Publicidad

Una oportunidad para Petro

Aunque insiste en los peajes por congestión en el centro de la ciudad, el alcalde Gustavo Petro está quizás perdiendo una gran oportunidad con los peajes de entrada a Bogotá. ¿No es hora de que los carros que entran a Bogotá paguen un precio?

Diego Laserna
20 de enero de 2012 - 09:24 p. m.

Hace unos días, Germán Sarmiento, en columna aparecida en El Espectador y en el blog MiBlogotá, publicó un artículo solicitándole al alcalde Gustavo Petro un estudio cuidadoso del tema de cobros por congestión, con el fin de no quemar con imprecisiones una idea que es fundamental para el desarrollo urbano de la ciudad. Para ilustrar más claramente algunos de los actuales vacíos de la propuesta y de sugerir un punto de inicio para la aplicación de la misma quise mirar con detalle un caso y escogí el de la Autopista Norte.

Para empezar, es necesario recordar que Petro sólo ha sugerido cobrar por el ingreso a áreas céntricas de la ciudad. Vale la pena preguntarse: ¿no tendría mayor sentido cobrar primero por el acceso a la ciudad y la utilización de sus vías y luego sí cobrar por el acceso a zonas céntricas? Mal que bien alguien que vive en Chapinero o Kennedy ya está pagando con sus impuestos por el mantenimiento de la infraestructura de la ciudad mientras que alguien que vive en Chía o La Calera usa las vías de la capital y no está pagando nada.

Lo anterior nos lleva a descubrir el primer problema que debería atacar el nuevo Alcalde. Algunas de las vías que salen y entran de Bogotá tienen peajes pero cobran sólo la salida, lo que quiere decir que recogen recursos para el mantenimiento de la vía por fuera de Bogotá y no dentro del Distrito. En el caso de la autopista norte las consecuencias de esta diferencia saltan a la vista. La vía del peaje hacia el norte es amplia y bien mantenida y del peaje hacia el sur es una trocha mal diseñada y llena de huecos. ¿Qué sentido tiene eso? La Autopista evidentemente está más congestionada al sur del peaje que al norte y el sentido común sugeriría que allí es donde necesita más inversión.

Sólo hay una explicación para esa situación y es que Cundinamarca y la Nación cogieron de bobo al Distrito. Claramente el tráfico que circula por esta ruta (y que la financia) se dirige hacia o viene desde Bogotá y mientras Cundinamarca ha utilizado ese tráfico para construir una vía excelente, Bogotá no está ganando ni un peso y tiene unas vías destrozadas. Si Petro quiere empezar por algún lado a implantar su programa de cobro por congestión es ahí, en las entradas a Bogotá, donde lo debe hacer.

Para empezar a beneficiarse de estos recursos normalmente el Alcalde sólo tendría una opción: poner un peaje de ingreso a la capital para recaudar fondos sea para el mantenimiento de la vía o para un fondo de financiación de transporte masivo. Esto lo enfrentaría a la Gobernación, a los alcaldes y a las comunidades de los municipios de la Sabana como ya ha pasado cada vez que se sugiere la idea, ya que obviamente no quieren pagar doble peaje. Pero bueno, el Alcalde le debe responder a los bogotanos y esta opción es mucho mejor para la ciudad que la situación actual.

Sin embargo, Petro tiene por pura suerte una segunda opción. Devinorte es la empresa concesionaria de la sección norte de la Autopista y la Carrera Séptima desde el límite del Distrito hasta Zipaquirá y Briceño por el norte. Esta empresa es la concesionaria desde 1994 y su contrato es por 20 años. Es decir que Petro por primera (y tal vez última vez) en muchos años tiene la oportunidad de negociar con Cundinamarca y la Nación los términos de una nueva concesión que beneficie también a la capital. Y su poder de negociación es grande ya que la alternativa sería muy costosa para los municipios de la Sabana y por extensión para el departamento. Bogotá podría definir si la parte que le corresponde al Distrito se invierte en transporte masivo o en vías.

En conclusión, el cobro por congestión debe ser un mecanismo progresivo de filtración de vehículos. Antes de cobrar por entrar al centro se debe desincentivar la entrada a Bogotá de carros particulares. Hoy en día el Distrito no está sacando ningún provecho económico de la entrada masiva de carros “extranjeros” a utilizar su infraestructura. Este concepto es una fuente enorme de ingresos que Bogotá debe aprovechar tanto para recaudar recursos como para descongestionar su malla vial (se estima que hoy entran 26.000 vehículos diarios por esa ruta). Antes de apresurarse a poner peajes en el centro, Petro necesita hacer un estudio cuidadoso de la situación actual del Distrito y el punto de partida debe ser revisar los términos y plazos de las concesiones encargadas de los peajes de Chusacá, Siberia, Patios, Mondoñedo y Boquerón. Ahí puede haber enormes recursos de relativamente fácil acceso sin aprovechar. Es evidente que en la autopista norte los hay.
 

Por Diego Laserna

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar