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'Primero se cae Petro que la Santamaría'

Esta semana se conocería el fallo de la Corte Constitucional sobre si vuelven o no los toros a Bogotá. Felipe Negret dice que el Alcalde de Bogotá tendrá que someterse a la ley.

Camila Zuluaga
25 de noviembre de 2013 - 09:31 p. m.
Felipe Negret, presidente de la Corporación Taurina. / Reinhard Dienes
Felipe Negret, presidente de la Corporación Taurina. / Reinhard Dienes

Se asegura que esta semana la Corte Constitucional está ad portas de emitir una sentencia sobre una tutela que busca el regreso de los toros a Bogotá. Por eso El Espectador habló con Felipe Negret, presidente de la Corporación Taurina, quien insiste en que la arbitrariedad del alcalde de Bogotá frente a la fiesta brava es inaceptable y que así seguramente lo dará a entender una vez más, según él, el alto tribunal.

Se ha conocido que la Corte Constitucional está por fallar la tutela que usted presentó en contra de la decisión del alcalde sobre la prohibición de los toros. ¿Tiene la esperanza de que se tome la decisión esta semana?
Hay que esperar los tiempos de la Corte. Ya hemos esperado año y medio y creo que al alto tribunal no hay que ponerle tiempos. Pero como se han vulnerado unos derechos fundamentales, como el de la libre empresa y el de la gente a asistir libremente a un escenario que fue ilegalmente cerrado, creería que es oportuno que fallen cuanto antes la tutela.

Se ha dicho que lo más probable es que la Corte falle a favor de usted, pero recientemente el Distrito anunció que la plaza de toros debe permanecer cerrada por peligros estructurales. ¿Cuál es el plan B que tienen?

Primero, suena sospechoso que cuando se acerca una decisión de la Corte que será positiva para la afición, no para la empresa, la plaza represente un peligro. El alcalde está en todo su derecho de oponerse a las corridas; nosotros como aficionados estamos en el derecho de defendernos. No entendemos cómo alguien como Petro, que se hace llamar demócrata, tenga sesgos ideológicos y persiga a unas minorías.


¿Cuando usted dice que le suena sospechoso lo que dice el Distrito sobre el estado de la plaza es porque tienen conocimiento de cuál es la situación real de la infraestructura?
Para nosotros, carece de veracidad y confiabilidad que unos subordinados del alcalde hayan producido ese estudio frente a la proximidad del fallo de la Corte. Nuevamente, Petro se coloca al margen de la ley incumpliendo la 916 de 2004, que aprobó como representante a la Cámara. Mire: respecto al estado de la plaza de toros, le puedo asegurar que primero se cae Petro que la Santamaría.

¿Cómo cree usted que va a salir el fallo de la Corte Constitucional?
Creo que el fallo no va a hacer nada distinto a ratificar la sentencia de la Corte que le da plena vigencia a la fiesta brava. La sentencia de octubre del año pasado, la 889 de 2012, dijo que los alcaldes no podían prohibir las corridas de toros.

¿Qué plan tienen si la tutela se falla a favor de ustedes y pueden hacer una temporada, pero la plaza está cerrada?
Vamos a acudir a un criterio técnico confiable, porque el del Fopae no lo es. Acudiremos a la Sociedad Colombiana de Arquitectos o a la Sociedad Colombiana de Ingenieros. Me extraña también que cuando la puso como cancha de tenis o como pista de patinaje en el hielo, a donde iban niños, no amenazaba ruina ni problemas para los asistentes.

¿Ha hablado con el alcalde al respecto o están completamente congeladas las relaciones?
Yo hablé en dos oportunidades con el alcalde. El 13 de enero de 2012 él arremetió contra las libertades emitiendo un comunicado donde planteaba su posición. Posteriormente, en el mes de junio, estuvimos en la alcaldía, donde nos reunimos con dos de sus asesores, entre ellos Eduardo Noriega. Ambos le dieron el soporte jurídico para esta decisión y ambos salieron presurosos de la Alcaldía por problemas. En esa reunión, el alcalde nos planteó que continuáramos con la plaza, que nos podíamos quedar diez años más, pero que no matáramos los animales.

