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Persiste la violencia escolar en Bogotá

El caso de Yadira Perdomo, quien perdió las piernas luego de sufrir un episodio de violencia en el aula, generó una marcha pacífica para protestar por el matoneo.

Redacción Bogotá
13 de febrero de 2013 - 07:15 p. m.
Durante este año se han presentado 253 casos de maltrato infantil. / Archivo
Durante este año se han presentado 253 casos de maltrato infantil. / Archivo

Dos semanas atrás, en el Museo de los Niños, un grupo de madres y profesores marcharon en contra del bullying (también llamado matoneo escolar). La razón de esta protesta pacífica tuvo que ver con el caso de Yadira Perdomo; una joven que en 2009 perdió el movimiento de sus piernas a raíz de un acto de violencia escolar. Yadira tenía 16 años cuando sufrió el accidente. Cursaba décimo grado en el Gimnasio Campestre los Alpes cuando sus compañeros le jugaron una broma que terminó en una caída de tres metros de altura. Yadira no solo dejó de sentir las piernas, sino que le diagnosticaron trauma craneoencefálico, ruptura en la caja torácica y pérdida de función vesical.

Yadira tuvo la fortuna de ser operada por el doctor Sohlmo Raz, de Universidad de California, en 2010. Mientras la víctima intenta caminar de nuevo, sus familiares se han concentrado en buscar la justicia en los juzgados de infancia de adolescencia. Ese fue el resultado de un empujón en un salón de clases.
La marcha hizo eco en los sectores políticos y académicos. En el Concejo Distrital los concejales Jairo Cardozo y Olga Victoria Rubio citaron un debate para tratar el problema de la violencia escolar y, desde el Distrito, la Secretaría de Integración Social (SDIS) entregó un balance sobre lo que ha realizado para prevenir este flagelo.
Las estadísticas no reflejan un panorama muy amable. En 2012 una encuesta del DANE y la Secretaría de Educación reveló que el 50% de los estudiantes aceptaron la existencia de violencia escolar en sus colegios. En ese año, la Fundación Valle del Lili explicó que en un estudio con 3226 estudiantes bogotanos de educación básica y media, el 14% de ellos aceptaron haber sido víctimas de matoneo. En 2013, la página virtual Te Protejo, que hace parte de la Fundación Inhope, recibió 314 denuncias de las cuales el 112 están relacionadas con contenidos sobre abuso sexual con menores de 18 años; 29 a explotación sexual a menores de 18 años; 88 a maltrato, abandono y trabajo infantil; 4 a contenidos inapropiados en radio y televisión; 14 a la venta y consumo de alcohol u otras sustancias psicoactivas y 7 a la intimidación escolar.

Detrás de la violencia escolar está el aislamiento, tanto desde el ámbito familiar como del educativo. “Esto se da en la etapa escolar, de los 6 a los 12 años, y en la etapa de la adolescencia. El problema surge cuando empiezan a sufrir daños de autoestima a raíz del bullying; piensan que no valen la pena, que no son capaces de hacer las cosas por ellos mismos. Entonces llegan los síntomas relacionados con la ansiedad social: temor constante a no ser aprobados socialmente y pérdida en la capacidad de afrontamiento. Cuando pierden esta capacidad los padres piensan que es normal por el proceso de desarrollo del niño, y desentienden del caso” señala Ángela María Torres, psicóloga de la Universidad Konrad Lorenz especializada en infancia y adolescencia.

Las cifras que entregó la Secretaría de Integración Social revelan que el problema va más allá del desentendimiento: en lo que va de 2013, las comisarías de familia han atendido 253 denuncias por maltrato infantil. De estas, 84 fueron reportadas en la localidad de Kennedy. Siguen Ciudad Bolívar con 31 y Suba con 23. En relación al abuso sexual, este año la SDIS ha atendido 45 casos.

Uno de los concejales que ha trabajado el tema de violencia escolar es Celio Nieves. Según él “las instituciones se ocupan de temas académicos como preparación de los jóvenes para ganar status en las pruebas nacionales, los asuntos vitales se tratan con talleres en algunas clases o con actos simbólicos de una hora, no quiere decir esto que se deba restar importancia a los procesos académicos propiamente, pero ¿cómo hacer que se avance en lo cognitivo si en lo psicosocial no se trabaja?”

¿Qué ha hecho el Distrito al respecto? La Secretaría de Integración Social afirma que 10 mil maestras, padres, madres y otros agentes educativos se han formado en áreas como la prevención del maltrato, la resolución de conflictos y la prevención y detención del abuso sexual. La entidad ha atendido a 2 mil 603 niños y niñas en situación de vulneración por abuso sexual, maltrato infantil, encierro convencional, permanencia en la calle y desplazamiento forzado. La meta para 2013 es que el Distrito capacite a 75000 personas en lo que se refiere a prácticas de cuidado, crianza y vínculos afectivos. La inversión será de $3 mil 569 millones.

A pesar de los cambios, los niños que han sido víctimas de matoneo están destinados a vivir con cicatrices físicas y emocionales. Así lo ve Ángela María Torres: “los problemas emocionales van de la mano con los problemas físicos. Los niños que han pasado por episodios de bullying muchas veces dejan de controlar esfínteres y retroceden en la etapa de desarrollo. También pueden sufrir de gastritis, migraña, y en muchos casos, depresión”.

Por Redacción Bogotá

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