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Remezón en el gabinete de Petro: ¿Crisis o estrategia?

Expertos critican la decisión del alcalde de pedir renuncia protocolaria a sus secretarios. Gobierno, Planeación y Salud se quedarían.

Redacción Bogotá
06 de junio de 2012 - 10:04 p. m.

Más allá de cualquier cuestionamiento, hay un hecho irrefutable: nunca en la historia de Bogotá un alcalde había pedido la renuncia a todos sus secretarios de despacho a sólo cinco meses de haber comenzado el gobierno. Por eso no es gratuito que ayer, ante la decisión que en ese sentido tomó esta semana el alcalde Gustavo Petro, más de uno hubiera amanecido sorprendido: ciudadanos, concejales y hasta los mismos secretarios.

La decisión de Petro tomó por sorpresa incluso a sus secretarios, algunos de los cuales le contaron extraoficialmente a este diario que la inusual petición llegó a través de un funcionario a cada uno de sus 12 despachos.

Al cierre de esta edición, el alcalde no había anunciado quiénes se van o quiénes se quedan y sólo se limitó a explicar, a través de su cuenta en Twitter, que su decisión se basa en que quiere hacer reajustes en su equipo con miras a la implementación del Plan de Desarrollo que recién aprobó el Concejo.

Pero los más suspicaces creen que podría haber otras razones debajo de la mesa. Es el caso del exalcalde liberal Jaime Castro, quien califica la situación del actual gobierno con tres palabras: desgobierno, improvisación y politiquería. “Desgobierno, porque es claro que cinco meses después Petro sigue sin configurar su equipo. Improvisación, porque ha nombrado personas para reemplazarlas rápido. Y politiquería, porque va a nombrar secretarios para complacer a los concejales que le aprobaron el Plan”.

El mandatario local criticó en su cuenta en Twitter que algunos medios tildaran de “crisis” lo que para él es una “evaluación de lo ejecutado”.

Sin embargo, más de un analista coincidió ayer en que lo ocurrido esta semana significa un punto crítico para la administración que, incluso, de no resolverse rápido, podría traer inestabilidad para los procesos institucionales de la ciudad.

De hecho, uno de los doce secretarios llamados a renunciar protocolariamente le reconoció a este diario que “sería costoso para la administración mantener por mucho tiempo esta incertidumbre. Uno sin un mandato no puede evitar que la entidad misma se disperse, y tenemos muchos compromisos que cumplir”.

El exrector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, José Fernando Isaza, cree que el término crisis está bien usado en este caso —pues estamos hablando de una renuncia general—, y que todo estaría explicado en que “o bien las personas tienen problemas para ajustarse a Petro, o Petro tiene problemas para ajustarse a las personas”.

Tanto para Isaza como para el exalcalde es falaz el argumento del mandatario según el cual los cambios se piden por la aprobación del Plan de Desarrollo, cuando lo lógico sería dejar que las personas que concibieron dicha hoja de ruta sean las que la ejecuten.

Adicionalmente, para otros analistas como Paul Bromberg —antiguo miembro del equipo de empalme de Petro— la situación actual afecta el ánimo del equipo de gobierno y pone en riesgo las tareas que ejecuta su cartera: “Para una persona que está desempeñando un cargo de esos, esta llamada colectiva es un golpe muy fuerte. Es conocido que dentro del gabinete la gente protesta por la falta de gerencia de Petro. Entonces, que ahora sean ellos los malos gerentes, en momentos en que se está consolidando el gobierno, es sumamente injusto con los funcionarios. Por supuesto que va a trancar muchos temas... especialmente en ámbitos como la movilidad”.

Además, analistas como Patricia Muñoz Yi, directora de la maestría de Opinión Pública y Mercadeo Político de la Universidad Javeriana, reconocen que la decisión puede ser efectiva para mejorar la capacidad de gestión del gobierno distrital. Sin embargo, “los cambios también sacrifican los aprendizajes, capacidades técnicas y equipos de trabajo que pudieron construirse en estos cinco meses”.

Otra cosa opina el secretario de Gobierno, Guillermo Asprilla, quien no sólo niega que haya crisis al interior del gobierno sino que asegura que “esta es la tradición política” del alcalde Petro. “Sacar a Falcao faltando 10 minutos para que se acabe el partido no significa que sea un mal jugador”, añade el secretario que ha logrado el que acaso sea el mayor triunfo político de Petro hasta ahora: la aprobación del Plan.

Pero, ¿si el que sale no es Falcao sino el equipo entero o buena parte de él? Lo cierto es que por ahora ni siquiera Asprilla, la mano derecha del alcalde, sabe si se queda o se va: “Llevo toda una vida preparándome para un cargo así, pero la última palabra la tiene Petro”, concluye el funcionario quien, además, enfrentaría una posible incompatibilidad por aparecer como apoderado en una demanda contra el Distrito.

Según lo que se comentaba ayer en el Distrito, el alcalde mayor no tomaría la decisión rápidamente, pues se estaba revisando el desempeño de cada cartera, una a una. Al cierre de esta edición, tan sólo se conocía que tres secretarios habían sido ratificados verbalmente: el secretario de Gobierno, Guillermo Asprilla; la secretaria de Planeación, María Mercedes Maldonado, y el secretario de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo.

Por Redacción Bogotá

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