En medio de las acusaciones por competencia desleal,Kenny Tsui, presidente de la Comunidad China en Colombia, se sentó a dialogar con los comerciantes de San Victorino. Pese al acercamiento, las partes siguen en desacuerdo.
Los comerciantes locales pidieron una regulación de los precios que ofrecen los chinos, con los que aseguran no pueden competir. Tsui, por su parte, sostuvo que su forma de competir es legal y por eso no están dispuestos a bajar costos de venta.
Explicó que un fabricante chino, debido al dominio del idioma, logra comprar saldos en sitios alejados de las grandes ciudades, mientras que uno colombiano adquiere los productos en ferias internacionales y por medio de intermediarios, lo que significa un 30% menos de ganancia.
Frente a otra de las estrategias cuestionadas por los nacionales, sostuvo que copiar los diseños de las prendas que son tendencia en el comercio local y confeccionarlas en China no es delito. “Si las marcas no están patentadas en la Superintendencia de Industria y Comercio podemos hacerlo, así como ellos también copian algunas prendas”.
Tsui aseguró que no han llegado a acuerdos y que la idea de la reunión fue, ante todo, intercambiar perspectivas. Eso sí, se comprometió a trabajar de la mano con la Policía y los organismos de vigilancia para que los chinos no contrabandeen.
Este primer acercamiento se dio siete días después de la protesta que organizaron los comerciantes de San Victorino por el aumento de empresarios asiáticos en el sector, a quienes señalaban de contrabandear ropa y juguetes, sobre todo, y pagar primas de hasta $3.000 millones para acaparar locales comerciales.
En primer momento, los locales mostraron reticencia al diálogo con los chinos, pues consideraban que sólo el Gobierno Nacional podía darles una solución: aplicar medidas arancelarias para la importación de los artículos. Luego de un intercambio de puntos de vista entre los líderes de San Victorino y Tsui se logró el encuentro. Los diálogos continuarán la próxima semana.