Uber, la plataforma que desató la furia de los taxistas en Bogotá

La aplicación móvil, que ha levantado ampolla en 292 ciudades del mundo, insiste en que no es competencia para los taxistas y no se rendirá tan fácil.

Paula Castillo Lenis
29 de julio de 2015 - 05:22 p. m.
AFP / AFP
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Hace algunas décadas habría sido impensable que los avances de la tecnología pudieran causar tanto malestar. Hoy vemos como una aplicación móvil, creada para aliviar la forma de movilizarse de las personas en grandes ciudades del mundo, que sufren a diario por la falta de transporte como consecuencia de la demanda creciente, desata la inconformidad del gremio de taxis, que se siente en desventaja y reclama con insistencia medidas para regular lo que llaman una competencia desleal.

Uber es una plataforma tecnológica que funciona en una aplicación móvil en la cual los usuarios, a un solo clic, encuentran un servicio que les brinda transporte a cualquier destino. Uber se encuentra vigente en Bogotá, Medellín, Barranquilla y Cali, y a pesar de las restricciones para circular y de la orden del Ministerio de Transporte de inmovilizar los vehículos que prestan este servicio, siguen trabajando y aseguran que no se van tan fácil de los países a los que llegan, primero porque aseguran que no hay ninguna normatividad que los declare ilegales y segundo porque tienen un compromiso con sus usuarios.

En el país hay más de 5.000 conductores vinculados con Uber y más de 100 mil usuarios, que coinciden en que se sienten seguros de movilizarse en vehículos especiales por las herramientas que les brinda la plataforma, en donde pueden ver el nombre y la foto de la persona que las transportará y conocer a través de GPS los carros disponibles de acuerdo a la zona en que se encuentren.

Desde que Uber llegó a Bogotá los primeros en alzar su voz de protesta fueron los taxistas, que se sintieron amenazados. Ha sido constante la puja de los conductores de taxi para que las autoridades miren con lupa la reglamentación de estos servicios especiales. Le han solicitado al Ministerio de Transporte y a la Superintendencia de Transporte hacer cumplir las normas y los decretos.

Mientras voceros del gremio de taxistas como Uldarico Peña, representante legal de Radio Taxi Aeropuerto, afirma que está de acuerdo con la tecnología siempre y cuando cumpla con las normas de transporte; Adriana Garzón, vocera de Uber, señala que la plataforma cumple con todas las reglas y que buscarán todas las alternativas posibles para que se modifique la regulación a través del Gobierno Nacional.

“Quienes dicen si ellos son legales o no son el Ministerio de las Comunicaciones y el de Transporte. Se ha dicho centenares de veces que ellos (Uber) deben sacar los papeles necesarios. El que quiera trabajar debe crear una empresa de transporte para que tenga sus carros afiliados y cumpla con responsabilidades, como la seguridad del pasajero”, dice Uldarico Peña.

Uber insiste que no es una competencia de los taxis sino un complemento a las diferentes alternativas de movilidad. “Las características de los usuarios de Uber son diferentes a quienes se transportan en taxi tradicional. Uber le apela a un segmento de consumidores muy específico que debe tener teléfono móvil, internet, y tarjeta de crédito. Un Uber no va a estar parado en la calle. Los usuarios están reclamando una alternativa distinta a las que le ofrecen y esa demanda insatisfecha existe y es a la que Uber le apunta”.

Ha sido tanto el disgusto de los usuarios de Uber por la persecución en su contra que un grupo de ciudadanos en redes sociales promovió “El día de no taxi”, con el que se pretendía que las personas no utilizaran este medio de transporte como rechazo al mal servicio que prestan los taxistas en Bogotá y a las medidas tomadas por el Ministerio de Transporte de negar la circulación de Uber.

Muchos bogotanos ya no abordan un taxi, no tanto por los atracos y los paseos millonarios, sino por la agresividad y los abusos de algunos conductores, que especulan con el cobro o se niegan a hacer una carrera. Agresiones a pasajeros o conductores de otros vehículos hacen parte de la lista de casos que denuncian los usuarios.

