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Peñalosa: con las puertas abiertas

El alcalde electo tiene a su favor las cordiales relaciones Nación - Distrito. Contrasta con la soledad en la que ha gobernado Gustavo Petro.

Verónica Téllez Oliveros
28 de octubre de 2015 - 03:03 a. m.
 El encuentro de Vargas Lleras, Enrique Peñalosa y  Santos. / Prensa Enrique Peñalosa || La reunión del vicepresidente Germán Vargas Lleras con el alcalde electo, Enrique Peñalosa y otros funcionarios del Gobierno nacional. / Vicepresidencia
El encuentro de Vargas Lleras, Enrique Peñalosa y Santos. / Prensa Enrique Peñalosa || La reunión del vicepresidente Germán Vargas Lleras con el alcalde electo, Enrique Peñalosa y otros funcionarios del Gobierno nacional. / Vicepresidencia

Encuentro con el presidente Juan Manuel Santos y el vicepresidente Germán Vargas Lleras, en la Casa de Nariño, seguido de las declaraciones de Vargas Lleras confirmando los avances en el trámite de los recursos para el metro. Luego, otra reunión con el vicepresidente, el presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y el Ministro de Vivienda, para hablar de obras. Acto seguido: declaraciones del Ministro de Vivienda aplaudiendo los cambios que habrá en la planeación de la ciudad. Esta agenda, en dos días que lleva Enrique Peñalosa como alcalde electo, es una muestra de cómo será su relación con el Gobierno.

A diferencia del difícil trato que ha tenido Gustavo Petro con la Nación (especialmente con el vicepresidente y el ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao), Peñalosa encontrará un ambiente solidario y un terreno abonado para ejecutar su plan de gobierno. Por ejemplo, desde el mismo lunes Vargas Lleras habló del nuevo rumbo que tomará la capital de la mano del nuevo mandatario, gracias a las obras que, según él, mejorarán la movilidad con propuestas de Asociación Público Privadas y reactivarán la construcción de vivienda de interés social.

Obras con las que, de paso, gana un gran sector de la construcción, el mismo que fue uno de los principales financiadores de la campaña del nuevo alcalde a través de empresas constructoras y urbanizadoras como Amarilo, Marval y Cusezar, entre otras. Así que Peñalosa llega a gobernar, prácticamente, con el establecimiento a su favor. Y ha enviado un mensaje de concordia asegurando que “acá no se trata de amargarle la vida a nadie”. “Todo lo que hagamos tiene un sólo propósito: que los ciudadanos estén mejor”.

Obviamente se trata de mensajes que marcan una diferencia con el estilo de confrontación que desde sus días de campaña mostró Gustavo Petro y que luego se hizo constante en las peleas con el Concejo (por temas como su plan del tranvía para la carrera 7, o el cobro de valorización), su obstinación por el modelo público de aseo o sus advertencias retadoras en temas como los toros. Disputas que mostraban la ruptura con fuertes figuras políticas y económicas.

Pero no se trató sólo de las incesantes peleas de Petro. Él, desde el comienzo, tuvo claro que entraba a gobernar a Bogotá sin los avales de la política tradicional. Una figura diferente e incómoda para grandes empresarios. Aunque en algunas ocasiones Petro quedó inmerso en juegos políticos de mediano y largo plazo, que generaron gestos de solidaridad del Gobierno, ello no bastó para que lograra un mejor ambiente para sus proyectos. Tan sólo el año pasado, el presidente Santos pidió a su entonces ministra de Educación, Gina Parody, que intentara salvar en el Concejo la aprobación de un proyecto para financiar los colegios por concesión.

Uno de los temas en los que mejor voluntad ha mostrado Petro con la Nación es el metro (porque también le interesaba pasar a la historia como el alcalde que logró dejarlo contratado). Pero, tampoco ahí encontró el eco que buscaba de parte del Gobierno. Aunque en todo momento el presidente Santos ha dicho que está firme la financiación, todo se quedó en un cheque “simbólico” que sólo pasará a ser real cuando haya un dinero oficialmente comprometido por medio de un documento Conpes (Consejo Nacional de Política Económica y Social).

Prácticamente Petro ha suplicado para que le entreguen los recursos, como lo hizo en mayo pasado luego de una reunión con el presidente. Y como lo ha contado este diario, el Gobierno sólo ha dado muestras de que la plata no se la desembolsará a esta sino a la nueva administración.

Y fue lo que se confirmó con las salidas -justo después de elecciones- de Vargas Lleras y el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas para anunciar que estaba listo un documento del Confis, donde se aprobaban los $9,6 millones para el metro, paso previo para expedir el documento Conpes.

En medio de este panorama, el escenario entonces no sólo resulta favorable para Peñalosa, quien inicialmente tiene la vía libre para sus planes en la capital, sino también para las aspiraciones del vicepresidente, que se ha mostrado como probable sucesor de Santos en las presidenciales de 2018 y cuyo interés era entrar a la capital con su ‘aplanadora’ de la ejecución.

 

 

Por Verónica Téllez Oliveros

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