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Tras el rastro de humo de los buses chimenea en Bogotá

Los llamados 'buses chimenea', reconocidos por dejar una estela de humo pesado a su paso, pueden ser denunciados ante la Secretaría Distrital de Ambiente de la ciudad.

Javier González Penagos
13 de febrero de 2014 - 08:21 p. m.
Tras el rastro de humo de los buses chimenea en Bogotá

¿Cuántas veces ha tenido que taparse la boca o la nariz para no recibir los gases de humo negro que emanan de buses de servicio público, camiones o vehículos de carga? La escena es frecuente entre los ciudadanos de Bogotá, quienes respiran un aire altamente contaminado.

La estela de humo que generan los vehículos y algunas industrias, deja a su paso partículas en el aire como ozono dañino, dióxido de nitrógeno y monóxido de carbono, sumadas a otras conocidas como PM10, que resultan nocivas para la salud y ocasionan problemas respiratorios. También se han identificado algunas partículas, menos pesadas pero mucho más nocivas, conocidas como PM2.5.

Los vehículos que más contribuyen al deterioro del aire en la ciudad son los conocidos popularmente como 'buses chimenea': automóviles que emiten grandes cantidades de humo por cuenta de problemas en su proceso de combustión, generando gases contaminantes.

Tales vehículos pueden ser reportados ante la Secretaría de Ambiente, que a través de la subdirección de Calidad de Aire, Auditiva y Visual, verifica la emisión de gases y regula el cumplimiento de las normas en relación a los niveles permisibles de emisión de contaminantes.

De acuerdo con Edgar Alberto Rojas –coordinador del grupo de fuentes móviles de la Secretaría de Ambiente, dedicado a ejercer control de las emisiones vehiculares– luego de que los ciudanos reportan los vehículos chimenea, se procede a ubicar el bus, con ayuda de la Secretaría de Movilidad, "para que se presenten a un sitio específico de la ciudad, con el objetivo de hacerles la valoración de gases correspondiente y la verificación de los documentos de la Revisión Técnico Mecánica. En este sitio se toman las medidas necesarias, dependiendo de si aprueban o no, los controles de gases realizados”.

Y es que según un estudio adelantado por la Secretaría de Ambiente y la Universidad de Los Andes, el 56 % de la contaminación del aire en la ciudad corresponde a fuentes móviles, entre ellas buses, busetas y microbuses que representan el 50 % de los vehículos que se movilizan en la capital.

"Un ciudadano puede reportar buses con emisiones de gases excesivas a través de la página web de la Secretaría (www.ambientebogota.gov.co) o mediante el Sistema Distrital de Quejas y Reclamos (www.sdqsbogota.gov.co), así como a la línea 195 y al teléfono 377 88 72. Con los datos que nos proporcionan los ciudadanos nosotros nos encargamos de hacerles seguimiento a los vehículos y luego los citamos para hacerle las pruebas de gases y opacidad", manifestó Edgar Rojas.

Asimismo, hay normas ambientales que regulan la emisión de gases contaminantes. Por un lado, la Resolución 910 de 2008, emanada por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial (ahora Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible), señala los topes máximos de emisión permisibles para vehículos que se movilizan con gasolina, gas natural vehicular, diésel y mezclas de combustibles, así como para motocicletas, motociclos y mototriciclos.

Por otro lado, la Secretaría Distrital de Ambiente expidió en 2012 la Resolución 1304, que establece los niveles máximos de emisión de gases y los requisitos ambientales que deben cumplir los vehículos que pertenecen al transporte público de la ciudad. Con base en la Resolución, fue diseñado el Plan Decenal de Descontaminación del Aire para Bogotá, con el ánimo de adoptar medidas para controlar las emisiones del transporte público.

Entre las medias contempladas por el plan se determinó que para los buses más antiguos que funcionan con diésel (Euro II y Euro III) es obligatoria la instalación de filtros de partículas que reducen la emisión de las mismas y evitan el escape de humo indiscriminado.

Asimismo, se estableció que los modelos más recientes de buses, busetas y microbuses (Euro IV y Euro V) deben ajustarse a los niveles de opacidad señalados en la Resolución 1304 de 2012. De igual modo, el Plan de Ascenso Tecnológico –diseñado para mejorar la calidad del aire y reducir el impacto de la contaminación atmosférica– contempla la entrada de 790 buses entre híbridos eléctricos o gas y se espera la llegada de buses que funcionen con electricidad.

Sin embargo, a pesar de los controles y las medidas adoptadas por la Secretaría de Ambiente, Edgar Rojas reconoce que son pocos los buses chimenea que son sancionados, ya que la ciudadanía desconoce los mecanismos con los que cuenta para denunciar este tipo de vehículos.

Édgar Alberto Rojas asegura que en realidad la Secretaría no recibe muchas quejas por parte de los ciudadanos sobre este tipo de buses: "nos gustaría que los ciudadanos que están en la calle, que perciben a los buses chimeneas, nos lo pudieran manifestar porque sería incrementar de manera exponencial nuestros operativos en la calle".
¿En qué consisten los controles de la Secretaría de Ambiente?

La gran mayoría de los buses del SITP utilizan el diésel como combustible. En ese sentido, la Secretaría de Ambiente realiza pruebas que miden el nivel de opacidad, es decir, el nivel de oscuridad e intensidad del humo que emiten los vehículos.

 

jgonzalez@elespectador.com

Por Javier González Penagos

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