El anuncio, más que una reducción de costos, pretende dar inicio a una labor pedagógica que comenzó en el Palacio Liévano y que buscaría, según afirmó el secretario privado, Jorge Rojas, extenderse a todas las entidades distritales.
El anuncio no obedece exclusivamente a la decisión del Concejo de tumbar la reforma, o a las denuncias sobre la compra de vehículos para los cabildantes, sino que, de acuerdo con Rojas, es el fruto de una política pedagógica de uso de bicicletas, senderos peatonales y del transporte público, para contribuir a la movilidad y al cuidado del medio ambiente desde las mismas entidades distritales.
Desde enero, el despacho de Petro ha considerado la reducción de la flota de 22 vehículos adscritos a la Secretaría General y a su despacho. Sin embargo, el estudio de las condiciones de seguridad, los horarios y las condiciones particulares de las funciones de los trabajadores imposibilitó que se tomara la decisión de disminuir de tajo el número de carros. Por ese motivo, el propósito del alcalde, según su secretario privado, es contribuir mientras tanto con el buen ejemplo, que ya fue dado por sus funcionarios de confianza que caminan o van en bicicleta de su casa al despacho, acompañados por sus esquemas de seguridad.
Hoy, un total de 6.311 carros, entre los que están incluidos las ambulancias, los carrotanques del Acueducto y otros indispensables, andan por cuenta del Distrito. En promedio, según varios funcionarios, cada uno consume $200.000 semanales en gasolina y sus gastos de mantenimiento están alrededor de los $700.000 anuales. El propósito es que, por lo menos, una cuarta parte de los funcionarios distritales que se movilizan individualmente en estos carros opten por contribuir con el transporte limpio y la movilidad de la ciudad.