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Primero fue la licitación para construir la troncal de Transmilenio (TM) por la carrera 7ª. Ahora es la de la avenida 68. Los dos proyectos, estructurados por el exalcalde Enrique Peñalosa, tienen algo en común: una férrea oposición de un sector ciudadano. En esta ocasión, la que tendrá que enfrentar ese malestar será la alcaldesa Claudia López, quien tuvo que seguir el proceso para contratar la troncal de la 68, situación que no solo le ha valido críticas de sus detractores, sino de algunos miembros de la bancada de Gobierno.
Y se podría decir que no tuvo más opción, pues al asumir como mandataria encontró una licitación en su última fase. Incluso, vale recordar que la idea de la pasada administración era adjudicar los nueve contratos que integran la obra el 30 de diciembre, pero debido a múltiples observaciones, aplazó la fecha y la tarea quedó en manos del actual gobierno. En parte, eso imposibilita que la alcaldesa pueda cumplir su promesa de campaña de construir un tren ligero por este corredor.
A pesar de que López, cuando ganó la alcaldía, pidió un concepto sobre la importancia de esa troncal, para compararla con otras alternativas (entre esas los proyectos férreos), el resultado tampoco le dejó mucho margen de maniobra. El estudio lo adelantó la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), que al final ratificó la importancia de la troncal de la 68 y la puso como una prioridad para este cuatrienio.
El concepto era algo previsible, porque la obra, desde el Conpes 3945, fue declarado por el gobierno de Juan Manuel Santos como de importancia estratégica y se afianzó cuando el gobierno de Iván Duque respaldó el 70 % de su financiación. Esto, porque el Conpes evidenció que en el área de influencia beneficiaría a unos 828.443 habitantes, algo clave para llevar pasajeros al metro. En total, los $3,2 billones que cuesta la construcción están asegurados (con interventoría y compra de predios incluida) y cancelar la licitación hubiera significado retrasar una obra necesaria para cuando empiece a rodar el metro elevado, en 2025.
Independiente de esto, los argumentos de los que se oponen a la obra se mantienen y son claros: critican su costo ($3,2 billones), el cual consideran muy alto en comparación con lo que costarían troncales en avenidas como la Ciudad de Cali y Boyacá; su impacto, ya que dicen que no beneficiará a tantos habitantes como las otras proyectadas, y que hay inconsistencias técnicas que incluso evidenció el propio IDU en memorandos internos. Todos están en un oficio que le presentaron a la Procuraduría, en el que piden su intervención para tratar de frenar la licitación.
Por ahora, lo cierto es que la troncal de la 68 parece no tener reversa y, si nada ocurre, en los próximos días se conocerá a los encargados de su construcción.
Concejales progobierno, divididos por la obra
Seguir adelante con la troncal de TM por la av. 68 molestó a algunos concejales que apoyaron a Claudia López en su carrera por la alcaldía, incluidos algunos de la misma bancada verde. Uno de ellos es Diego Cancino, quien aseguró que hay dudas y pidió parar la licitación para que el Distrito revise qué modelo de movilidad quiere dejarle a la ciudad. María Fernanda Rojas también llamó la atención sobre algunos rubros presupuestales de la obra y fue quien envió a la Procuraduría las observaciones para intentar detener el proyecto.
Otros, como Manuel Sarmiento y Carlos Carrillo, del Polo Democrático, aseguran que primero se deben evaluar las inconsistencias que existen y reprocharon que la alcaldesa desconozca uno de sus compromisos de campaña.