Quienes recurren al servicio de Uber frecuentemente se han puesto en la tarea de recolectar firmas para que el Ministerio de Transporte modifique las reglamentaciones. Los voceros de esa aplicación móvil que hoy tiene en caos a Bogotá por cuenta del paro de los taxistas, insiste en que son una empresa de tecnología y no de transporte y que está legalmente constituida, que paga impuestos como las demás y que buscará por todos los medios generar una discusión para generar una sana competencia para que todos estén en las mismas condiciones de competir.

Actualmente, y de acuerdo a la legislación vigente, plataformas tecnológicas como Uber tienen problemas de operación y en materia de transporte público individual, por ejemplo, los ciudadanos solo tienen una única opción legal: movilizarse en taxis tradicionales, pues para el Ministerio de Transporte está mal vista la movilización de vehículos especiales y por eso si son sorprendidos pueden ser inmovilizados por las autoridades.

“No hay un sustento jurídico ni una norma que nos declare ilegales, no existe un acto adiministrativo que declare a Uber ilegal. Uber siempre quiere tener conversaciones con todos los actores, lo que nosotros hemos dicho al gremio de taxis es que no somos su competencia directa, estamos haciendo la diferencia para quienes no usan el taxi y encontraron en el servicio de Uber una opción para movilizarse en ciudades como Bogotá”, indicó Adriana Garzón, vocera para el cono sur de Uber, en diálogo con El Espectador.

Uber está en 292 ciudades del mundo y son muy pocos los países en los que la regulación estaba actualizada para permitir la penetración de aplicaciones móviles que prestan servicios a la ciudadanía, como el de transporte en este caso. En esos países Uber ha dialogado para que la regulación se adapte porque hay ciudadanos que requieren un servicio y lo valoran. En Estados Unidos se han creado 25 nuevas regulaciones para la introducción de todo tipo de plataformas, pues hay cientos de aplicaciones que tienen un modelo de negocio similar.

En Uber los conductores son personas independientes que tienen su vehículo y horas disponibles para trabajar y así generar un ingreso adicional. Se hace un riguroso proceso de selección para quienes están interesados en trabajar en la plataforma: se revisan antecedentes judiciales, chequeos personales, bancarios, laborales y también se realizan pruebas de aptitud.

Cada viaje en un Uber se paga a través de tarjeta de crédito, cuando el usuario del servicio descarga la aplicación se le solicita que asocie a su cuenta un número de tarjeta y todos los pagos pasan de manera electrónica, no se requiere que la persona tenga efectivo. El 80% del costo de la carrera es para el conductor y el 20% restante para Uber.

Todos los vehículos de Uber tienen soat, una póliza de responsabilidad civil contractual exigida al condutor y seguros adicionales para cubrir cualquier tipo de incidente.

En medio de la polémica suscitada por las declaraciones de la ministra de Transporte, Natalia Abello Vives, respecto al tema de Uber y otras aplicaciones que han venido surgiendo en el transporte público, en el Congreso han insistido en legalizar este sistema de transporte.

El senador Andrés García Zuccardi hizo un debate en el Senado acerca del tema y le salió al paso al reto tecnológico y defendió a la parte que no se ha tenido hasta ahora en cuenta: el usuario. “Estoy en contra de los monopolios, estoy a favor de la libre competencia, estoy a favor de varias empresas en un mercado. No se pueden usar las herramientas normativas para enfilar baterías contra una empresa".

Los taxistas están en paro debido a que el Gobierno no les ha cumplido y continúa el transporte ilegal. El vocero de los taxistas, Freddy Contreras, ha dicho que están cansados de pedirle al Gobierno que sancione a los carros particulares que prestan servicio de taxi o a los vehículos blancos que también lo hacen. “Nosotros le decimos al Gobierno cumpla y haga cumplir a ley, nos exigen a nosotros que cumplamos la ley entonces que el Gobierno también lo cumpla”.

Los conductores de transporte público individual señalan que en la ciudad no se ha hecho nada para sacar de las calles a los carros que prestan el servicio con la aplicación de Uber, que por su parte insiste que dará la pelea porque no son ilegales.

pcastillo@elespectador.com


 

Por Paula Castillo Lenis

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