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Todos contra todos para llegar a la Alcaldía de Bogotá

El lanzamiento de la candidatura de Enrique Peñalosa, con dardos incluidos contra Rafael Pardo, muestra que por ahora la unidad contra la izquierda es incierta. Es muy posible que la Alianza Verde, que definió candidato, termine dividida.

Natalia Herrera Durán / Carlos Hernández Osorio
07 de mayo de 2015 - 03:22 a. m.
Enrique Peñalosa lanzó ayer su tercera candidatura consecutiva a la Alcaldía. / Cristian Garavito
Enrique Peñalosa lanzó ayer su tercera candidatura consecutiva a la Alcaldía. / Cristian Garavito

Difícil pensar, por ahora, en alianzas. Enrique Peñalosa finalmente anunció, como era previsible, que se lanzará de nuevo como candidato a la Alcaldía de Bogotá, pero en medio de su recurrente mensaje de congregar distintos sectores para ganarle el pulso a la izquierda -lo que se ha interpretado como la posibilidad de una alianza con Rafael Pardo- a este último le soltó una fuerte pulla: el exalcalde afirmó que el aspirante liberal llega “como cualquier candidato tradicional”, a diferencia de él, que quiere “romper paradigmas”. (Vea: Rafael Pardo se "trepó" en Bogotá)
 
Por eso, después de hacer oficial que comenzará a recoger firmas, quedó claro que al menos como está planteada en este momento, la campaña será de todos contra todos, como hace cuatro años, cuando los candidatos de centro-derecha (Peñalosa, David Luna, Carlos Fernando Galán y Gina Parody) se fueron cada uno por su lado y perdieron contra Gustavo Petro. Peñalosa quiere jugar ahora como independiente, aunque detrás tiene a Cambio Radical con el senador Carlos Fernando Galán, lo que se interpreta como la injerencia directa del vicepresidente Germán Vargas Lleras, jefe máximo de ese partido. Se enfrentará a Rafael Pardo, que con el apoyo de liberales y La U tiene, en el papel, la venia del presidente Juan Manuel Santos. Si la cosa sigue así se confirmaría la dificultad para que la Unidad Nacional se mantenga en el plano regional.
 
Miguel Uribe Turbay, concejal liberal y directivo de ese partido en Bogotá, considera que debe haber unidad con Peñalosa, “pero la única manera es generando espacios de conciliación”. El propio Pardo es consciente de que configurarían una fuerza importante, pero al tiempo defiende el trabajo que ha hecho desde el año pasado. La encuesta que hoy revela El Espectador indica, de hecho, que está de primero en la intención de voto.
 
En La U, el senador Armando Benedetti, jefe de debate de Pardo, insistió en sus dudas frente a la legalidad de la candidatura de Peñalosa por haber recibido “una millonaria cuantía por reposición de votos como candidato presidencial de la Alianza Verde, lo que lo une directamente a ese partido”. Asegura que Pardo no renunciará y que “Peñalosa solo quiere usar una estrategia publicitaria para tener un poco de aceptación. Es el eterno candidato, ha participado en 13 elecciones y no ha dado resultados. Divide las candidaturas”. 
 
Por su parte, Roy Barreras, codirector de La U, agregó que Peñalosa “es la garantía del triunfo de la izquierda que tanto teme. La U ratifica su respaldo irrestricto a Rafael Pardo, porque es un estadista con capacidad de gerenciar en Bogotá y tiene posibilidades de ganar”.
 
