenida Chile, Unicentro de Occidente, Palatino, Diverplaza, Titán Plaza, Plaza Imperial, Santa Fe, Gran Estación, Hayuelos, Centro Mayor, Mazurén, Iserra 100 y Hacienda Santa Bárbara.

Este panorama sobre la situación de los parqueaderos en Bogotá ha sido catalogada por el concejal Palacios como “el gran fracaso” de la Alcaldía y las localidades. En un control político sobre el tema que se realizó en el Concejo Distrital en septiembre de 2012, el entonces secretario de Gobierno, Guillermo Asprilla, se comprometió a hacerle un juicioso seguimiento al problema. Hoy, después de dos años, la situación parece no haber mejorado mucho y por eso la presidencia del Concejo de Bogotá tiene en sus manos la citación a un nuevo debate de seguimiento a este negocio.

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@Natal1aH