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En Soacha sobrevive la pólvora

Comerciantes de juegos pirotécnicos aseguran que un decreto emitido por la Alcaldía ha generado confusión a la hora de vender estos elementos. Policía continúa realizando incautaciones.

Santiago Valenzuela
02 de enero de 2014 - 10:00 p. m.
 Tienda de comercialización de   pólvora en el sector de El Altico, municipio de Soacha. Pese a las restricciones, la venta continuó.    / Fotos: El Espectador
Tienda de comercialización de pólvora en el sector de El Altico, municipio de Soacha. Pese a las restricciones, la venta continuó. / Fotos: El Espectador

Dos preguntas son suficientes para encontrar las polvorerías de Soacha. Basta con averiguar por El Vaquero o por las tiendas comunes de pólvora. Se sabe, en la calle, que en el sector de El Altico se pueden conseguir mechas, culebras, sapas, matasuegras o tumbarranchos. Si busca algo más convencional, como una torta o un volcán, los habitantes del municipio lo remiten a la fábrica El Vaquero.

El Espectador visitó la zona el 30 de diciembre de 2013. No hubo ningún impedimento para conocer las polvorerías. A El Vaquero las familias del municipio iban llegando en busca de diferentes artefactos pirotécnicos para la noche del 31. La fábrica está ubicada sobre la autopista Sur, en las afueras del municipio. En e l lugar venden desde chispitas mariposas y rositas chinas, hasta volcanes y tortas que superan los $250.000. La afluencia, sin embargo, no era masiva. Algunas bodegas estaban desocupadas.

Ese el panorama que se presenta en las fábricas de pólvora desde que el alcalde Juan Carlos Nemocón ratificó el Decreto 261 de 2012, que prohíbe “la comercialización, distribución y uso de pólvora, artefactos pirotécnicos o fuegos artificiales elaborados con fósforo blanco, pólvora negra u otras sustancias que produzcan detonación y explosivos”. Al incumplir este decreto, los comerciantes de pólvora son sancionados con 25 salarios mínimos legales vigentes y con la incautación de la mercancía.

Además, el gobernador de Cundinamarca, Álvaro Cruz, reiteró esta semana que los alcaldes de los 116 municipios deben prohibir el uso de pólvora: “Hubiéramos querido cero quemados en Cundinamarca este año, sin embargo, estamos por debajo de la mayoría de los departamentos del país. Todavía tenemos inconvenientes frente al uso de la pólvora”. De acuerdo con las autoridades departamentales, en diciembre se presentaron 18 casos de personas quemadas con pólvora.

Al Hospital Mario Gaitán Yanguas, de Soacha, llegaron 14 personas el 31 de diciembre heridas con armas cortopunzantes. No se han registrado, hasta el momento, personas quemadas con pólvora. La administración municipal asegura que los operativos de incautación han sido claves para evitar los accidentes con aparatos pirotécnicos.

El problema con el decreto, dice Andrés Carvajal, vocero de la Federación Nacional de Pirotécnicos (Fenalpi) y de Productos Pirotécnicos El Vaquero, “es la forma en que la Policía lo está aplicando. En el último mes nos han incautado cerca de $30 millones, amparándose en el decreto. Lo que ha hecho la Policía es arbitrario, porque la Alcaldía no ha prohibido la venta legal de pólvora, nosotros somos una empresa reconocida por el Ministerio de Defensa”.

En el Decreto 261 la Alcaldía señala que “teniendo en cuenta que en el municipio de Soacha existen empresas fabricantes e importadores de elementos pirotécnicos legalmente constituidas, no se exceptuará la venta al detal y sin seguridades de la ley, así como el uso de pólvora por parte de éstas”. Según Carvajal, en El Vaquero “no existen ventas por fuera de la ley. Más allá del decreto están las normas nacionales: la Ley 670 de 2001, el Decreto 4481 de 2006 y la Sentencia C790 de la Corte Constitucional”.

Las industrias que pertenecen a Fenalpi, dice Carvajal, se ajustan a esa normatividad: “Nosotros realizamos pruebas con agentes antiexplosivos a lo largo de 2013. No comercializamos productos pirotécnicos que contengan fósforo blanco, porque estando guardados en un bolsillo pueden estallar. Son productos altamente inestables. Sin embargo, la Policía de Soacha sigue haciendo incautaciones a mercancía que está certificada, cuando en el municipio abundan empresas ilegales que venden elementos peligrosos”.

Otros son los argumentos en las tiendas de pólvora asentadas en el sector de El Altico. En aquellas polvorerías sí venden productos que contienen fósforo blanco y distribuyen artefactos pirotécnicos fabricados en El Vaquero: “Es una tradición quemar pólvora en los barrios. Además, nosotros alegamos el derecho al trabajo, por eso hemos seguido comercializando”, dice un vendedor ambulante de pólvora que prefiere mantener su nombre en reserva.

En los diarios locales se han registrado quemas de pólvora en diferentes lugares del municipio, como en la Comuna Dos. Durante el Día de las Velitas, dice un comerciante local, se vendieron “la mayoría de tortas en todo el año”. Es común encontrar casas en donde fabrican y venden pólvora. Aunque las fachadas no difieren de las demás, los vecinos de El Altico y de la Comuna Dos tienen claro en qué casa pueden comprar la pólvora. No fue posible obtener la opinión de la Policía municipal sobre estos expendios.

A través de un comunicado de prensa, la Alcaldía de Soacha y la Policía ratificaron que ningún tipo de pólvora está permitida en el municipio: “No subestimemos el poder que tiene cualquier elemento que contenga pólvora, tenemos que entender que ya no es permitido que se haga uso de ésta. No admitimos ninguna manipulación de pólvora. También se informa a las personas que compran pólvora para revender que se van a hacer operativos sobre la autopista Sur, se va a decomisar la mercancía”.

Para los comerciantes de pólvora existe una contradicción entre el discurso de las autoridades y lo que está en el Decreto 261: “El decreto es ambiguo. No prohíbe la venta de pólvora al por mayor, por ejemplo. Luego la Policía dice que no está aceptando ningún artefacto pirotécnico”.

Otra confusión que ha generado la quema de pólvora en algunos barrios es un parágrafo del decreto en donde aparece que “se exceptúan de las prohibiciones establecidas en el presente artículo las celebraciones institucionales”. Es común, según vendedores ambulantes, que los compradores justifiquen grandes pedidos por “celebraciones institucionales”.

Contrario a lo que ha señalado la Policía municipal en su campaña para evitar la comercialización de pólvora, el vocero de Fenalpi sostiene que no todo elemento pirotécnico es igual: “Las leyes nacionales reglamentaron el uso de pólvora por categorías. La categoría uno, por ejemplo, son los productos inofensivos que pueden ser utilizados por adultos responsables. Usted puede tirar un aparato pirotécnico fabricado por nosotros por una montaña y no pasará nada”.

En diálogo con este diario, el alcalde Nemocón precisó que “la empresa El Vaquero es completamente legal y es reconocida por el Ministerio de Defensa. Lo que el municipio prohíbe es que se venda a personas que no tengan reconocimiento”. Queda en el aire, entonces, la pregunta de por qué la Policía ha realizado incautaciones en ese lugar.

 

 

svalenzuela@elespectador.com

@santiagov72

Por Santiago Valenzuela

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