Esa parece una propuesta sensata. ¿Por qué no la aceptaron?
Porque el alcalde no puede incumplir una ley y la ley establece la muerte del animal dentro del reglamento taurino. Los particulares y el gobernante no se pueden poner a negociar una ley. Además, nosotros representábamos un contrato, no a la afición ni a los toreros ni a los ganaderos, de tal manera que nos dijo: consulten a los estamentos taurinos, y así lo hicimos, y nos dijeron que no, que la fiesta brava incluye la muerte del animal.

¿No le parece que ante una propuesta del alcalde en la que ellos cedían un poco, ustedes también podían hacerlo?
Usted no puede negociar la ley y hay una ley que está vigente. Nosotros consultamos a los estamentos. También le dijimos que íbamos a pedirle un concepto a un constitucionalista, porque creíamos que la interpretación que se le estaba dando a la sentencia 666 de 2010 era errada. Hoy el alcalde desconoce esa sentencia. La Corporación Taurina, representando a la afición, acudió a una persona íntegra, Manuel José Cepeda, quien no está a favor ni en contra de los toros, y le preguntamos si el alcance que daba la interpretación del alcalde era el correcto, y él dijo que no.

¿Qué dijo exactamente el concepto del doctor Cepeda?
Nosotros tuvimos una reunión en el despacho del alcalde, y en esa ocasión el doctor Manuel José Cepeda llevó un documento de cuarenta páginas en el que hacía un estudio sobre la sentencia y decía que ésta arroja la existencia de dos deberes constitucionales enfrentados: el deber de protección de la fauna y otro de preservar las expresiones culturales, y había que armonizarlos, no seguir el camino de la prohibición. Cepeda explicó que la interpretación que tenía era indebida, y eso como que no le gustó al alcalde, por lo que se levanto de la mesa y dijo que procedería a la luz del contrato.

¿Y a la luz del contrato podía proceder como lo hizo?
No estamos defendiendo un contrato hoy en día. No hemos demandando al Distrito porque en catorce años tuvimos muy buena relación. Lo que estamos haciendo es dar esta pelea porque ha sido secuestrada, por parte del alcalde, la libertad de asistir a la fiesta brava.

La temporada taurina en Bogotá normalmente se llevaba a cabo en enero y febrero. ¿Tienen planeado algo por si la tutela les resulta favorable?
Claro. Abrigamos la esperanza de que con este fallo (es muy duro decirlo) el alcalde se va a tener que someter nuevamente a la justicia para que cumpla con las leyes y las sentencias. Porque un alcalde no puede ser tan arbitrario como él lo ha sido porque no le gustan los toros. Hay alcaldes a los que no les gustaban los toros durante el contrato que tuvo la Corporación Taurina, pero los respetaron. Peñalosa nunca fue a una corrida de toros, pero respetó esa tradición cultural. Mockus, por su parte, lo máximo que dijo siendo alcalde es que si iba a la plaza iría a protestar con la gente. La protesta es válida, lo que no es válido es que exista un contrato y que lo hayan roto como lo hizo Petro.

No me respondió la pregunta... ¿tienen algo preparado para el otro año? Una temporada no se planea así no más.
Cuando hicimos la primera temporada la hicimos en dos meses. Hay ganaderías, están los toreros... Mire, José Tomás dice que lo único que lo invitaría a regresar a los ruedos sería abrir la plaza de la Santamaría. Esto internacionalmente manda un mensaje devastador; no contra los aficionados, sino contra las libertades individuales. Nadie entiende en Colombia por qué en Cali, Medellín, Manizales y 600 municipios donde hay plazas de toros se celebran los festejos, y en Bogotá el alcalde no lo permite.
Ya que habla a nivel internacional, usted no puede negar que en el mundo hay una tendencia que busca acabar con la fiesta brava, incluso en España...

