El reto de este año para el Distrito es dejar lista la licitación de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Canoas, en la que se tratará el agua de la cuenca baja del río Bogotá. Para ello, es necesario solucionar problemas a su paso como el interceptor Tunjuelo - Canoas, que se construyó en un 95 % y quedó a medias por líos con los predios, inconformidades de anteriores administraciones con el papel de Emgesa y finalmente por el escándalo de Odebretch.
Tras una fallo del Consejo del Estado, en el que obligaba al Distrito a sacar las dos máquinas, el año pasado el Acueducto comenzó su extracción en el predio Canoas, donde quedaron a más de 60 metros bajo tierra. Hoy, se ha adelantado la obra en un 67 %, se abrió un pozo de 70 metros de profundidad por el que se han sacado a pedazos la primera tuneladora y por la que se espera termine de salir la segunda, este primer semestre.
En todo el proceso, en el que trabajan operarios las 24 horas, el Distrito invirtió $24.000 millones y hay apuros, ya que el alcalde Enrque Peñalosa señaló que el próximo 28 de febrero se licitará la construcción de la planta elevadora, que sacará las aguas residuales, que quedan a 45 metros de profundidad, y las depositará al río Bogotá o en la PTAR, para poder tratarlas. "Es una planta que tiene un costo aproximado de 390.000 millones de pesos”, dijo el mandatario. Esto, en medio del proceso para abrir la licitación de la nueva PTAR y que de acuerdo con María Carina Castillo, gerente del Acueducto se espera se abra a finales de este año.
“Al terminar la extracción de las tuneladoras se dará un paso más en el propósito de sanear el río Bogotá, proyecto en el que está comprometido todo el gobierno de Enrique Peñalosa y quien en el último año logró el cierre financiero por 4 billones de pesos para la construcción de la Ptar Canoas, obras prioritaria que le devolverán la vida al río y lo convertirán en el eje de desarrollo de la ciudad”, manifestó Castillo.
El interceptor es importante en medio de la construcción de la PTAR Canoas porque es el encargado de transportar el agua del río Tunjuelo y las aguas residuales de Soacha a la planta de tratamiento, para luego deevolverlas sin residuos al río Bogotá. Su construcción se comenzó en 2009, con dos máquinas tuneladoras con un diámetro de 4,20 metros hechas a medida y se paralizó en 2012 por diferencias contractuales entre el operador, del que hacía parte Odebrecht.