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Recuperar la laguna de Fúquene, ubicada entre los departamentos de Cundinamarca y Boyacá, se ha convertido en la obsesión de las autoridades ambientales. No es para menos. Esta represa fue una de las causantes de la inundación que se presentó en 2011 y que afectó a los 17 municipios que la rodean. El problema entonces fue la contaminación y la sedimentación que disminuyó su capacidad de almacenamiento. Ahora, otro problema aqueja a este recurso hídrico: la disminución de su nivel de agua, debido, en gran parte, a su uso indiscriminado por actividades económicas como la ganadería.
Por eso, esta semana, el Gobierno Nacional, la Corporación Autónoma Regional (CAR) y la Gobernación de Cundinamarca visitaron la zona para ver cómo avanzan las obras de adecuación hidráulica que la CAR puso en marcha y que buscan salvar la laguna. “Ya son $14.000 millones los que ha invertido la entidad para la laguna de Fúquene. Se han extraído aproximadamente 2’600.000 metros cúbicos de sedimentos desde el año 2012, con el fin de recuperar la capacidad hidráulica del cuerpo lagunar y el reforzamiento de las obras de protección contra inundaciones”, explicó Alfred Ballesteros, director de la CAR, y agregó que también se han invertido $60.000 millones para la construcción de las plantas de tratamiento de aguas residuales en los municipios de la provincia.
Al recorrido asistió el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Gabriel Vallejo, quien resaltó el compromiso del Gobierno Nacional en temas fundamentales para la preservación ambiental y la protección de los recursos hídricos y se comprometió a apoyar esta iniciativa de la Gobernación de Cundinamarca y la CAR, entre otras razones porque prevendría una emergencia como la que ocurrió hace tres años.
Pero no sólo las autoridades están preocupadas por el futuro de la laguna. A la visita de esta semana se sumó una investigación que realizó la Universidad Nacional, en la que asegura que en 30 años el nivel del agua de la laguna ha descendido un metro debido al exceso de extracciones para regadío y las 6.700 toneladas de sedimentos que se depositan cada año. Sin embargo, esta no es la única preocupación de los investigadores. El ecosistema de la laguna ha disminuido en los últimos sesenta años. En 1940 había más de 80 especies de animales como zorros andinos, runchos, patos y peces. Ahora, por el deterioro ambiental, esta diversidad se ha reducido en 40%. Hoy sólo quedan 24 especies de aves, 10 de mamíferos, cuatro de reptiles, cuatro de peces, una de crustáceos, una de arácnidos y 14 clases de insectos, según Gustavo Adolfo Garzón, estudiante de biología de la Universidad Nacional, quien analizó la situación de la laguna y su ecosistema.
Según el estudio, la afectación de la laguna tiene dos razones. La primera es que existen 50 fábricas de lácteos ubicadas principalmente en los municipios de Ubaté, Chiquinquirá y Simijaca, de las cuales 41 descargan sus residuos en el alcantarillado y las nueve restantes directamente en los ríos. La segunda razón tiene que ver con la ganadería: al menos 26.500 hectáreas, correspondientes a la parte plana del valle de Ubaté-Suárez se irrigan con el agua de la laguna de Fúquene.
La CAR reiteró que sigue comprometida con recuperar este espejo de agua y afirmó que el trabajo con la comunidad y demás entidades va por buen camino. Las obras y la maquinaria de la CAR estarán allí indefinidamente hasta acabar la limpieza, que beneficiará a todos los municipios de la cuenca de los ríos Ubaté y Suárez.