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Las autoridades intentan descifrar las causas del asesinato de Luisa Fernanda Ovalle. Las únicas certezas, hasta ahora, son las siguientes: la porrista no vestía ninguna prenda alusiva a Millonarios y sus pertenencias no fueron robadas. Que intentaron atracarla, que un joven de 20 a 22 años con chaqueta oscura la agredió, que intentaron violarla o que se trató de un crimen pasional son algunas de las hipótesis. Pero ninguna ha sido confirmada por la Policía.
Ante la ausencia de pistas contundentes, la Policía elevó la recompensa a $15 millones, a los que se suman $5 millones más que ofreció un familiar. Lo único que está claro es que el asesinato se cometió en un parque ubicado en la diagonal 7A Bis con carrera 73B (barrio Castilla), a las 8:30 p.m. del sábado 30 de noviembre, cuando Luisa Fernanda llegaba de un evento de electrodomésticos LG. A menos de 100 metros de su casa un hombre la abordó y la atacó seis veces con un arma cortopunzante.
El secretario de Gobierno, Guillermo Alfonso Jaramillo, dijo que “si hay necesidad de aumentar la recompensa, lo vamos a hacer. Necesitamos la colaboración de la comunidad. Infortunadamente era un día lluvioso y oscuro; no alcanzamos a identificar completamente a la persona que cometió el delito”.
Horas antes del crimen, dice Paola Moyano, compañera de Luisa Fernanda en el grupo de porristas, “estuvimos en un bar hasta la madrugada. Ese día estábamos solamente las chicas del equipo. Nosotras sabíamos que ella estaba sola, no tenía novio porque hace unos días había cortado con él”. Nicole Chávez, tía de la víctima, señaló que Luisa Fernanda “no estaba amenazada ni tenía novio”.
El exnovio de la víctima, Felipe Rodríguez, habló con El Espectador: “Ese día tuvimos una discusión al mediodía y no hablamos más. Hace un año atravesé una situación de muerte y ella me acompañó. Duramos un año y siete meses. La conocí en la Universidad de San Buenaventura, en donde estudio ingeniería aeronáutica”.
Para Rodríguez tampoco existen pistas sobre la muerte de su exnovia: “En el sector en donde vive nunca intentaron atracarla. Estaba entregada a las porras y en la calle nunca mostraba la camiseta ni nada. Salía mucho con sus amigas y estaba centrada en el trabajo”.
De momento, las autoridades investigan a dos jóvenes: un amigo de Luisa que residía en el barrio Castilla y un compañero de la universidad. Los vecinos del sector manifestaron que un hombre que vestía una chaqueta negra estuvo merodeando en el parque en la tarde del sábado.