Han pasado 71 años desde que un alcalde de la ciudad hizo el primer estudio para construir el metro y desde entonces los tropiezos que ha tenido la propuesta férrea han sido recurrentes. Ahora el alcalde Gustavo Petro, que ha cargado con el estigma de una supuesta resistencia al proyecto y un privilegio a su idea de metro ligero en la 7 como lo dijo en 2012 el Concejo de la ciudad, se prepara para dar un paso definitivo: dejar los estudios que servirán para construir la primera línea.
Este jueves el alcalde firmará el contrato con el que el Consorcio L1 (Euroestudios, Idom, Cano-Jiménez) tendrá a su cargo la ejecución de los estudios de ingeniería básica avanzada del metro. Éstos indicarán el detalle de ubicación de las estaciones y su diseño. Esta contratación fue avalada por el Banco Mundial que prestará $30 mil millones de los $70 mil millones.
En el anuncio, Petro espera contar con la presencia del presidente Juan Manuel Santos, pues aunque la firma había sido programada para el miércoles se canceló porque éste no podía asistir. Se trata de un encuentro fundamental y una de las lecturas sobre su importancia es que el alcalde intenta darle un parte de seguridad a los bogotanos sobre el futuro de la prometida obra. Precisamente en 2011 cuando estaba a punto de terminar el mandato de Samuel Moreno, que quedó en manos de Clara López, Santos aseguró que el Gobierno sería no solamente un socio mayoritario del proyecto metro sino un garante de la transparencia y eficiencia de su gestión y construcción.
También se sabe que el Instituto de Desarrollo Urbano se alista para buscar la experiencia en construcción y en material rodante de las principales ciudades del mundo, ya que luego de los 15 meses que durarán los estudios a cargo del Consorcio L1, la administración deberá dejar contratada la construcción, que quizá sea el punto más importante que Petro apruebe en esta materia.