Cataluña no es España y es claro que la prohibición de los toros en España fue un tema político, como en Bogotá. Y como fue una arbitrariedad, el tribunal supremo muy seguramente está por fallar una acción constitucional muy parecida a la de Bogotá, en la cual establece que no es competencia de las autonomía regular temas que son del congreso de diputados. Por más corrientes que existan a favor de extinguir la fiesta brava, hay unos ordenamientos jurídicos que se tienen que respetar.


¿Qué ha pasado durante este tiempo con la gente de la industria relacionada con la fiesta brava?
Mire el contrasentido: si se acaba la fiesta brava, el animal desaparece de la faz de la tierra, porque ese animal sólo se conserva para lo que nace. No solamente se acabaría la raza, sino todo el ecosistema que el animal ayuda a conservar, porque los sitios donde están las ganaderías son sitios a donde el hombre no puede acceder. Así que sólo le puedo decir que se ha afectado a mucha gente humilde que vivía de esto, porque torear en Bogotá representaba una notoriedad, porque la Santamaría está catalogada como una de las plazas más importantes del mundo. Y obviamente a las ganaderías, porque este animal no sirve ni para carne ni para leche. El toro de lidia nace genéticamente para el combate y sólo sirve para ese fin.+

Frente a este argumento, los defensores de animales tienen una versión distinta, defendiendo el sufrimiento del animal...
No he visto a ninguno de los animalistas yendo a las fincas a recoger todas esas ganaderías que no pueden lidiar sus toros en las plazas. Y tampoco los veo manifestándose dentro de la congruencia que pueden tener en los mataderos. Es la doble moral y la hipocresía. Por eso también me llama la atención la activista Ana Padilla, que el año pasado que hubo un acto terrorista de las Farc con un perro bomba en Nariño no salió a protestar en contra del maltrato animal y contra sus efectos. ¿Sabe por qué? Porque ella trabaja en la unidad legislativa del concejal Carlos Roberto Sáenz y obviamente entiendo que por la subordinación hizo caso omiso a este episodio.

Con mucho respeto le digo: lo veo bastante camorrero e indignado en esta entrevista...
Indignado sí, y camorrero también. Porque es que nos han dado la pelea y la vamos a dar hasta cuando la plaza se abra. A nosotros nos entregaron una plaza de toros abierta y la vamos a devolver abierta. Ya la gente tendrá la libertad de volver o no. El alcalde Petro es pasajero y la plaza seguirá en la 26. Ojalá el alcalde no esté pensando en tumbarla para poder hacer las obras que quiere hacer.

¿Hasta cuándo va el contrato?
Iba hasta 2016. Y la Alcaldía renunció a ingresos probados de $4.500 millones, lo que configura un detrimento patrimonial. Lamentablemente el contralor de Bogotá no ha adelantado una investigación, por lo cual acudiremos a la Contraloría General, para que mediante un control preferente establezca un detrimento patrimonial. El alcalde anunció que la plaza era para todos y terminó siendo para nadie. Si la plaza tiene problemas, de pronto es por la falta de uso, y el responsable de esa falta de uso y el deterioro es el alcalde. También debe responder por eso. La plaza ha estado más de ochenta años en la ciudad y nunca ha tenido problemas de sismorresistencia.

¿Qué pasa si la decisión de la Corte llega a ser contraria a lo que ustedes esperan?
Los jueces en este país están para respetarlos. Nuestra tutela fue desestimada en dos semanas y nosotros insistimos con los recursos, pero si llegara a ser negativa, pues apague y vámonos. Hay que ser respetuosos de las decisiones judiciales. Así que por ahora vamos a seguir peleando, porque hay mucha gente indignada en Bogotá por el cierre de la plaza. Si usted pasa hoy por ahí, ve cómo el lugar es un muladar, el abandono de un bello escenario que fue construido para eso.

Por Camila Zuluaga

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