En otros frentes
La Alianza Verde se dividirá. Tras definir su candidato oficial entre los concejales Antonio Sanguino y Carlos Vicente de Roux, por medio de una encuesta, es difícil la unidad del partido alrededor de una candidatura. La representante por Bogotá Ángela Robledo considera que deben comenzar a hacer campaña con el ganador de ese pulso, pero es consciente de que, tras las recientes  encuestas  “quizás la Alianza Verde deba buscar coalición”.  Lo mismo piensa el concejal Diego García, pero la pregunta es con quién. Robledo afirma que la primera opción debe ser Clara López, candidata del Polo, que en las encuestas ha mostrado posibilidad real de pelear la punta. La opción de Peñalosa, sin embargo, también suena fuertemente en la entraña del partido. García considera que la unión debe darse con el exalcalde , pues en su concepto la colectividad “debe retornar a sus orígenes”. El concejal Hosman Martínez es más radical: “Los que participaron en la encuesta son buenos concejales, pero no representan una propuesta política de envergadura para dirigir a Bogotá. Sabemos que el partido solo no ganará la Alcaldía. Además, los 20 ediles verdes y los cuatro concejales de lo que era el Partido Verde antes de unirse con el Progresismo estamos con Peñalosa”.
 
La representante Robledo, sin embargo, recuerda que el exalcalde no aceptó la invitación de someterse a consulta o encuesta del partido, y que él solo los busca en época electoral. Además, trajo a cuento el respaldo que él aceptó hace cuatro años del expresidente Álvaro Uribe: “Eso debe tener un costo político. Además, no le ofrece nada nuevo a Bogotá. Sigue hablando de los mismos temas de cuando fue alcalde (1998-2000). De apoyarlo, se le debe exigir el sello verde para que plantee una ciudad más sostenible”.
 
Esa división es el anticipo de un escenario muy probable para los verdes: que dejen a sus seguidores en libertad para votar.
 
Clara López, la candidata del Polo, le dijo a este diario que un escenario con más competidores no necesariamente hace que uno de ellos se beneficie, pues son las propuestas las que determinan el triunfo. “En ese caso, la propuesta de Peñalosa por un metro elevado, distinto al pensado, retrocede las manecillas del reloj siete años y por eso no es lo más conducente”. Y agregó: “el Partido de la U debería considerar la razón por la cual la Unidad Nacional ganó la reelección: fue por el voto de la izquierda democrática que apoyó un mandato por la paz, así que considero poco democrático que digan que la llegada de Peñalosa divide la centro-derecha y que por eso ganará de nuevo la izquierda; todas las opciones deben ser consideradas”.
 
Francisco Santos, candidato del Centro Democrático, cree que detrás del nuevo escenario está su primo, el presidente Juan Manuel Santos: “Queda con dos candidatos y una, agazapada. Le toca jugar muchas cartas, aunque la foto de campaña solo se verá en julio.  Antes de eso decir cualquier cosa es una pendejada. No les creo a quienes dicen que Peñalosa me quitaría votos de centro-derecha porque la asesora de cabecera de él es Claudia López, lo menos derecha que puede haber. Se está armando el mismo mazacote de la segunda vuelta presidencial y Juan Manuel escogerá su candidato entre Pardo, Peñalosa y Clara cuando mejor le convenga”.
 
La precandidata del Progresismo María Mercedes Maldonado, dijo que con la llegada de Peñalosa empieza el debate de fondo: “Él no cree en el metro y por eso propone uno elevado que implica volver al punto cero; prefiere un modelo expansivo, socialmente excluyente y ambientalmente insostenible". Hollman Morris, el otro precandidato de esta corriente, indicó: “Se necesita un gerente social que priorice las políticas sociales, no un gerente de cemento. Estamos en un momento de paz, no en un momento en que se hagan coaliciones contra la izquierda y la punta de lanza de Peñalosa es gobernar contra la izquierda”. 
 
Sin duda el remezón de esta semana tiene nombre propio: Enrique Peñalosa. Lo que queda de ahora en adelante es una campaña más decantada y que arranca en forma, por más que ningún candidato se haya inscrito. Para eso hay que esperar hasta el 25 de julio. Después podrían llegar las alianzas, pero lo que dice esta coyuntura es que estas no serán tanto entre partidos, sino entre personajes que hayan ganado notoriedad.
 

Por Natalia Herrera Durán / Carlos Hernández Osorio

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