Publicidad

Sin el Bronx, el centro de Bogotá en crisis

Durante los primeros días que siguieron a la intervención de la Fiscalía, la Policía y el Distrito en el Bronx (el pasado 28 de mayo), los partes de los habitantes y comerciantes del centro de la ciudad eran satisfactorios.

Redacción Bogotá
08 de septiembre de 2016 - 03:07 a. m.
Alrededor de 1.200 habitantes de calle se dispersaron tras la intervención del Bronx. / Archivo
Alrededor de 1.200 habitantes de calle se dispersaron tras la intervención del Bronx. / Archivo
Foto: GUSTAVO TORRIJOS

Se hablaba de la reactivación del comercio legal en las cercanías de lo que fue la olla más grande del país. Incluso, muchos de los que se mueven en el sector dijeron sentirse más seguros. Más de tres meses después, el panorama es muy distinto. Luego de las primeras jornadas de calma, vino el coletazo para el centro.

Ayer, por ejemplo, las estaciones Bicentenario y Hospital de Transmilenio, ubicadas sobre la Carrera Décima y la Avenida Caracas, respectivamente, fueron atacadas por habitantes de calle armados con piedras y palos, que también la emprendieron contra algunos vehículos que transitaban por allí en la madrugada. El costo de los daños materiales, según el Distrito, fue de $9 millones. Desmanes similares ya habían ocurrido en zonas como La Estanzuela.

La queja por la inseguridad es recurrente, por ejemplo, en alrededores del caño de la carrera 30 con 6, donde se ubicaron centenares de habitantes de calle. Al menos entre quienes viven o trabajan en el centro no se siente ese parte de tranquilidad que dio el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, al asegurar que tras la toma del Bronx disminuyeron los índices de criminalidad en la ciudad.

El panorama se ve más gris para ese sector tras el balance más reciente que entregó Fenalco. Según las cuentas del gremio de los comerciantes, desde el operativo las ventas en el centro han disminuido en 40 %, precisamente por la diáspora de los habitantes de calle, que le ha restado atractivo a zonas importantes por su actividad económica, como La Estanzuela, Ricaurte, San Andresito y San Bernardo. Incluso, siete de cada diez comerciantes de la zona dijeron sentirse más inseguros luego de la clausura del Bronx.

Y es que, como era previsible, los habitantes de calle siguieron viviendo en el sector. El Bronx no era el único expendio de drogas atractivo. Decenas de ollas han tomado fuerza en Santa Fe o La Favorita. Incluso, como lo constató El Espectador en un recorrido por la zona, el barrio San Bernardo, “el Samber”, especialmente la calle 5 entre las carreras 11 y 12, recibió gran parte del flujo de consumidores y habitantes de calle. Como sucedía en el Bronx, allí se ven hoy los pregoneros de drogas caminando en esas cuadras por las que, a ciertas horas, ni siquiera pueden transitar los carros, debido a la gran afluencia de personas.

Con las pérdidas económicas del comercio, y las que ya se contabilizan por los daños a la infraestructura pública que han causado los habitantes de calle, aumenta la urgencia por hallar soluciones al problema social desatado tras la intervención del Bronx. Aunque diversos sectores han lanzado propuestas para frenar la dispersión, que incluyen desde la declaración de la interdicción de los habitantes de calle hasta la creación de zonas de consumo controlado, lo concreto es que el problema, lejos de desaparecer, cada vez se vuelve más complejo.

Por Redacción Bogotá

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar