¿Quién mató a Javier Molina?

Un periodista de la cadena Telesur relata el encuentro que tuvo con Óscar Javier Molina, cuatro días antes de que fuera asesinado en su casa en Usme, y las pistas que tiene al respecto.

Paul Bacares*
09 de octubre de 2013 - 06:07 a. m.
Marcha en Bogotá para homenajear a Javier Molina. / David Campuzano
Marcha en Bogotá para homenajear a Javier Molina. / David Campuzano
Foto: DAVID CAMPUZANO 2012

El pasado 24 de septiembre, el mismo día del foro sobre la solución del problema de las drogas ilícitas en el marco del proceso de paz que se discute en La Habana y que se realizó en Bogotá, conocí a Óscar Javier Molina, el líder social asesinado el 28 de septiembre por sicarios que llegaron a su casa y le dispararon tres tiros en la cabeza. Nos saludamos en la calle novena con carrera 15 donde funciona un Camad (Centro de Atención Médica a Drogodependientes), una suerte de hospital ambulatorio que ofrece servicios de salud, higiene oral, primeros auxilios y urgencias a las personas que viven en la calle. Diagonal a ese bus blanco, como en sintonía a un espacio de paz, está el Bronx o la ELE, que podría ser el infierno de Dante contemporáneo en Bogotá.

El día que lo conocí hice un reporte de los niños que viven en la calle adormecidos por el bazuco y el pegante, caminé por los alrededores del Bronx entrevistando algunos niños que deambulan como zombis. También visité albergues de paso para consumidores y, por último, conocí el sistema del Distrito que brinda salud a la población vulnerable que vive en esta zona; allí charlé con Óscar Javier, quien de entrada me dijo que la zona estaba “muy caliente”.

Conversé con Óscar Javier y en cinco minutos entendí, en palabras de un experto, qué significa y para qué sirven los Camad. Este mediador entre la ciudad de nadie y el Distrito dijo que, por primera vez, había un trato digno para resolver problemas de salud de los habitantes de calle, pero había muchos problemas por resolver.

Ese día sostuve un diálogo off de record con Óscar que fue interrumpido por la llegada de una camioneta GMC polarizada color gris que aparece en el video adjunto.

Oscar salió corriendo al encuentro con el conductor de la camioneta, como si hubiera visto a un jefe. Ya vengo, dijo. Mientras tanto, el otro funcionario de la alcaldía que estaba con él comentó: “llegó don Saúl”. “Quién es Saúl”, pregunté. “Es un saiyajin”, me respondió.

Un saiyajin es una especie de soldado en el Bronx. Es quien controla el mercado de la droga, controla la seguridad, controla los sicarios, la venta de armas y es el autor de las historias que rodean a la ELE como desapariciones y hasta la fuma de los propios huesos que quedan de las víctimas en esta tierra en la que el diablo es Dios.

Alrededor del Bronx se puede ver el movimiento de la compra, venta y distribución de la droga en las narices de varios militares que custodian la jefatura de reclutamiento y policías que se apostan en las entradas de la olla.

Cuatro días después de nuestro encuentro, varios hombres amenazaron a Óscar Javier cuando desarrollaba sus labores sociales en el Bronx. Le lanzaron huevos y materia fecal, lo que sería una advertencia de un destino fatal que se produciría horas más tarde.

A las 11:30 de la noche en el barrio la Aurora, al sur de la ciudad, hombres entraron a su casa y le propinaron tres disparos en la cabeza dejándolo sin vida.
Al Distrito de Bogotá, a la Policía Nacional y a la Fiscalía General de la Nación les diría que sería bueno empezar preguntándole al dueño de esa camioneta que le

dicen “don Saúl” y según versiones es uno de los jefes del Bronx si sabe ¿qué pasó con Óscar Javier?

* Paul Bacares Camacho, periodista bogotano actualmente vinculado a la cadena Telesur. En 2012 ganó el Premio Simón Bolívar en la categoría Seguimiento a una Noticia como reportero de Noticias Uno.
 

Por Paul Bacares*

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